BOGOTA.- En medio de denuncias sobre las supuestas dádivas ofrecidas por el gobierno, el Congreso colombiano debatía anoche un controvertido proyecto de ley que le abriría las puertas al presidente Alvaro Uribe a un tercer mandato.
La Cámara de Representantes discutía anoche la iniciativa, que ya fue aprobada por el Senado la semana pasada, y que contempla la convocatoria a un referéndum en el que los colombianos deberán decidir si quieren una reforma constitucional que autorizaría una segunda reelección del mandatario.
Para que el proyecto sea aprobado se requieren 84 votos como mínimo. El ministro del Interior, Fabio Valencia, dijo momentos antes del comienzo de la reunión que la coalición oficialista tiene asegurados por lo menos 91 sufragios.
Sin embargo, pese al entusiasmo del gobierno, la antesala de la votación estuvo marcada por una fuerte polémica: varios congresistas presentaron impedimentos para votar y otros hicieron saber sus temores a ser investigados por votar una norma cargada de objeciones legales.
De ser aprobado por la Cámara de Representantes, la iniciativa oficialista deberá pasar a la Corte Constitucional, tribunal que dictaminará si su trámite se dio sin vicios de fondo y forma.
El plan para convocar al referéndum ha estado salpicado de denuncias sobre irregularidades desde que comenzó, a mediados de 2008, con la recolección de casi 5 millones de firmas promovida por el llamado Partido de la U (Social de la Unidad Nacional, de centroderecha), uno de los seis que conforman la coalición que respalda a Uribe.
Los opositores Partido Liberal (centro) y Polo Democrático (izquierda) denunciaron el otorgamiento de dádivas a congresistas, como mayores presupuestos para sus regiones y el otorgamiento de cargos a cambio de votos.
La última denuncia la presentó ayer el precandidato liberal Rafael Pardo, que acusó al gobierno de recurrir a unos 110 millones de dólares de un fondo destinado a seguridad ciudadana para comprar votos.
El gobierno, a través de varios de sus ministros, desestimó esas denuncias, que están siendo investigadas por la Procuraduría colombiana.
Decenas de congresistas y ex congresistas han sido investigados en los últimos meses porque supuestamente recibieron dádivas a cambio de votar en favor de la reforma constitucional que posibilitó la primera reelección de Uribe, en 2006.
El trámite del referéndum también ha provocado tensión entre Uribe y la jerarquía de la Iglesia Católica, que advirtió al mandatario de la inconveniencia de aferrarse al poder. "Dos períodos son suficientes", señaló el mes pasado el cardenal y arzobispo de Bogotá, Pedro Rubiano, aliado tradicional del gobierno, al pedirle a Uribe que no se presente a una nueva reelección.
Incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cuestionó ante el propio Uribe, su principal aliado en la región, la reforma que permitiría al mandatario colombiano buscar un tercer mandato. Durante un encuentro en Washington, el 29 de junio pasado, Uribe respondió que su objetivo no es perpetuarse en el poder sino dar continuidad a su política de "seguridad democrática" contra la guerrilla y el narcotráfico.
La guerrilla y la economíaLos éxitos en la lucha contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y un manejo económico que le ha permitido al país mantener las más altas tasas de crecimiento de su historia le han granjeado a Uribe una alta popularidad interna. El mandatario, que goza de un respaldo del 68% de la población, por el momento ha evitado responder a los pedidos que dirigentes del oficialismo y empresarios le han hecho para que defina si será candidato en los comicios de mayo de 2010. El presidente se ha limitado a afirmar que tiene "una encrucijada del alma".
Uribe ganó las elecciones presidenciales de 2002 y desde el poder impulsó una polémica reforma constitucional para permitir su reelección, que finalmente obtuvo en 2006. En ambas elecciones triunfó en primera vuelta y de manera contundente.
Fuente: La Nación / Agencias AFP, EFE, ANSA y Reuters
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