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domingo, 14 de marzo de 2010

Elecciones en Francia: Dura prueba para Sarkozy en las urnas

Luisa Corradini
Corresponsal en Francia

PARIS.- Las elecciones regionales francesas de hoy podrían provocar un herido grave: el partido de gobierno del presidente Nicolas Sarkozy corre el riesgo de ser severamente castigado por un electorado que le reprocha el aumento del desempleo, la caída del poder adquisitivo y la creciente marginación de amplios sectores de la población.

Si hoy se confirman los pronósticos de las encuestas para la primera vuelta (la segunda se hará el domingo próximo), esta última consulta antes de las elecciones presidenciales de 2012 representarán una dura advertencia para Sarkozy, cuya popularidad alcanza apenas al 36%. Además, sólo un 57% de la población dice estar dispuesta a votar, lo que significaría un récord de abstención.

Con viento en popa, la oposición socialista, que ya tiene en su poder 24 de las 26 regiones del país, podría apoderarse también de las últimas dos que controla la derecha.

El Partido Socialista (PS) lideraba las intenciones de voto con el 30%, delante de las listas de la mayoría presidencial, que registran el 29%.

Ese crecimiento de la izquierda, que parece confirmarse, también se nutre de un leve aumento de los simpatizantes de Europa Ecología, la formación verde liderada por Daniel Cohn-Bendit, creada el año pasado, que obtendría el 14% de los votos.

Con un Frente de Izquierda en el 5,5% y una extrema izquierda (Lucha Obrera y Nuevo Partido Anticapitalista) que reúne el 3,5%, la suma de intención de voto para la izquierda supera ampliamente las perspectivas de la derecha.

La situación es difícil para Sarkozy, pues la mayoría presidencial carece gravemente de socios. La derecha no tiene reserva de votos para la segunda vuelta. El único yacimiento potencial -y muy parcial- de boletas suplementarias para la Unión por un Movimiento Popular (UMP) sería el Modem. Pero la formación centrista de François Bayrou ni siquiera alcanzaría al 5%, nivel mínimo para permitir la fusión de listas.

Por su parte, el Frente Nacional del ultraderechista Jean-Marie Le Pen está estancado en el 8,5% de intención de voto, que lo ubica muy lejos de los resultados de 2004, que le permitieron participar en ballottages en 17 de las 22 regiones metropolitanas.

Desde hace tres años, Sarkozy no escatima esfuerzos a fin de ampliar su mayoría con el objetivo de eliminar candidaturas que pudieran competir con la suya en 2011. Después de haber abierto el partido hacia la izquierda, recibiendo a la Izquierda Moderna de Jean-Marie Bockel e integrando algunas personalidades del PS en su gabinete, el presidente se alió con el ala más dura de la derecha tradicional: el Movimiento para Francia, de Philippe de Villiers.

Pero esa estrategia de unión de la derecha tuvo resultados nefastos para la UMP. El más grave fue la desmovilización de su propio electorado, que hoy tiene serias dificultades en reconocerse en ese frente de formaciones disímiles. Con el tiempo, el partido terminó pareciéndose a una corte de los milagros, donde cohabita gente que se detesta, unida por un único objetivo: conservar el poder.

Lenguaje desbocado

Consciente del peligro, Sarkozy ha intentado en los últimos días restar importancia a estos comicios, y afirmó que no tendrán ninguna repercusión nacional. "Estas elecciones son regionales; sus consecuencias serán regionales", señaló ayer al diario Le Figaro . El presidente admitió, no obstante, que "estaría atento a qué dirán los franceses".

En todo caso, la campaña reveló el preocupante estado de una sociedad en crisis, en la cual el lenguaje se ha "desbocado", hasta el punto de llegar a veces a los excesos racistas. A juicio de los especialistas, los franceses se sienten angustiados y abandonados por una clase política totalmente desconectada de la realidad. Esa es la razón por la cual apenas poco más de la mitad del electorado se declara dispuesto a ir a votar, tras una carrera electoral que tuvo como telón de fondo el controvertido debate sobre la identidad nacional, la inmigración y la prohibición de la burka, lanzado por el gobierno para seducir al electorado de extrema derecha.

"Vivimos un período en el que se dicen cosas que jamás un francés se hubiera animado a decir antes", reconoció el sociólogo Michel Wieviorka.

