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martes, 29 de marzo de 2011

Cartelitos de Macri


Cristina sube y se acerca a la misma adhesión que tenía cuando asumió


La foto resulta contundente, por más que los procesos políticos tienen un desarrollo fílmico más que fotográfico. Pero la encuesta que publica en exclusiva PERFIL permite entender dónde está parada hoy la sociedad argentina, electoralmente hablando. Más allá de los condimentos locales que tuvo cada comicio, los casos de Catamarca y Chubut reflejan cambios en los humores sociales. Y este estudio de opinión pública radiografía los porqué.

No es fácil hallar en esta realidad de divisiones, donde cualquier hecho pasa por relatos opuestos, trabajos profesionales que posibiliten una aproximación rigurosa a diversos fenómenos. Para que no haya dudas, Ipsos-Mora y Araujo es una de las encuestadoras más prestigiosas del mercado y no ha hecho este sondeo para el Gobierno, al que no tiene entre su clientela, formada casi en su totalidad por privados. Esta aclaración tiene su sentido: hasta ahora, casi en todos los casos que se vieron encuestas muy favorables al kirchnerismo, las mismas eran pagadas con fondos gubernamentales.

Nuevo techo. Dejemos las explicaciones por un rato. Lo concreto es que Cristina Fernández de Kirchner alcanza en estos momentos un índice de aprobación similar al que tenía cuando arrancó su gestión. Acumula un 64% de adhesiones contra el 67% de diciembre de 2007, momento en el que disfrutaba (como cualquier gobernante) de lo que usualmente se conoce como período de “luna de miel”.

La película política de Cristina muestra que esos primeros meses de gracia se derrumbaron a la velocidad del sonido por el conflicto con el campo y la Resolución 125. Con vaivenes, desde entonces el desempeño presidencial se mantuvo en muy bajos niveles de aceptación, hasta tocar el piso del 27% en diciembre de 2009.

Acaso el lanzamiento en aquel momento de la única medida que no fue objetada por nadie del arco político, la Asignación Universal por Hijo (que de hecho era una idea propiciada durante años por dirigentes opositores), pueda empezar a explicar que, desde el arranque de 2010, la imagen de la gestión de Cristina no ha dejado de subir.

No pocos han querido fundamentar ese despegue por la muerte de Néstor Kirchner. El seguimiento de opinión pública que viene haciendo desde hace años Ipsos muestra que eso es parcialmente cierto. CFK ya venía creciendo sin prisa pero sin pausa. Y se dispara tras el fallecimiento de su marido: subió 12 puntos.

A partir de allí se da, hasta ahora, un fenómeno similar al de la crisis con el campo pero a la inversa: la imagen presidencial se mantiene en las alturas y busca un techo. Así como tras la 125 no había iniciativa oficial que significara un despegue, desde hace un año la ascendente imagen presidencial parece blindada.

Más allá de que sea acertado o no como estrategia, o que se pueda abusar de ella, esa fortaleza podría explicar por qué la Presidenta no deja el luto. Por qué Daniel Scioli no se retoba. O por qué el Gobierno nacionalizará todas las elecciones provinciales (en Catamarca resultó y en Chubut, gane o pierda, pocos tienen dudas de que significa un triunfo político del Frente para la Victoria).

Opositores en problemas. Este modelo se profundiza, como le gusta decir a la feligresía cristinista, con la caída de imagen de los principales líderes opositores. Mauricio Macri tiene la mitad de imagen positiva que Cristina y casi el doble de la negativa. El vicepresidente Julio Cobos está todavía algo peor que Macri. Ricardo Alfonsín no llega al tercio de imagen positiva, pero es el que menos imagen negativa tiene después de la Presidenta; claro que muchos no responden sobre él. Elisa Carrió parecería desterrada a un futuro apocalíptico. Y Eduardo Duhalde mantiene el dudoso privilegio de ser el precandidato con peor imagen del país.

Otra observación al respecto. Este estudio refleja la imagen que los 1.200 consultados en todo el país tienen de estos dirigentes, no necesariamente es una expresión electoral. Sucede que Ipsos todavía no encuestó intención de voto porque no están claras las candidaturas. Si hasta Cristina aún no se lanzó formalmente.

Por eso, con lo imprevisible que puede resultar la política argentina, sería como mínimo apresurado dar por hecho que la reelección de la Presidenta será poco menos que un trámite, tal como intenta instalar el cristinismo fundamentalista. Lo que sí está claro en esta película es que la protagonista clave es Ella. Los demás, por estos tiempos, son actores secundarios.

La seguridad preocupa pero la economía da optimismo

La encuesta de Ipsos-Mora y Araujo ratifica que la seguridad continúa siendo, lejos, la principal preocupación de los que viven en centros urbanos. Tres de cada cuatro consultados la señalan como el problema número uno.

En segundo lugar se ubica el tema del desempleo, aunque con una tendencia marcadamente a la baja (37%), muy cerca del piso que esa problemática recogió durante la gestión CFK. Y la acerca como nunca antes a la tercera de las preocupaciones: la educación.

En cuarto término recién aparece la inflación: es mencionada por uno de cada cuatro consultados. Si bien a lo largo del último año la referencia a los aumentos de precios se duplicó, según este estudio, todavía se mantiene lejos del podio de problemas.

Esto acaso explique por qué la economía es una de las patas esenciales donde se apoya la ascendente imagen de Cristina. No sólo el efecto inflacionario no es percibido como un gran problema, sino que la curva de adhesión a la gestión presidencial es acompañada por una acentuada alza de las expectativas económicas: uno de cada tres cree que el país estará mejor dentro de un año.

