Después de un año electoral frenético, con sondeos de opinión que llovían desde los diarios, la televisión y las radios, 2008 arrancó casi huérfano de ese objeto de culto de la dirigencia vernácula.
¿Dónde están las encuestas? Algún lector despistado puede pensar que todos los encuestadores decidieron tomarse un año sabático, que sólo trabajan cuando hay elecciones o que a los políticos dejó de importarles cómo los evalúa la opinión pública.
No ocurrió ninguna de esas tres cosas. Las consultoras trabajan como siempre (de eso viven) y los políticos siguen tan pendientes de su imagen como una diva en declinación.
Sin embargo, desde que se desató la crisis con el campo, hace ya casi dos meses, la mayor parte de las consultoras optó por guardar sus sondeos y difundirlos "cuando aclare".
Esto se hace particularmente notorio con las encuestas que miden la imagen de la presidenta Cristina Kirchner y la aprobación de su gestión.
En voz baja, casi todos los analistas admiten que la imagen de la Presidenta bajó entre ocho y diez puntos sólo en el último mes, pero muy pocos aceptan publicar semejantes números.
Varios consultores que trabajan habitualmente con el Gobierno y otros que no lo hacen tomaron la misma decisión: esperar a que termine la crisis del campo, que decanten las consecuencias y los enojos del conflicto y medir de nuevo.
Es una decisión metodológica, explicaron, basada en el "escenario de alta volatilidad" que existe en la opinión pública.
"Cuando una medición baja mucho de golpe, la repetimos. Corresponde metodológicamente, porque puede ser un enojo transitorio y no sería responsable difundirlo", señaló Sergio Berensztein, director de Poliarquía, que esperará para publicar la última medición de imagen presidencial.
"Antes de salir con un número, hay que buscar una sensación de estabilidad y medir ahí, en un momento donde no haya un pico", coincidió Analía del Franco, de Analogías, que también esperará.
Un cliente difícil
Sin embargo, una buena cantidad de encuestadores no difundirá sus datos por motivos menos técnicos: los sondeos fueron encargados por el Gobierno, y no pueden difundirlos si "el cliente" no los autoriza.
Según un relevamiento de LA NACION, de las 20 consultoras más reconocidas a nivel nacional, 12 realizan habitualmente encuestas para el Gobierno, cuatro lo hacen ocasionalmente, y solamente cuatro no tienen vínculos conocidos con el Poder Ejecutivo.
En ese contexto, la Casa Rosada, el mayor cliente político de sondeos de opinión, guarda en secreto las encuestas que encarga, y si la imagen de la Presidenta no mejora, tal vez una docena de consultoras no estarán autorizadas a difundir su trabajo por bastante tiempo.
"Estamos esperando que termine la crisis con el campo, y ahí se verá qué pasa con las encuestas", contó a LA NACION un allegado al Gobierno.
Mientras tanto, algunos sondeos que sí vieron la luz y el análisis de los encuestadores permiten armar el rompecabezas incompleto.
Según el último trabajo de Graciela Römer, después de la crisis del campo la imagen positiva de Cristina Kirchner bajó ocho puntos (pasó del 46% al 38) mientras su imagen negativa creció cinco puntos (del 12 al 17 por ciento).
Esta semana, sin embargo, los números que manejaban en la Casa Rosada la ubicaban en los 35 puntos de imagen favorable, 20 puntos menos que cuando llegó al poder.
En materia de gestión, Poliarquía dio a conocer en Indice de Confianza en el Gobierno que publica mensualmente, que bajó un siete por ciento. En una escala que va de 0 a 5, el Gobierno obtiene 1,74 puntos de confianza. Los mayores descensos fueron en el Gran Buenos Aires, donde la confianza bajó 13 por ciento y en la Capital, con una caída del 16. En cambio, en el interior del país, creció el 1 por ciento.
"El tema precios es un problema que recorta la confianza de la gente, y además este Gobierno todavía no logra ganar un vínculo afectivo con la población", analizó Hugo Haime para explicar la baja en las encuestas.
En opinión de Ricardo Rouvier, "hay un escenario de caída de la imagen de la Presidenta, pero no es catastrófico: si termina el conflicto con el campo se puede recuperar".
El peor escenario, coinciden casi todos, sería que la crisis del agro siguiera, por el desgaste que eso trae a la figura presidencial.
Pero para ver si se resuelve el tema habrá que esperar. Para conocer el resto de las encuestas, también.
Por Laura Capriata De la Redacción de LA NACION
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