Políticos y politólogos destacan la distancia entre el tono de la campaña y las expectativas de un electorado desestabilizado por la crisis; una tasa de desocupación del 10% (la más alta de la última década); las múltiples deslocalizaciones de empresas; la violencia en las escuelas, y una reforma de las jubilaciones que cada vez inquieta más. "La angustia de los franceses se focaliza en la crisis, la pobreza y el desempleo", dijo Brice Teinturier, del instituto de sondeos Sofres.

Los consejos regionales, producto de modalidades electorales complejas, tienen competencias en el área de los transportes, la infraestructura, la enseñanza, la formación o el desarrollo durable.

Fuente: La Nación

lunes, 17 de marzo de 2008

Sarkozy: Un cambio de imagen y de estrategia (que no alcanzó)

PARIS (LA NACIÓN).- Nicolas Sarkozy necesitó 10 meses en el poder y una auténtica bofetada política en las elecciones municipales para comprender que un presidente francés no puede comportarse como una vedette de televisión y olvidarse de las promesas que formuló durante la campaña. Para corregir esos errores, Sarkozy decidió modificar su actitud y adoptar un comportamiento más presidencial.
Eso no sólo lo llevará a limitar la exhibición de su vida privada, que había llegado a límites inusitados entre julio del año pasado y febrero de 2007. En ese lapso, su actividad estuvo básicamente concentrada en sus vacaciones en Estados Unidos, el divorcio de su segunda esposa y, apenas dos meses después, el idilio, los viajes románticos y su casamiento con Carla Bruni. Como insinuaban los sondeos que comenzaron a publicarse a partir de febrero, esa actitud fue interpretada como un desprecio por los problemas esenciales que preocupan a los franceses. Sarkozy, que había llegado al poder con la promesa de ser el "presidente del poder adquisitivo", se mostró indiferente y ausente frente a la escalada de precios durante las fiestas de fin de año y en los primeros meses de 2008. Pero, además, dio la impresión de haber perdido interés por las reformas prometidas y, para colmo, protagonizó una serie de gaffes impropias de un presidente francés. Sarkozy, que se niega desde hace días a considerar estas elecciones un plebiscito sobre sus 10 meses en el poder, debió rendirse ante la evidencia, con los resultados en algunos bastiones de la derecha, como Metz o Toulouse. El jefe del Estado comprendió la magnitud de sus errores cuando analizó las cifras de la primera vuelta, el domingo pasado. Ayer, la segunda vuelta no hizo más que acentuar la tendencia de un resultado que constituye un claro voto de censura. Por eso es que, desde hace varios días, trabaja con sus colaboradores en la definición de la estrategia que aplicará a partir de hoy. Por lo pronto, decidió no hacer por ahora la reestructuración ministerial que venía prometiendo desde hace meses. Eso es, por lo menos, lo que aseguran sus colaboradores en el Palacio del Elíseo. Incluso hizo saber que los ministros derrotados no estarán obligados a abandonar el gobierno, como es tradicional. Entre las principales víctimas de las urnas figuran Xavier Bertrand (Trabajo) y Rama Yade (secretaria de Derechos Humanos). Otra idea en curso sería reorientar su política hacia la derecha y abandonar la estrategia de apertura, que fue "muy espectacular, pero que no arrojó resultados demasiado concretos", según el politicólogo Dominique Reynié. Por otro lado, reorganizó su equipo de colaboradores. Frank Louvrier, su tradicional hombre de confianza en materia comunicacional que había sido desplazado por Cécilia Sarkozy, recuperó su influencia y será el encargado de instrumentar el cambio de la imagen presidencial. Henri Guaino, que tuvo hasta ahora una notable influencia en la definición de algunas orientaciones políticas del gobierno, parece haber sido eclipsado después de algunos desaciertos que tuvieron un alto costo político para Sarkozy. La idea central es evitar en el futuro las apariciones demasiado frívolas, de descanso o deportivas, como sus fines de semana románticos con Carla Bruni o sus sesiones de jogging . Esa imagen sería reemplazada por una actitud más discreta y más concentrada en atender los problemas que la opinión pública considera prioritarios (poder adquisitivo, salarios, empleo, etcétera). Al mismo tiempo, el gobierno lanzará una serie de iniciativas sociales que estaban demoradas. En su intervención de ayer, el primer ministro François Fillon anticipó que el gobierno mantendrá intacto su programa de reformas e incluso tratará de acelerar su ritmo. Los resultados de las municipales, por otra parte, también tendrán repercusiones en la oposición. En el centro del tablero político, la derrota sufrida en su ciudad natal de Pau por el líder del Modem, François Bayrou, seguramente debilitará su imagen de líder nacional y sus proyectos de construir un movimiento capaz de postularse como una alternativa entre derecha e izquierda. En el socialismo, su victoria probablemente reactive la lucha interna por el control del partido y -en el largo plazo- por la candidatura presidencial del PS en 2012. La cómoda reelección que obtuvo en París dará un impulso decisivo a las aspiraciones de Bertrand Delanoë. El alcalde de París se negó hasta ahora a especular sobre su futuro, pero sus amigos políticos no ocultan que será un "actor importante" del próximo Congreso del PS, previsto para fines de año, que será el primer peldaño de su escalada al poder.