De acuerdo con el seguimiento que hace Ipsos-Mora y Araujo, durante el mandato de Cristina nunca antes se había registrado semejante optimismo económico. Otro dato que arroja luz para comprender lo que está sucediendo.

Fuente: Perfil

domingo, 30 de enero de 2011

El kirchnerismo pica en punta


Cristina Fernández de Kirchner se impondría con amplitud en el voto a presidente en casi todos los distritos, incluyendo la Capital Federal, donde le saca –al menos por ahora– 16 puntos de ventaja al actual jefe de Gobierno, Mauricio Macri. Debe recordarse que en la anterior elección presidencial, Cristina salió segunda, perdiendo por casi 20 puntos con Elisa Carrió; fue 37 a 18. En el distrito clave, la provincia de Buenos Aires, actualmente hay casi 30 puntos de ventaja de la Presidenta sobre quien en ese distrito ocupa el segundo lugar, Ricardo Alfonsín. La mandataria se impone igualmente en distritos cuya gobernación no está en manos del oficialismo, como es el caso de Santa Fe, Catamarca y Chubut.

Las conclusiones surgen de encuestas realizadas por la consultora Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. Los estudios abarcan muestras de más de mil personas en cada uno de los distritos. La consulta a los encuestados se hizo por teléfono, pero respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico social.

Es cierto que faltan nueve meses para los comicios, pero la realidad es que la Presidenta aparece con ventajas enormes en casi todos los distritos, incluyendo dos de los que le fueron más desfavorables en 2007, en la última elección presidencial: Capital Federal y Santa Fe. También es verdad que en la oposición todavía no decantó un candidato y que en este período previo todavía se dividen mucho los votos entre Macri y Alfonsín. La lógica es que ambos candidatos crezcan en los próximos meses, aunque Macri tiene la enorme dificultad de que su extensión territorial es –por ahora– pobre. Combina estar segundo en Capital Federal con el 18 por ciento de la intención de voto, con la cuarta ubicación en Santa Fe, con la mitad de ese porcentaje. Y lo más serio es que está muy lejos en la provincia de Buenos Aires, aunque habrá que ver si converge –como todo lo indica– en una alianza con el Peronismo Federal.

Cristina ganaría hoy en la Capital Federal, territorio difícil para el peronismo en general y para el oficialismo en particular. La diferencia en 2007 con Carrió fue notoria y uno de los datos más llamativos es que hoy la líder de la Coalición Cívica (CC) conseguiría sólo el seis por ciento de los votos y, lo que es peor, se ubicaría sexta detrás de Cristina, Macri, Alfonsín, Pino Solanas y Eduardo Duhalde. Todos los guarismos indican que la CC está corriendo un enorme riesgo al concurrir a las elecciones en soledad.

En la provincia de Buenos Aires votó en 2007 el 36 por ciento de los ciudadanos de todo el país. De acuerdo con el último censo, esa proporción será todavía más alta en las elecciones de octubre. En ese distrito clave, hoy por hoy Cristina lleva 30 puntos de ventaja, aunque también la lógica es que la oposición se vaya decantando. Se supone que el distrito bonaerense es donde Duhalde juega de local: sin embargo, se ubica tercero. Todo indica que la eventual alianza Macri-Peronismo Federal, por un lado, y el radicalismo por el otro, pueden acercarse al 20 por ciento de los votos, pero la Presidenta, con la asignación proporcional de los indecisos, puede trepar al 45 por ciento o más de los votos. Eso sería decisivo para ganar en primera vuelta.

En el trabajo del CEOP, la primera mandataria aparece duplicando a cualquier otro candidato en Santa Fe, una provincia gobernada por el socialismo. Es más, son las huestes de Hermes Binner las que parten como favoritas en la lucha por la gobernación, pero la elección provincial y la nacional serán en fechas distintas. Aun tratándose de un distrito gobernado por una fuerza opositora, la Presidenta encabeza la intención de voto. En 2007, Cristina se impuso por apenas un punto. Hoy la diferencia es notoria.

Circunstancias parecidas se dan en Chubut y Catamarca, provincias en las que no gobierna el Frente para la Victoria, sino el Peronismo Federal y la Unión Cívica Radical. Aun así, a nueve meses de los comicios, la Presidenta ganaría con amplitud.

Por supuesto que hasta el momento Cristina Fernández no confirmó que vaya a ser candidata y la oposición sigue dispersa, sin definir sus postulantes. No obstante, los trabajos del CEOP demuestran que el oficialismo tiene un óptimo punto de partida y la oposición debe remontar una situación más que difícil, tanto porque necesita posicionar sus candidatos como encontrar una propuesta alternativa de gobierno.

Fuente: Pagina 12

jueves, 30 de diciembre de 2010

La campaña que viene

Algunos ya se lanzaron oficialmente. Otros especulan con los tiempos. Pero cuando la última edición 2010 de Veintitrés esté en la calle, faltarán pocas horas para que finalmente comience el año electoral y todos, absolutamente todos los candidatos, tengan puesta primera para largarse de lleno a la gran carrera. La lucha por los votos promete una competencia picante, cargada de proyectos, denuncias cruzadas, estrategias y alianzas varias. Un escenario complejo que diversos especialistas consultados se dispusieron a analizar, con una advertencia compartida: si las elecciones fueran hoy, Cristina Fernández ganaría por lejos, sin siquiera someterse a ballottage.

Pero los escenarios, advierten los consultores, siempre pueden modificarse, así como la muerte repentina de Néstor Kirchner, aseguran, disparó los números a favor de la Presidenta, quien todavía no confirmó si será ella quien encabece las listas del oficialismo. Si bien algunos peronistas alimentaron esa posibilidad, en su entorno sostienen que su decisión recién se conocerá en marzo o abril del año próximo.


