Con el aval de Néstor Kirchner, los transversales se rearman de cara a 2011. Después de recibir el guiño del ex presidente, el espacio no pejotista del mundo K, las fuerzas políticas “progresistas”, los movimientos sociales oficialistas más un grupo de intendentes, acordaron dos puntos básicos: quieren que el candidato presidencial sea el patagónico y que haya una “construcción frentista”. Esto es, que el Partido Justicialista pase a ser parte constitutiva del Frente para la Victoria y sus aliados, una forma de diluir de pejotismo el armado político K.
Tras el fracaso electoral del 28-J, cuando el ex presidente se refugió en el peronismo más ortodoxo y perdió en la provincia de Buenos Aires, los transversales interpretan que habrá un nuevo giro. De regir la ley de abiertas simultáneas y obligatorias, impulsan armar una alianza con el PJ que controla Kirchner, una movida que la legislación permite. Para eso, cuentan con la marca del Frente Grande, uno de los cinco partidos de orden nacional que superan los requisitos de la nueva norma. Es decir, de configurarse ese esquema, el resto de los candidatos peronistas debería resignarse a competir dentro de ese ensamble afín al Gobierno o ir por afuera, con otras personerías jurídicas. “¿Imaginás a Carlos Reutemann o Francisco de Narváez compitiendo dentro de ese frente de centroizquierda? Yo no”, confió un dirigente kirchnerista con llegada al matrimonio presidencial.
“Si aceptan la política frentista, otros postulantes peronistas estarían habilitados para venir a disputar en la interna. Pero no pueden usar por fuera el sello del PJ”, explicó a Crítica de la Argentina el presidente del Frente Grande y funcionario de Cancillería, Eduardo Sigal.
A su vez, la mesa transversal tiene otras dos patas. Desde el año pasado, funciona el denominado Encuentro de la Militancia Nacional y Popular, que nuclea al FG, el Frente Transversal encabezado por Edgardo Depetri, la corriente Martín Fierro y un conjunto de intendentes bonaerenses. Entre los jefes comunales se destacan Mario Secco (Ensenada), Francisco “Barba” Gutiérrez (Quilmes), Graciela Rosso (Luján), Gustavo Arrieta (Cañuelas), Ricardo Ivoskus (San Martín), Ricardo Curuchet (Marcos Paz), Aldo San Pedro (Bragado) y Ricardo Moccero (Coronel Suárez). Este conglomerado aporta peso territorial.
El otro sostén son los partidos “amigos”, que le dan una pátina de centroizquierda al movimiento. En este pelotón, se encolumna la Concertación –conducida por los radicales Gustavo López, hoy funcionario, y la diputada Silvia Vázquez-, el Socialismo bonaerense –representado por el secretario de Relaciones Parlamentarias, Oscar González, y el legislador Ariel Basteiro-, el Partido Intransigente, el Proyecto Popular y el Partido Comunista Congreso Extraordinario.
“El PJ solo no le alcanza para dar la disputa. Quizá nosotros no le brindamos tanto cuantitativamente, pero sí cualitativamente”, dijo a este diario el socialista Basteiro. Una semilla de esta apuesta, a nivel provincial, fue el lanzamiento en Rosario, del Movimiento Santafesino por la Justicia Social, conducido por el jefe del bloque de diputados K, Agustín Rossi. Ese día, en la mesa central estuvieron referentes del progresismo bien asimilados por la clase media urbana: la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, el legislador Carlos Heller, y el filósofo Ricardo Forster. En ese encuentro, Rossi dio un mensaje claro: “Julio Cobos nos hizo mucho daño, pero nos haría un daño peor si abdicamos a construir un espacio político plural”.
Si bien dentro del arco transversal tratan de amasar una postura común, hay diferencias porque un sector presiona para que se dé marcha atrás con la reforma política sancionada el año pasado. Es una cuestión de supervivencia: las nuevas reglas arrasarían con la personería jurídica de sus agrupaciones. Otro punto en la agenda de discusión es si realizan el relanzamiento del frente, en un acto en el Luna Park. “No sabemos cuánto aporta hacerlo ahora, quizá haga falta que madure un poco más el espacio”, se sinceró uno de los organizadores. Sí confluyeron y tuvieron una fuerte presencia el jueves pasado, en la marcha a favor de aplicación de la ley de medios, actualmente frenada en la Justicia. Por ahora, la máxima a la que adhieren todos es la postulación de Néstor. “Otro candidato, como Daniel Scioli, no nos llena de emoción”, sostuvo un dirigente del espacio. Fiel a su estilo de no mostrar las cartas, Kirchner jugará al misterio de “pingüino, pingüina o un gobernador” por lo menos hasta fin de año.
Fuente: Crítica
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