sábado, 15 de septiembre de 2007

T.H.E. awful TRUE (newsmontage)

RECIBE PERSONALMENTE A LOS VISITANTES AL ELÍSEO
Sarkozy abre al público las puertas de su despacho
REUTERS
PARÍS.

elmundo.es
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dejó el sábado abiertas al público las puertas del palacio del Elíseo y de su despacho, en un gesto por reforzar su imagen de que es un hombre del pueblo.
Sarkozy, deseoso por salirse de la línea distante de sus antecesores, recibió personalmente a las personas congregadas en las entradas del palacio y saludó a muchos de los visitantes que hicieron cola desde la madrugada.
"El pueblo (...) el palacio del Elíseo le pertenece y es normal que deba estar abierto, incluyendo mis oficinas, para que pueda ver dónde trabaja el jefe de Estado", dijo a periodistas.
Todos los años, durante uno de los fines de semana de septiembre, los franceses pueden visitar los grandes edificios de Estado que usualmente están herméticamente cerrados al público.
El palacio presidencial ha sido por años parte de esa tradición, pero la oficina del presidente ubicada en el primer piso hasta ahora siempre había permanecido cerrada.
Sarkozy y su familia aún no se han mudado al palacio y continúan viviendo en el suburbio de Neuilly, donde el mandatario fue alcalde. El presidente dijo al periódico Le Monde que aún no estaba seguro de mudarse al mismo.
Al ser consultado sobre si el palacio era "placentero", respondió: "Placentero no es la palabra que utilizaría. Es precioso, es histórico".
En los jardines, los visitantes pudieron ver los dos automóviles Citroën SM Maserati de 1972 del ex presidente Georges Pompidou y el Peugeot 607 en el que Sarkozy entró al palacio cuando tomó el mando el 16 de mayo. French media to go on Sarkozy "detox"
Reuters
Washingtonpost.com
Tuesday, September 11, 2007; 6:36 AM

PARIS (Reuters) - After Smoke Free Day and Car Free Day comes Sarkozy Free Day.
A group called Democracy in Television wants French media to kick its apparent addiction to President Nicolas Sarkozy by not mentioning the hyperactive leader on November 30.
"Break your habits for 24 hours and help French people detox themselves from media Sarkozitis," it said in a statement.
Sarkozy has taken the lead in setting policy since his election victory in May and blanket media coverage of the 52-year-old has left scant room in the public eye for Prime Minister Francois Fillon, let alone the opposition.
Democracy in Television, set up by sociologist Pierre Boutin, called for the day of cold turkey to coincide with the first anniversary of the launch of Sarkozy's presidential bid.
Not a single image, not a sound, not a line on the actions and gestures of Nicolas Sarkozy should appear in the media that day. Neither praise, criticism nor commentary. Nothing at all, please, apart from an unusual and democratic silence," it said.
Boutin told Reuters he was less concerned about whether November 30 proved to be Sarkozy-free and more intent on making a point.
"There are a lot of journalists who are exasperated by the cult of personality which has grown up around Sarkozy and the main thing is to launch the idea," he said.
France gets a touch of the bleus after two big sporting defeats
· Sarkozy gets the blame as nation's woes mount up
· Row over rugby pep talk on Resistance fighter
Angelique Chrisafis in Paris
Friday September 14, 2007
The Guardian