Hasta el momento, pocos candidatos lanzaron su campaña para llegar a la Casa Rosada: Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde, Elisa Carrió y Fernando “Pino” Solanas. Mauricio Macri, en cambio, todavía se dirime entre renovar su mandato en la ciudad o hacerles frente a sus ambiciones nacionales, que no encuentran demasiado asidero en las encuestas. Y Julio Cobos sueña “con que un ingeniero (como él) llegue a ser presidente” pero le resta sortear el escollo de la interna radical, que se avecina complicada. En ese ring, el vicepresidente debería enfrentar no sólo a Alfonsín –mejor posicionado entre los correligionarios– sino posiblemente también a Ernesto Sanz, que confesó sus deseos de aterrizar en Balcarce 50. Sin embargo, algunos especulan con que el senador y titular de la UCR se bajará de la pelea porque sus aspiraciones presidenciales son una pantalla que sirve para sacar a Cobos de la carrera por la gobernación de Mendoza.


Doris Capurro, de la consultora Ibarómetro, sostiene que los movimientos entre los candidatos no modifican demasiado el panorama 2011. “El kirchnerismo logró un importante consenso en las principales medidas del Gobierno –explica– y eso colocó a Cristina Fernández como la candidata más atractiva para el electorado. La mayoría de los argentinos no quiere que se interrumpa el proceso de crecimiento y de inclusión social.” Según las encuestas de Ibarómetro, la Presidenta alcanza un 38,7 por ciento de los votos, secundada lejanamente por Mauricio Macri, que araña el 10,5 por ciento, y Ricardo Alfonsín, que ronda el 8 por ciento.


Desde Analogías, su colega Analía Del Franco comparte esa mirada: “Más del 50 por ciento de la población quiere que las principales medidas del oficialismo, como la Asignación Universal por Hijo, la Ley de Medios o el lugar preponderante que ocupan los jubilados en la gestión, entre otras cuestiones, se sigan manteniendo a partir de 2011. Por eso, Cristina se mantiene en un lugar privilegiado con respecto a su rivales”.


Las buenas perspectivas de CFK encontrarán a la Presidenta en El Calafate para recibir el año nuevo en compañía de sus hijos. En un escenario en el que algunos sectores apuntan a la desestabilización, Fernández sabe que, sin el amparo de Néstor Kirchner, enfrentará un año difícil y más todavía si sus aspiraciones electorales la encaminan hacia la reelección.


Para Ricardo Rouvier, cuyas encuestas dan vencedora a CFK con un 41,8 por ciento de los votos –y, en segundo lugar, a Ricardo Alfonsín con 13,5 por ciento–, “hay un fuerte debilitamiento de la oposición que se vio reflejada luego de la muerte de Néstor, demostrando la entereza de la Presidenta”.


En ese contexto, para Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), “la consigna dominante debe ser la gestión. Es decir que Cristina Fernández no tiene que pensar en promesas sino en afianzar las transformaciones que vienen sucediendo desde 2003”. Capurro refuerza su idea con la reciente creación del Ministerio de Seguridad: “Es una estrategia muy importante en el marco de un año electoral, sobre todo, porque refuerza la idea de que la no represión de la protesta social constituye una bandera indeclinable de este gobierno”. Sin embargo, Del Franco advierte: “Si CFK quiere mantener su intención de voto, no tiene que distraerse. Tiene que focalizar en seguir el rumbo ya que la economía va a estar estable durante el 2011”.


El gran desafío de la Unión Cívica Radical, en cambio, serán las internas abiertas, simultáneas y obligatorias fijadas para el 14 de agosto próximo. “A contramano de lo que los radicales pensaban –afirma Bacman–, la nueva ley de reforma electoral no los favorece, porque llegan demasiado divididos para los comicios.” Aunque sólo Ricardo Alfonsín arrancó su campaña explícitamente, el vice-opositor y el senador Sanz también adelantaron su intención de quedarse con el sillón de Rivadavia. Y, en ese tránsito, el hijo del ex presidente –que se fue a Miami a pasar las fiestas– tiene mejor imagen que sus correligionarios: 56 por ciento de imagen positiva, según CEOP, y 42,7 por ciento, tal como registra Ibarómetro. Sin embargo, los números de intención de voto reflejan que apenas supera el 14 por ciento. “La UCR tiene un problema –comenta Rouvier– y es que no tiene buenos candidatos en los principales distritos del país. Con esa perspectiva, resulta indefectible la necesidad de una alianza con el socialismo de Hermes Binner o con el GEN, que lidera Margarita Stolbizer, si la intención de todos en la carrera del 2011 es instalarse como alternativa.” Para Capurro, con Alfonsín “los radicales no pueden dar la verdadera pelea. Van a tener que posicionar a Sanz también para que unifique al partido, aunque las probabilidades reflejan que Ricardo debería presentarse como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, si sus deseos son ganar una elección, y Julio Cobos como candidato en Mendoza. Sólo con esa estrategia afrontarán una elección digna”.


Del Franco no es extremista. Los analistas coinciden en que el futuro de Cleto “es muy complicado”. El vicepresidente, que todavía no definió si pasará sus vacaciones en Chile o en Brasil, deberá decidir su rumbo electoral al regresar de su receso estival. “Cobos es el típico caso de deterioro en dos años que tuvo un pico de popularidad –explica Del Franco–. Las razones fueron de forma: no podía renunciar porque iba a quedar mal parado pero, por otro lado, encabezaba una campaña opositora desde adentro, cosa que no fue bien vista por la opinión pública. Quedó atrapado en ese juego.” En las últimas semanas, el panorama cobista incorporó al lanzamiento de un programa de gobierno –que el mendocino expuso en un hotel porteño– la posibilidad de una alianza entre el vice y Francisco de Narváez, quien ya había oficializado su candidatura a gobernador de la provincia más poblada del país. Según Rouvier, de concretarse, sería una decisión que “ni los propios radicales le perdonarían”. Sin embargo, para Capurro, “el electorado que elige a Cobos está más cerca de De Narváez que de Alfonsín”.


