En todo Uruguay, pero fundamentalmente en Montevideo, fue un domingo de gran movilización en las calles, con diez horas de caravanas, actos y conciertos, en los que el oficialismo procuró dar la imagen de una victoria segura el domingo y la oposición, de asegurar que no está todo dicho.
"Vamos a ganar", dijo José Mujica, el candidato presidencial del Frente Amplio. "Nunca me he entregado", respondió Luis Alberto Lacalle, el postulante del Partido Nacional, que aspira a derrotar a Mujica en un ballottage a fines de noviembre.
Tras una movilización multitudinaria que recorrió diversos puntos de Montevideo, Mujica dijo que está convencido de que ganará en la primera vuelta y que obtendrá la mayoría absoluta en las dos cámaras legislativas.
Por la mañana, antes de la caravana, la dirigencia de la izquierda había analizado la marcha de la campaña con diferentes enfoques, unos entusiasmados con la esperanza de lograr esa votación tan alta y otros, más cautos, pensando ya en un ballottage.
La extensión de la caravana (entre 20 y 30 kilómetros) y su expansión por fuera del recorrido trazado despertaron un clima triunfalista en el oficialismo, pero todos esperan las encuestas que se conocerán entre el miércoles y el jueves.
Mientras tanto, Lacalle trata de mantener activa y confiada a su gente. "No hago promesas vanas porque me considero una persona coherente y de respeto, que es lo primero que me merezco; soy un luchador, porque he hecho todo lo que he podido y porque nunca me he entregado", dijo el dirigente blanco, que procura volver al gobierno y que, según las encuestas, tiene el apoyo de entre el 29 y el 31 por ciento de los uruguayos.
El Partido Nacional cerró ayer su campaña en las calles y no hará un acto final de todos los grupos que respaldan la fórmula Lacalle-Jorge Larrañaga. Sin embargo, dirigentes blancos consideraban anoche que es riesgoso dejarle al Frente Amplio el resto de la semana para movilizaciones públicas, porque eso genera entusiasmo por el clima festivo y puede arrastrar el voto de los indecisos, cerca del 10 por ciento de la población, un porcentaje muy elevado a esta altura de la campaña.
Los blancos, como se conoce a los militantes del Partido Nacional, habían decidido hacer múltiples actos en lugar de un acto final, para demostrar su presencia en todos los barrios, de todos los extractos sociales. Pero esas actividades, que tuvieron buena repercusión en las calles, quedaron finalmente opacadas por la imponente movilización de los frentistas por toda la capital, lo que se dio también en muchas ciudades del interior.
El presidente del Frente Amplio, el ex rector de la Universidad de la República Jorge Brovetto, declaró anoche que la movilización "superó todas las expectativas" y expresó confianza en el encuentro esperado para hoy entre Mujica y Tabaré Vázquez. "Queda claro que hay un fervor muy grande por el Frente. Es lo que muestra la calle; es lo que siempre pasa con el Frente, una vez que se pone en movimiento, es una transatlántico."
Mujica, un ex guerrillero que ganó la candidatura frentista con el respaldo del Movimiento Tupamaro y el Partido Comunista, pidió a sus seguidores que hicieran un esfuerzo por hablar con los indecisos para asegurar la victoria en la primera vuelta, el domingo. Y también lanzó críticas contra su principal adversario, Lacalle. "Yo no vengo a hacer promesas, porque estoy cansado de esta «Cuquilandia»", dijo, en alusión al apodo del candidato blanco, Cuqui. Y agregó: "Va a un lugar y dice que la economía es un desastre y después hace promesas. ¿Con qué lana las va a financiar?", preguntó.
Al final de la caravana, durante un acto del Partido Socialista en las canteras del parque Rodó, Mujica se mostró confiado en una victoria en primera vuelta. Para eso, necesita obtener la mitad más uno del total de los votos del domingo. Las encuestas le dan hasta ahora una intención de voto del 44%.
Mientras tanto, Lacalle pronunció múltiples discursos en los actos de las listas que lo apoyan y habló sobre los principales problemas que expresa la gente, fundamentalmente la inseguridad. Además, criticó al gobierno por el sistema carcelario, que colapsó por hacinamiento de reclusos.
"Hay que construir cárceles para no tener la mayor violación de derechos humanos que se vive en este gobierno, que es tener siete presos donde caben dos." Además, cuestionó al primer ministro del Interior del gobierno de Vázquez, que impulsó una ley para liberar presos con el propósito de descongestionar las cárceles.
La seguridad, tema centralEl Frente Amplio también ha prestado una mayor atención al tema de la inseguridad, que en los últimos meses ha surgido como uno de los principales problemas, según la mayoría de los uruguayos. Por eso, corrigió su programa de gobierno aprobado en diciembre e incorporó un capítulo sobre seguridad y la promesa de duplicar el presupuesto en esta área.
Lacalle golpeó sobre ese punto. "En este carnaval de promesas, en el programa del Frente Amplio ahora se dice que se va a duplicar el presupuesto de seguridad. Ya han pasado cinco años y se ha agravado enormemente el tema de la seguridad ciudadana, es una burla", dijo.
En pleno centro de Montevideo, el histórico Partido Colorado cerró su campaña con un discurso emotivo de su candidato Pedro Bordaberry que se centró en la renovación. Dijo que el domingo no se votaba "en contra de nadie", sino "a favor de ideas".
En tanto, el candidato a la presidencia por el Partido Independiente, Pablo Mieres, también cerró su campaña con la reivindicación de la autonomía política de ese lema. "Hay partidos que les venden a los uruguayos la idea del voto útil o la no regresión al pasado, pero que en el fondo lo único que existe es el deseo de mantener la maldita mayoría absoluta", dijo Mieres, que aspira a llegar al Senado.
Hoy, las consultoras en opinión pública comenzarán a procesar los datos para las últimas encuestas. Será apenas un anticipo del escrutinio que se hará en la noche del domingo.
Fuente: La Nación
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