En la carrera por la Casa Blanca los analistas y encuestadores están llegando a un rápido consenso: el candidato demócrata Barack Obama ha empezado a distanciarse de su rival republicano John McCain, pero una teoría conocida como el "Efecto Bradley" podría explicar si el resultado será completamente opuesto el día de las elecciones.
El nombre del efecto entró al léxico político después de las elecciones a la gobernación del estado de California en 1982, en las que el popular alcalde de la ciudad de Los Ángeles, el afroestadounidense Tom Bradley disputó el cargo al candidato blanco y republicano, George Deukmejian.
A pesar de que las encuestas consistentemente le daban a Bradley la ventaja - inclusive una, a boca de urna, lo proyectó como ganador - Deukmejian fue elegido por un estrecho margen.
En el análisis post-electoral se pudo establecer que el porcentaje de votantes blancos que sufragó a favor de Bradley fue más bajo que lo estimado en las encuestas.
Quedó así formulado el efecto Bradley para las elecciones entre un candidato negro y un candidato blanco; que supone que los votantes dicen una cosa a los encuestadores y, a la hora de marcar la balota electoral, hacen otra.
En las elecciones presidenciales de 2008, los más recientes sondeos nacionales le dan a Barack Obama entre siete y diez puntos de ventaja. Uno coloca a Obama a 14 puntos de McCain.
Con respecto al conteo de votos del colegio electoral, las encuestas regionales de los estados en disputa señalan que el candidato demócrata ya sumaría los 270 delegados necesarios para llegar a la presidencia.
Algunos analistas consideran que la brecha reflejada en las encuestas sería muy difícil de cerrar para McCain con el poco tiempo que queda antes de las elecciones, no obstante, la campaña de Obama está manteniéndose muy serena en cuanto a esos números se refiere.
El portavoz nacional de Barack Obama, Federico de Jesús, dijo a BBC Mundo que no están bajando la guardia. "Estas son unas elecciones muy importantes y no estamos dando ningún voto por sentado. Estamos haciendo todo lo posible por movilizar a los votantes, llevando el mensaje de Barack Obama", expresó de Jesús.
El portavoz añadió que los planteamientos del candidato demócrata sobre la economía, seguro de salud y la guerra en Irak posiblemente le han ganado la simpatía de los encuestados.
"Esos son los temas que le importan al electorado, no tanto el aspecto racial", resalta de Jesús. "Siempre va a haber un nivel de racismo en Estados Unidos, pero es mínimo. Estamos viendo un país más abierto, al fin y al cabo es un país multiétnico y multicultural".
Las apreciaciones de la campaña de Obama con respecto a la superación del tema racial parecen estar fundamentadas en las encuestas de los estados sureños, tradicionalmente conservadores y con antecedentes de discriminación, como Georgia, Virginia y Carolina del Sur donde el senador de Illinois empezó a superar a McCain.
El encuestador Sergio Bendixen, de Bendixen y Asociados, dijo a la BBC estar sorprendido ante la aparente reacción del electorado estadounidense.
"Realmente parece que se han superado las barreras raciales. Pensé que sería imposible y estuve equivocado. Me alegro que el pueblo americano esté dejando el tema de la raza a un lado", comentó Bendixen.
Sin embargo, para John Watson, profesor de comunicación de la Universidad Americana de Washington, el tema racial sigue muy vigente en EE.UU.
"Aunque no podemos saber a ciencia cierta por qué la gente vota como vota, en este país generalmente se censura a una persona y toma una decisión sobre otra basándose únicamente en el aspecto racial", explicó Watson a BBC Mundo.
"Así que esas decisiones no se toman públicamente. Pero el tema es tan importante en este país, que cuando la gente actúa lejos del ojo público, responden mayoritariamente desde las entrañas con esos sentimientos que no necesariamente son los mejores", continuó el catedrático.
Para Watson este fenómeno se manifiesta en todo el país, sin importar si la región tenga un electorado progresista o no.
Es más, el experto en comunicación estima que en las zonas donde la problemática racial está más exacerbada y, hasta cierto punto, es más aceptable manifestar preferencias en torno a la raza de un candidato, el efecto Bradley no se siente tan fuertemente.
"La única manera en que la raza no se vuelva un factor es teniendo un candidato opositor horrible", sostiene Watson. "Ese no es el caso, pues John McCain es un candidato viable con muchas posibilidades". "Estaría muy sorprendido, muy agradablemente sorprendido, si el factor Bradley no controla el resultado de estas elecciones", concluyó John Watson.
Nadia Nasanovsky
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