En otro plano se encuentra la figura de Eduardo Duhalde, el candidato a presidente que desde un atril en Costa Salguero se presentó como el “salvador” de una Argentina “en llamas”, el garante de un “orden” que le hace falta al país. El caudillo de Lomas de Zamora intenta posicionarse en una carrera presidencial que siempre le resultó esquiva. Al día de hoy, Ibarómetro consigna que su imagen negativa ronda el 61,3 por ciento, mientras que CEOP registra un 73,7 por ciento. Indiferente a las contrariedades, Duhalde coquetea con Macri, a quien considera un aliado en territorio porteño y, si es posible, a nivel nacional.


“Inexorablemente el Pro y el Peronismo Federal van a tener que hacer una alianza para sumar adeptos y no dividir al electorado que comparten”, sintetizó Capurro. “La estrategia de Duhalde –advirtió Bacman– será la de generar ese incendio del que tanto habla. O, al menos, intentarlo, porque no existe en la realidad.” Para Duhalde, la existencia de internas obligatorias sigue siendo un dolor de cabeza, si su objetivo en competir al interior del Partido Justicialista. Sin embargo, para Del Franco, “sí o sí irá por fuera del partido. Puertas adentro, sus posibilidades de éxito son escasas”.


La candidata firme de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, dividirá su verano entre el sol, del que tanto disfruta, y su campaña, que tanto la obsesiona. Y aunque la diputada no cumplirá su promesa de no competir por la presidencia –tal como juró en 2007–, desde que rompió el Acuerdo Cívico y Social que compartía con radicales, socialistas y el GEN, su trabajó se intensificó, a la vista de un claro descenso en las encuestas. Si bien la decisión de que el diputado Adrián Pérez acompañe la fórmula fortaleció su imagen, lo cierto es que Lilita hoy ocupa el quinto lugar en la carrera hacia la Rosada. Es, como dicen los analistas, prácticamente una candidatura testimonial. “Lilita se terminó de desmoronar con la muerte de Kirchner –explica Capurro–, porque su única estrategia era pegarle a su figura. Por eso, es posible afirmar que hoy sólo sobrevive gracias a los medios.” En ese plano, los expertos coinciden en que la única salida que tiene para evitar un “fracaso que la hunda por completo” es volver al terruño radical. “Está muy cerrada en ella misma pero tiene que aceptar que está en el peor momento de su carrera política y tiene que dar un paso al costado. Sólo podría sobrevivir acordando con Alfonsín”, dispara Bacman. Capurro, en cambio, sostiene que “su apuesta es imponer a María Eugenia Estensoro en la Capital e intentar ganarla”. Hoy, en el ámbito porteño, la Coalición Cívica figura como la tercera fuerza del distrito.


Algo similar sucede con Fernando “Pino” Solanas. Aunque los analistas aseguraban que luego de su triunfo en 2009 apostaría por ganar en la ciudad, el cineasta decidió competir a nivel nacional. “Él tiene un lugar único y concentra un nicho propio –esboza Del Franco–. Como representante de la masa crítica del kirchnerismo más original, no tiene competencia a pesar de que quienes lo votan son conscientes de que se trata de una apuesta prácticamente testimonial.”


Luego de recibir el nuevo año en Brasil, de donde es oriunda su esposa, Pino recorrerá la costa argentina en los meses de verano, combinando su campaña con los últimos retoques de su película Oro negro. Mientras tanto, en los pasillos de Bolívar 1, se preguntan quién será el candidato oficialista para reemplazar a Macri al frente de la ciudad. El Pro todavía no dio señales del futuro de su jefe político, que se debate entre la presidencia y la reelección. Sobre todo, teniendo en cuenta la feroz disputa que existe entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, los dos dirigentes con más posibilidades para representar al partido en las elecciones locales. Además de las causas judiciales que tienen a Macri contra las cuerdas, los conflictos de Soldati y el club Albariño terminaron de delinear una apuesta macrista que generó más rechazos que buenas cosechas. En ese marco, desde el entorno del ex presidente de Boca evalúan seriamente la posibilidad de que Macri vuelva a competir por la Capital –según la consultora Equis, conserva una intención de voto del 38 por ciento– de la mano de una alianza con Duhalde que le ofrezca más aire para afrontar las elecciones. Si, en cambio, Macri se mantiene firme en competir por la presidencia, Rodríguez Larreta y Michetti se sacarán las pestañas por erigirse como candidatos de un espacio que no les asegura la victoria.


“Sin Pino Solanas en la carrera por la ciudad –visualiza Del Franco–, el Frente para la Victoria se posiciona como el espacio con mejor perspectiva para quebrar al macrismo.” El peronismo porteño todavía no definió a su candidato –están en carrera el senador Daniel Filmus, el ministro de Economía Amado Boudou y el de Trabajo, Carlos Tomada– pero aglutina el 22 por ciento de los votos, pudiendo vislumbrar una segunda vuelta mano a mano con el Pro.


En el futuro, todo es posible. Lo único cierto es que la campaña ya se coló en la mesa de todos.

Fuente: El Argentino

domingo, 24 de octubre de 2010

ENCUESTAS: A un año de la hora de votar

A exactamente doce meses de las próximas presidenciales, los especialistas coinciden en que no hay un candidato opositor que pueda enfrentar a los Kirchner, que hasta podrían ganar en primera vuelta. Los escenarios y los posibles cambios.

