Por Mario Riorda (Politólogo)
Admiro a Antanas Mockus, reciente candidato derrotado a presidente de Colombia. Reconozco que el político y el personaje me han cautivado desde que volví a Bogotá. Transformador, innovador y corajudo. Hacedor de prototipos comunicacionales que posibilitaron que los ciudadanos de la capital colombiana hayan internalizado el "civismo", expresión tan cara a los sentimientos democráticos.
Como candidato a presidente, días antes de su derrota a manos de Juan Manuel Santos -quien es ahora presidente electo de Colombia-, Mockus escribió algunos posts en la red social Facebook y algunos también en Twitter.
Cuatro de ellos, a mi juicio, constituyen sendos errores que desnudan y resumen su estrategia política integral.
Primer "post". "Mañana todo está en juego. En las urnas no hay un solo voto. Todos a VOTAR. Somos capaces de transformar culturalmente a Colombia".
Esa afirmación desconoce que el comportamiento político se basa en la "estabilidad de las preferencias", que no cambian sustancialmente en el tiempo. No se trata sólo de preferencias que guardan relación estable con los bienes y servicios del mercado, sino que pueden ser aspectos fundamentales, como la salud, el prestigio, el placer, el temor, etcétera.
El gobierno de Álvaro Uribe ha terminado con un apoyo ciudadano sin precedentes, gracias a trabajar centrado en su "política de seguridad democrática", elemento clave de su "mito de gobierno".
El miedo- asociado a la inseguridad del país- es una preferencia demasiada arraigada para plantear una transformación cultural así sin más. Sorprende que haya sido Mockus, con su bagaje de autorregulación social, quien plantee que las preferencias cambien rápidamente en una elección y no como mínimo en el mediano plazo, aun si se reconociera lo mucho que trabajó desde su Movimiento Visionarios por Colombia.
Al hablar de preferencias, no se habla de preferencias de candidatos, pero aun un cambio repentino de opciones de un candidato a otro, puede reflejar en esencia que un elector mantiene una clara estabilidad que hace que sus prioridades no satisfechas por la anterior opción (políticas, económicas o de seguridad, por ejemplo) puedan ser satisfechas de una manera alternativa, aunque sea esta última de origen partidario opuesto a la anterior.
Segundo "post". "El Partido Verde está fundado para vivir siglos, no décadas. Como elector en Colombia, veo las tendencias mundiales y veo que hacer que el Partido Verde gane las elecciones es lo más racional".
La idea de lo "verde" ha sido para Mockus una triple oportunidad: de tener partido político como instrumento para presentarse como candidato; para seducir al electorado progresista y a los jóvenes.
Sin embargo, las preferencias "ranquean", es decir, tienen una escala jerárquica. Así como lo "verde" significó el elemento diferenciador de Mockus frente a Santos y el resto de los candidatos, también fue su condena, porque su figura "verde" no fue lo suficientemente sólida para el combate a la inseguridad como primera demanda pública.
Podría afirmarse que la mayoría de los votantes colombianos "tuvo miedo a seguir teniendo miedo". Uno de los peligros de la comunicación política centrada en el temor es que éste suele nublar el raciocinio. Una eficaz comunicación suele activar estructuras mentales inconscientes que motivan los comportamientos sin prestar atención a la racionalidad de los intereses: esa racionalidad que Mockus proclamó como necesaria para seguir una tendencia verde mundial.
Tercer "post". "Nosotros tenemos otros criterios para leer la realidad que no clasifican en la izquierda o la derecha: sinceridad, coherencia, legalidad, amor a la Constitución y a la vida".
Ya había escrito en este diario que "las ideologías, aunque buenas, no son Wikipedia", pero, sin embargo, funcionan como "hoja de ruta" para partidos y electores a partir de lemas y valores. Es un avance para el elector que empieza a razonar orientado en principios fundamentales, sin necesidad de conocer la totalidad de las posiciones en torno de la agenda. Para colmo, el partido de la "U" tenía -y tiene- ideología, y es explícita.
Cuarto "post". "Hay que confiar más en las ideas y en las propuestas que en las encuestas".
Es imposible desatender las demandas de la opinión pública y sobrevivir en la política. La acción política nunca es inocente y está diseñada para obtener cambios de comportamiento en la ciudadanía, pues siempre lleva consigo propósitos o intenciones.
No reconozco que el uso excesivo de las técnicas de recolección de datos contribuya a una "cultura de la opinática", en la que se sigue las pulsiones del pueblo. Más cerca estoy de perspectivas modernizadoras que asumen cambios que caracterizan a la cientifización de la política y ayudan a su profesionalización.
El resultado de investigaciones debería ser una guía constante, más no excluyente, en toda acción política profesional, para que no sea un ejercicio intelectual unilateral que emana sólo del decisor político.
La tercera generación de innovación política, según el reporte Innovation Tomorrow (Comisión Europea, 2002) está compuesta por componentes esenciales: investigación, ciencia y tecnología, iniciativa e ingenio. Los dos últimos se asocian a la innovación como estilo, aludiendo a la capacidad de creación y recreación de uno mismo (incluye ciertas dosis de impredecibilidad e improvisación) para manejar contingencias, pero no excluye a la ciencia. Por ende, mucho menos en Mockus, ex rector universitario.
Creo que Mockus no leyó de manera adecuada el contexto colombiano. Además, nunca hay que confiarse: los votos se cuentan en las urnas y no en los amigos de Facebook. Ahí, Mockus arrasaba.
Fuente: La Voz
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