It was supposed to be a month of French sporting glory, as men in shorts recaptured the heroism of ancient Gaul, distracting the nation from its economic woes and uniting Nicolas Sarkozy's new France in victorious flag-waving. But France woke up in a black depression yesterday after two crushing sporting defeats at home led the country to question the very nature of its new patriotism.
French footballers declared a "catastrophe" and their place in Euro 2008 hung by a thread after a defeat by underdogs Scotland. Days before, the French rugby team had been trounced by similarly unfancied Argentina. It was a double nightmare as France is hosting the Rugby World Cup, keen to impress 4 billion global viewers and let off the pent-up energy that would have been expended on the 2012 Olympics if Paris hadn't lost out to London.
But while French commentators yesterday marvelled at the fervour of Scottish football fans, wondering if the "human tide of rosy-cheeked men in kilts" was behind the Bleus' loss, controversy raged over France's sporting patriotism and whether President Sarkozy could be held to blame for sporting catastrophes.
A row has developed over whether it was right to spur on players with the memory of a 17-year-old communist Resistance fighter killed by the Nazis. TV coverage of the French rugby dressing room before the France-Argentina match last week showed the team being read a letter written by the Resistance fighter Guy Môquet before his execution. The letter is a favourite of President Sarkozy, who had used it to mark his investiture as president, crying when he heard it and declaring it should be read to all French schoolchildren. The decision to read it to the rugby team was made by Bernard Laporte, who has accepted a job as junior sports minister in Mr Sarkozy's government as soon as the World Cup is over. But yesterday Clement Poitrenaud, the fullback who read the text, complained the dressing room footage made the team look like "cretins".
The Communist party was outraged by the use of the letter, the socialists were "shocked" and Môquet's biographer condemned the use of the letter as "grotesque, sad and unbearable". Crucially, the daily Le Parisien wondered if a letter beginning with the words "I'm going to die" could have "undermined the team's morale".
Yesterday, Mr Sarkozy's spokesman, David Martinon, said the president had not asked for the text be read to the players.
Political gain
But the president's sporting image and his courting of rugby and football stars appeared to have left him vulnerable. Mr Sarkozy, who prides himself on televised jogging and cycling sessions, has restyled himself as a rugby fan and insisted government ministers attend matches in order to reap as much political gain from what most of France assumed would be a clear path to at least the semi-finals.
His advisers have studied the impact of France's 1998 World Cup final victory on the then president Jacques Chirac, who despite not knowing the names of half the team, saw his poll ratings leap.
Mr Sarkozy has joked to the French rugby team that if they lose, he will be blamed. Part of France's prolific sports blogging community yesterday seemed to agree. The left-leaning news weekly Le Nouvel Observateur asked on its website: "Rugby, football: who's to blame that France is losing everything?" Sixty per cent of the 3,800 respondents by early evening felt it was Mr Sarkozy's fault.
Pascal Boniface, director of Paris's Institute for International and Strategic Relations, told the Guardian yesterday: "If France is knocked out of the rugby in the first round, the president's personal links to the team will become more of a handicap than an advantage, but rugby will still remain marginal to any other difficulties he faces."
Mr Sarkozy, the most popular French president since Charles de Gaulle, saw his poll ratings dip this week in the face of poor economic growth forecasts and difficult pension and public sector reform.
The writer and former rugby player, François Duboisset told the Guardian: "The French are currently worried about all sorts of social problems that sport can make them forget. So if the national team loses, it causes a national headache. But I'm optimistic - in sport, the impossible is always possible."
Le guide Parlez-vous rugby?
The French ministry of foreign affairs has produced a "French rugby survival kit" for English-speaking fans arriving at World Cup matches. More than 160,000 guides are being handed out at places such as the Waterloo Eurostar terminal, airports, stadiums and tourist offices as part of the operation "Oui, je parle rugby".
Among the 250 useful phrases translated by the government, rugby fans can learn how to get kitted out ("Je voudrais acheter ce maillot de rugby" - "I want to buy this rugby jersey").
There is a section on half-time, enabling fans to suggest going for a drink with new-found French friends ("Allons boire un coup") and getting the round ("C'est moi qui paie").
Technical translations of props, hookers, flankers, gumshields and penalties come with handy illustrations.
For teams doing well, the Mexican wave ("la hola") could come in handy as would "I have a hangover" ("J'ai la gueule de bois").