La mayoría de los consultores coincid

en en que exactamente a un año de las elecciones, Néstor Kirchner ganaría la primera vuelta. Se mezclan en ese cuadro dos factores: hay una recuperación del oficialismo y la oposición sigue sin tener un candidato atractivo. Algunos encuestadores dicen que tanto Néstor como Cristina tienen todavía chances de ganar en primera vuelta, sobre todo por el bajo requisito que tiene el sistema argentino: hay que conseguir el 40 por ciento de los votos más uno, con diez puntos de diferencia sobre el segundo. Hoy por hoy, quien disputa el segundo lugar es el radicalismo, en cualquiera de sus dos variantes, con Ricardo Alfonsín o con Julio Cobos. Habrá que ver qué sucede con la candidatura de Mauricio Macri y una eventual alianza con el Peronismo Federal.

No obstante, los encuestadores coinciden en que es muy difícil dar un diagnóstico cuando falta tanto para los comicios, básicamente porque no están claras las candidaturas opositoras. Una parte de la ciudadanía quiere un cambio, pero por ahora no ve una alternativa clara de gobernabilidad. Nueve de los principales consultores del país hicieron para Página/12 un diagnóstico sobre el voto en 2011.

Roberto Bacman, titular del CEOP: En los últimos dos meses la ventaja del oficialismo ha comenzado a consolidarse. Si el candidato por el Frente para la Victoria fuese Néstor Kirchner, obtiene algo más del 37 por ciento (sin tener en cuenta indecisos ni votos en blanco), lo cual lo ubica en una proyección que por el momento supera el 40 por ciento. Si la candidata fuera Cristina Fernández la intención de voto sería similar, incluso hasta un punto porcentual más que lo que hasta el momento logra el ex presidente.

La oposición sigue dispersa y bastante lejos, lo cual favorece el panorama electoral para el oficialismo.

El radicalismo ocupa el segundo lugar en la totalidad de los escenarios incluidos en la última medición de CEOP. Ricardo Alfonsín mantiene su ventaja por sobre Julio Cobos, aunque en estos últimos días el actual vicepresidente ha conseguido una mejora, tanto en imagen como en votos. En definitiva, ambos posibles candidatos de la UCR redondean un 18 por ciento de intención de voto.

Mauricio Macri se posiciona alrededor de los 12 puntos porcentuales, con muy leve variación en los distintos escenarios. Ha perdido votos en relación con tres meses atrás. La distancia con el radicalismo lo mantiene como posible candidato a participar en un posible ballottage.

Eduardo Duhalde (el mejor candidato del Peronismo Federal) sigue sin poder superar la barrera del 9 por ciento.

Los restantes precandidatos están más lejos: Fernando Solanas alrededor del 5 por ciento, Elisa Carrió entre el 3 y el 3,5 y el socialista Hermes Binner, en el eje del 2.

Rosendo Fraga, Centro de Estudios para la Nueva Mayoría: Las dos elecciones presidenciales de América del Sur, en Brasil y Colombia, mostraron una altísima volatilidad electoral. El opositor José Serra llevaba 20 puntos en 2009, un año más tarde Dilma Roussef llevaba 20, después la ventaja era de 14 y terminó nomás en 14. Un año antes de la elección en Colombia, Antanas Mockus tenía el 10 por ciento de los votos, en el mes previo a los comicios trepó a 45 por ciento y al momento de la elección tuvo 21. Es cierto que ganaron los oficialismos, pero hay que ver. Por ejemplo, en Chile se rompió la coalición oficialista y el oficialismo perdió. La aparición de Marcos Ominami fue importantísima: rompió la coalición oficialista. Es cierto, tiende a ganar el que está en el gobierno por las ventajas de la situación económica. Pero en la Argentina hay dos hechos de importancia. En primer lugar, el oficialismo perdió en las elecciones legislativas, algo que no ocurrió ni en Brasil ni en Colombia. Segundo, aquí se rompió la coalición peronista, parecido a lo de Chile. No tengo dudas de que la primera minoría será para Néstor Kirchner. Pero necesita ganar en la primera vuelta. La segunda es más complicada para él.

Sergio Berensztein, Poliarquía: Por ahora habrá segunda vuelta, ningún candidato o partido parece tener un piso electoral suficiente para definir la elección en la primera vuelta.

Enrique Zuleta Puceiro, OPSM: De adelantarse al día de hoy las elecciones de octubre del 2011, las tendencias son claras: Néstor Kirchner se impondría con más de 12 puntos de ventaja sobre su seguidor más inmediato –Mauricio Macri–, aunque sin una ventaja suficiente para sortear la necesidad de una segunda vuelta. Con una pulseada interna cada vez más difícil de resolver, Julio Cobos y Ricardo Alfonsín empatan con algo más del 12 por ciento de los votos cada uno. Salvo Eduardo Duhalde, los candidatos del Peronismo Federal ven desvanecerse día a día sus posibilidades de participar de la recta final. La indefinición ha crecido en las últimas semanas, reduciendo las tendencias de todos los candidatos. Esta ventaja del oficialismo, corporizado provisoriamente con Kirchner, sería algo mayor si la candidatura fuera Cristina Fernández y algo menor si fuera Daniel Scioli. Tampoco cabe un juicio definitivo acerca de la posibilidad de otros candidatos capaces de unir a la oposición. Carlos Reutemann es una posibilidad abierta.

Santiago Rossi, Ipsos-Mora y Araujo: El escenario preelectoral plantea demasiadas incertidumbres como para imaginar pronósticos. Los datos de opinión pública muestran a una sociedad que no está definida y que no tiene a las elecciones como algo cercano para fijar posición. Pese a esto, podemos inferir que la fotografía favorece al Gobierno frente a una oposición fragmentada sin claros liderazgos.

Analía Del Franco, Analogías: El común denominador de los principales candidatos es que se encuentran en la etapa de fortalecimiento de su nivel de imagen positiva, si bien no todos comparten el mismo punto de partida. Algunos deben recuperar un mejor nivel de imagen positiva, como el caso de Julio Cobos, debido a una tendencia a la baja de la misma durante el ultimo año; en la misma situación se encuentra Lilita Carrió. En otros, como es el caso de Néstor Kirchner y de la propia Presidenta, el aumento de la imagen positiva de ambos en los últimos diez meses no es suficiente para embarcarse holgadamente en una campaña presidencial, si bien por el momento les resulta suficiente a cada uno de ellos para mantener el primer lugar en la intención de voto de primera vuelta.

Mauricio Macri ha mantenido en el ultimo año una imagen positiva-negativa equilibrada pero demasiado estable, sería conveniente para él, al igual que en el caso anterior, tener cierto “superávit”; Mario Das Neves, con buen nivel de imagen positiva, requiere de un mayor conocimiento a nivel nacional; también éste el caso de Pino Solanas.

Diferente el caso de Ricardo Alfonsín, alto conocimiento, la más alta imagen positiva entre los dirigentes nacionales, debiendo ahora construir y reforzar su exposición como presidenciable.

Los candidatos del Peronismo Federal presentan en general un perfil muy desdibujado frente al 2011 y Carlos Reutemann con sus reiteradas negaciones finalmente logró el distanciamiento de su electorado.

Artemio López, de Equis: El Frente para la Victoria gana la primera vuelta, es decir que consigue la primera minoría. El segundo lugar es claramente para el Acuerdo Cívico y Social, con una eventual formula de Ricardo Alfonsín-Hermes Binner.

Doris Capurro, Ibarómetro: Hoy, el panorama electoral se parece al sistema solar. Hay un sol, único, que a algunos los quema y a otros les da calor. Ese sol es Néstor Kirchner. A su alrededor hay muchos planetas que dan vueltas, sin que se destaque ninguno. La oposición está huérfana de liderazgos. Todo gira alrededor de él, a favor o en contra. Es lógico, entonces, pensar que si no hay un cambio drástico en la realidad, Kirchner gane en la primera vuelta. Venimos evaluando a la opinión pública todos los meses, en diferentes escenarios electorales, y sea Néstor Kirchner o Cristina Fernández, cualquiera de los dos supera en primera vuelta –con proyección de indecisos– los 40 puntos necesarios para vencer, ganándoles a sus adversarios por más de 15 puntos. No es sólo por falta de un candidato opositor. Es porque, para la mayoría –aun para los que lo rechazan–, Kirchner es el único que parecería garantizar la continuidad del crecimiento económico, que no se detendrá el bienestar que genera el consumo y que no se volverá atrás en las principales políticas de inclusión social.

Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados: En la primera vuelta la tendencia va marcando una diferencia importante a favor del kirchnerismo. Al punto de que esto lo estimula a intentar ganar en esa instancia. Los candidatos o precandidatos opositores quedan lejos del primero. La UCR/Socialismo se ubica segundo y tercero el PRO.

Fuente, Pagina 12

El CENTRO METROPOLITANO DE DISEÑO en Barracas

Frente del viejo Mercado del pescado, reciclado y convertido en el CMD

Grafica urbana PRO

lunes, 19 de abril de 2010

Macri, Kirchner y Cobos, en escenario de balotaje

A un año y medio de las elecciones de 2011, Mauricio Macri, Néstor Kirchner y Julio Cobos, en ese orden, lideran la intención de voto para las presidenciales, según un relevamiento de dos mil casos realizado en el área metropolitana de Buenos Aires.
La encuesta monitoreada por Julio Aurelio -que habitualmente trabaja para el macrismo- plantea tres escenarios de ballotaje. Macri vs. Cobos, Macri vs. Kirchner y Macri vs. Francisco de Narváez. En los tres sale vencedor el jefe de Gobierno porteño con una diferencia que oscila entre el 10 y el 22 por ciento. Al que más distancia le saca es a su (¿ex?) aliado, con quien, según la mayoría de los encuestadores, comparte el mismo electorado. De Narváez, vale aclarar, tiene un impedimento legal para ser candidato porque nació en Colombia y por eso no fue medido en el rango de intención de voto que preparó Aurelio.
Estos números generaron una sensación que se parecía mucho a la euforia entre la dirigencia que responde a Macri, quien, si bien no lo ha afirmado públicamente, ya está lanzado en la carrera presidencial. Eso, pese a la complicada causa judicial que le sigue el juez Norberto Oyarbide por las escuchas ilegales en su Gobierno.
La imagen positiva de Macri trepa al 62% y la negativa es del 34,6%. La de Cristina Kirchner es de 41,6% la positiva y de 56,8 la negativa. Un poco más arriba que la Presidenta se encuentra uno de los principales aliados de la Casa Rosada, Daniel Scioli, que también suena como presidenciable. La positiva del gobernador es del 53,5% y la negativa del 41,5%.
Otro que sigue midiendo bien, aunque exhibe una mínima caída, es el vicepresidente Cobos. El 55,1% de los consultados valora su trabajo pero lo evalúa negativamente el 36,9%. De Narváez tiene una imagen positiva del 48,5% aunque tiene una imagen negativa bastante alta, que llega al 41,4%.
¿Evaluación de gestión? A Macri lo aprueba el 63,7% de los entrevistados y lo rechaza el 33%. A Cristina los números no le dan lo mal que le daban hace un tiempo: su gestión tiene 49,5% de imagen positiva y 48,9% de negativa.
Fuente: Clarin

domingo, 18 de abril de 2010

Cómo funciona el laboratorio político de De Narváez 2011

Todo los lunes Francisco de Narváez llega a su búnker del barrio de Las Cañitas bien temprano. En esa suerte de laboratorio político que son en realidad sus oficinas encabeza cada semana reuniones con un equipo de técnicos. Ya trabaja en un plan de desarrollo para Argentina con vistas a 2011. Lo quiere tener listo a fin de año, cuando decidirá qué estrategia judicial seguirá para conseguir que lo habiliten a competir. No puede porque nació en Colombia.
El lunes, en la oficina verde -cada lugar tiene un color-, se trató el tema de la inflación. "El Colorado" -como le dicen al diputado del PJ disidente- se prepara en forma meticulosa para ser candidato presidencial. Parte de esa preparación es más bien reservada.
En los últimos días algunos dirigentes del PJ dieron por hecho que el diputado ya se bajó de esa pelea nacional y buscaría la gobernación.
El otro que está convencido de eso es el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quien está súper lanzado a la carrera presidencial y entusiasmado por algunas encuestas.
Pero en el entorno de De Narváez lo niegan. En las oficinas del diputado se trabaja igual que hace un tiempo: con la mirada en la presidencia. Es más, mañana De Narváez inaugurará una sede porteña de su agrupación a cinco cuadras de la jefatura de gobierno porteño, donde trabaja Macri.
Esa jugada tiene que ver con su plan para la Casa Rosada.
En estos días Eduardo Duhalde dijo que De Narváez en realidad quería ser jefe de gobierno porteño. "Es falso y una locura", dijo en privado el protagonista del rumor apenas escuchó el comentario.
Fue su último motivo de furia con el ex presidente. La relación política entre ambos parece rota, aunque comparten algunos aliados bonaerenses.
"Francisco estudia horas y horas todos los temas", dijo uno de los hombres que lo conoce hace años y sabe bien qué planes tiene De Narváez.
Hasta que no tener un rechazo de la Corte, el diputado trabajará para cumplir con su sueño presidencial.
Los que lo asesoran a nivel jurídico juran que es falso que ya tuvieron indicios del rechazo de algunos miembros de la Corte a la candidatura. "Sabemos que lo que no hay que hacer es mandar emisarios que hablen con los jueces. No hay que hablar. Eso mismo le aconsejamos a Francisco. Llegado el momento veremos que instancia judicial tomaremos", dijo una fuente.
Lo único que cambió el diputado del PJ anti K en los últimos días fue su estrategia: admitió en público que quiere ser candidato a presidente pero ahora decidió que hasta fin de año o marzo próximo no dirá una palabra más del futuro. Dejará que se especule con sus dos candidaturas. Y se le escuchará decir todo el tiempo una frase: "No hay provincia de Buenos Aires sin país y país sin provincia". Será su manera de decir que su proyecto presidencial sigue en marcha y, de paso, que la provincia de Buenos Aires se mantiene como su plan B.
Esta semana aparecieron los afiches que decían: "Gardel es argentino, De Narváez presidente". Se los adjudican al sindicalista y legislador porteño Daniel Amoroso, que asesora en temas gremiales a De Narváez. Fue sólo un gesto sin demasiado riesgo político para desterrar las versiones del que "El Colorado" abandonaba la pelea presidencial.
"Falta mucho. El que habla de candidaturas ahora pierde", dijo en una reunión privada el diputado Gustavo Ferrari, quien es, además de amigo, la mano derecha de De Narváez.
El jueves último "El Colorado" mantuvo una reunión con el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Fue una de sus tantas bajadas al conurbano, algunas son más reservadas: los intendentes le piden discreción para no enojar a Néstor Kirchner.
El hombre que le ganó al ex presidente en las últimas elecciones nunca descuida la provincia de Buenos Aires. No sólo por si al final termina por postularse como candidato a gobernador bonaerense; sino porque ese distrito concentra el 40 por ciento del padrón electoral y es clave para la elección de 2011.
En la agenda de De Narváez hay anotadas para la semana próxima otros viajes: irá a La Rioja y a Catamarca. Hay una sola razón: afianzar relaciones políticas en el peronismo del interior y nacionalizar su imagen. Es casi como si estuviera en campaña sin ser candidato. Recorre el país.
Hace pocos días, De Narváez reinauguró en privado su enorme y sofisticado búnker. Cambió hasta las fotos. Hubo retoques decorativos pero también se afianzó el grupo de gente que trabaja en el proyecto presidencial con el plan nacional de desarrollo. Y se estableció un método de trabajo para cumplir la orden del jefe de tener listo un plan que diga cómo se hará en concreto cada proyecto.
Este lunes hará su ingreso formal Nicolás Ducoté, quien coordinará los equipos técnicos y los contenidos del plan. Ducoté se entrevistó primero con Ferrari y después con De Narváez. Lo convencieron: renunció hace una semana a la dirección general del Cippec (Centro de Implementación de políticas públicas) y ya tiene su misión en el equipo.
Después de las puertas electrónicas del búnker de Las Cañitas, hay varias oficinas, pero lo primero que pusieron es una foto gigante de De Narváez con los brazos en alto y la imagen de Perón detrás. Debajo de esa foto hay una leyenda en letras enormes: "Hay un país para hacer".
La escalera que lleva al primer piso, donde hay una sala de edición de televisión, también tiene en cada escalón una inscripción: educación y prosperidad son las palabras que se repiten. Sólo en el último hay una diferente: dice ascenso social.
Todas las oficinas se reacondicionaron porque hay casi 40 personas que trabajan en los equipos técnicos.
Es común ya ver muy seguido a José Pepe Scioli, ex secretario general de la gobernación bonaerense y hermano de Daniel Scioli. Es uno de los encargados de armar la provincia de Buenos Aires. Los otros son Amoroso y Emilio Monzó, ex ministro bonaerense y dirigente agropecuario. "Pepe" Scioli es uno de los preferidos de De Narváez. Dice que no ha tenido problemas con su hermano por cruzar de vereda.
El laboratorio político de De Narváez tiene tres pisos. En la planta baja hay un bar enorme que tiene una pantalla gigante donde todo el tiempo pasan imágenes de De Narváez en sus recorridas en la provincia y por el país. Solo se detiene cuando cierran las oficinas.
Al costado de ese lugar se agregó un cubo de acrílico rojo, donde están los equipos de los servidores de Internet. En la puerta hay un enorme letrero digital que dice: "Los días que faltan para el futuro". Y funciona un reloj que marca el tiempo que falta para el cambio de presidente. El viernes a la mañana marcaba: 603 días, 13 horas, 47 minutos y 27 segundos.
Cuando el año pasado compitió contra Kirchner en las elecciones legislativas, De Narváez tenía un reloj similar, aunque más chico y estaba en la puerta de entrada.
Todo está diseñado en esas oficinas como para un candidato presidencial.
"El Colorado" habla como candidato ante sus equipos. Pregunta, hace anotaciones y encarga trabajos. Se reúne con todos los técnicos los lunes y después por separado para hablar de temas puntuales. Gustavo Ferrari trabaja en proyecto y reformas institucionales y de Justicia; Ricardo Delgado, ex número dos de Ecolatina, es quien está a cargo de los temas económicos. Marcelo Elizondo, que fue hasta el mes pasado el titular de Exportar, se ocupa de los temas de política exterior e inversión.
Rogelio Frigerio nieto empezó a trabajar esta semana los temas de coparticipación y en todo el entramado de las deudas provinciales.
También están Daniel Sánchez de León en salud -diseña un seguro de salud universal-; la diputada Natalia Gambaro en temas de Justicia y seguridad interior y Mariana Becerra en niñez y cuestiones sociales.
De Narváez tiene como método pedir que le traigan los mejores técnicos a su equipo. Hace poco en una conversación con alguien de su confianza dijo: "Quiero al mejor especialista de pobreza que haya en el país". Buscaron. Había tres que reparten su vida en actividades académicas en el exterior o son muy técnicos. "Quiero uno que se meta en el barrio", pidió el diputado. Están en la búsqueda.
El tiempo no para y De Narváez sigue en su carrera presidencial. Lo hará a su modo y sin descuidar su plan B de la provincia de Buenos Aires. Ya no espera a Carlos Reutemann y no sabe, como todos en el PJ, si del otro lado estará Néstor Kirchner o Scioli o ambos en una fórmula. El sigue y en secreto afina cada vez más sus relaciones en el peronismo. "Nosotros pudimos, nosotros podemos", dice otro de los nuevos carteles que colgó cuando reinauguró hace poco sus oficinas.
Fuente: Clarin

jueves, 15 de abril de 2010

De Narváez apela a Gardel para lanzar su candidatura presidencial

La interna del peronismo disidente sigue sin definirse. Hay muchos caciques pero ningún lider claro. El mejor posicionado, Reutemann, aún no se decide a ser candidato a presidente; Duhalde quiere lanzarse (y de hecho lo hizo), pero tiene una alta imagen negativa (59,8%, según la consultora eQuis); y el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, no sabe si buscar la reelección o la presidencia, mientras sufre por la causa de las escuchas ilegales que podría destituirlo.
La gran duda de esa interna es Francisco De Narváez. El vencedor de Kirchner en las últimas elecciones legislativas quiere ser presidente, pero la Constitución Nacional se lo impide por haber nacido en Colombia.En su artículo 89, la carta magna reza: "Para ser elegido Presidente o vicepresidente de la Nación, se requiere haber nacido en el territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo, habiendo nacido en país extranjero". De Narváez no cumple ninguna de esas dos condiciones.


Hasta hoy, el colombiano se debatía entre tres opciones. Una era gobernar la provincia de Buenos Aires, pero Duhalde le advirtió que es un territorio muy difícil de gestionar. Además, De Narváez no contaría con el apoyo del aparato duhaldista como sí lo tuvo en las últimas elecciones, precisamente por los acuerdos rotos entre ambos.
La segunda era presentarse como candidato a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero la idea lo enfrentó con su ¿ex? aliado, Mauricio Macri, porque se disputarían el mismo distrito. Macri, además, también quiere ser presidente, y a idea de competir con De Narváez no le cae muy bien.
Ahora De Narváez se habría volcado por la tercera opción, su aspiración original, ser candidato a presidente. Al menos eso parece por los afiches que aparecieron esta mañana en el microcentro porteño, que rezan "Gardel es argentino, Francisco presidente. Tiene sentido".
Los carteles confirmarían la intención del colombiano de presentarse ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que avalen su candidatura. Sin embargo, algunos de los miembros del máximo tribunal ya insinuaron que es difícil que su pedido tenga éxito: la Constitución fue reformada en 1994, por lo que no se puede argumentar que el artículo 89 sea "caduco".
Si De Narváez logra candidatearse, resta ver si lo hará por dentro o por fuera de la interna del PJ. La primera opción lo obligaría a competir con Néstor Kirchner en internas abiertas, y las últimas encuestas revelan que habría un empate técnico entre ambos.
Fuente: Perfil.com.