Los sondeos en la provincia de Buenos Aires fueron los que más fallas tuvieron. Los consultores lo explican por la diferencia de la boleta de diputados y la de concejales en algunos distritos. Admiten la influencia del optimismo de los comandos de campaña.
Pero los resultados provocaron una serie de interrogantes:
1 ¿Cuáles fueron los pronósticos en la provincia de Buenos Aires?
La consultora Poliarquía fue la gran ganadora en la polémica por los sondeos en territorio bonaerense. Durante el mes de abril, en tres estudios sucesivos, la empresa que comandan Alejandro Catterberg, Sergio Berenzstein, Eduardo Fidanza y Fabián Perechodnik afirmó que Francisco de Narváez estaba a la cabeza por márgenes que oscilaban entre los 2,5 y tres puntos, muy cerca del resultado final. Página/12 publicó el domingo la opinión de once encuestadores, de los cuales cinco –CEOP, Analogías, Equis, Ibarómetro y Rouvier– dieron triunfos de Néstor Kirchner por un rango que estaba entre los cinco y los seis puntos, mientras que otros dos –Haime y Mora y Araujo– hablaban de una diferencia de cuatro a favor del ex presidente. En una situación de empate, pero con ventaja para Kirchner, se ubicó Opinión Autenticada y hubo tres encuestadores que le daban una luz a De Narváez. Poliarquía lo venía haciendo desde principios de mes y, en los últimos días de la campaña, se sumaron –y acertaron en el pronóstico– Isonomía y Giacobbe y Asociados.
2 ¿Por qué acertó Poliarquía y la mayoría de los encuestadores estuvieron inclusive fuera del margen de error?
“No puedo saber las razones de la diferencia entre el pronóstico de Poliarquía y el de otras consultoras. Para eso deberíamos poder comparar las metodologías y las estrategias de investigación. De cualquier modo, Poliarquía no fue la única que hizo un pronóstico correcto. Lo que sí puedo decir es cómo procedió Poliarquía: trabajamos con muestras domiciliarias y telefónicas sistemáticas y con encuestas de tipo “panel”, en las que se pregunta a las mismas personas su intención de voto en distintos momentos para conocer si cambian las preferencias durante el transcurso de la campaña. Los resultados fueron consistentes desde 30 días antes de las elecciones, oscilando la ventaja de De Narváez en torno de los tres puntos. Fue muy significativo un dato: Kirchner apenas obtenía una mínima diferencia en el Gran Buenos Aires mientras Unión-PRO obtenía una ventaja muy neta en el interior de la provincia. Ese fue el principal indicador de que De Narváez tenía fuerte probabilidad de ganar”, explicó Eduardo Fidanza.
3 No faltan quienes afirman que las encuestas se manipulan al servicio de la fuerza política o candidato que las contrata. ¿Cómo operaría eso? ¿Qué explican los consultores que no acertaron?
Todos los encuestadores consultados por este diario afirman que ninguna de las empresas conocidas, con años en el mercado, publica un dato que cree que no se va a verificar en las urnas. “Es suicidar a la empresa”, afirman. Pero todos admiten que el clima de los comandos electorales es, casi por naturaleza, de un optimismo desbordante. Y así ocurrió en el caso de Kirchner: los intendentes hacían cola para informar que, de acuerdo con sus propias encuestas, el ex presidente iba ganando por diez, quince o veinte puntos en cada distrito del conurbano. Eso ya creaba una fuerte presión. “Uno siempre afronta decisiones interpretativas de los números –señala Enrique Zuleta Puceiro–. Porque el analista debe resolver sobre inconsistencias, resultados que no le cierran del todo, indefiniciones, porcentajes de indecisos. Y ahí juega un lugar común de la política argentina: el mito de la infraestructura y el aparato del peronismo en el Gran Buenos Aires. Eso lleva, muchísimas veces, a ser el sostén de proyecciones demasiado optimistas.”
Roberto Bacman, de CEOP, afirma en forma categórica que la diferencia estuvo en la evaluación de las candidaturas testimoniales. Quiere decir que la mayoría de las consultoras que daban ganando a Kirchner consideraron que los intendentes traccionaban votos a la lista de diputados del Frente para
“Durante todo el mes hubo una situación de empate, de tironeo –señala Analía Del Franco–. Pero en los últimos días nos terminamos inclinando por la variante más optimista, en primer lugar porque cuando les exhibíamos a los encuestados la boleta con los intendentes, la intención de voto a Kirchner subía. Además, la imagen del ex presidente mejoró, mientras que el voto a De Narváez y Stolbizer parecía inestable. Nos inclinamos para la visión optimista y nos equivocamos.”
Por supuesto que algunos hablan de traición de los intendentes, pero otros insisten en que hubo una corriente de protesta, de sentimiento anti K, que se verificó también, por ejemplo, en Santa Cruz y en Entre Ríos.
4 ¿Qué pasó en
La performance de las consultoras en Capital Federal fue impecable. El fenómeno de Fernando “Pino” Solanas fue percibido dos semanas antes de las elecciones y primero Hugo Haime y después Artemio López predijeron su segundo puesto. Al final, casi todas las encuestas llegaron a la misma conclusión: Solanas desbordaba a Alfonso Prat Gay. El CEOP, Equis, Rouvier, Poliarquía y Analogías estuvieron muy cerca de acertar también el 24 por ciento que consiguió el cineasta. El resto de los resultados de la elección también fue captado por los sondeos: el primer lugar de Gabriela Michetti, el tercero de Prat Gay y el cuarto de Carlos Heller.
5 ¿Hubo aciertos en Santa Fe?
En una elección tan pareja, dos consultores sostuvieron que ganaría Carlos Reutemann, pese a que la mayoría se inclinaba por Rubén Giustiniani. Hugo Haime y OPSM, la encuestadora de Zuleta, percibieron la victoria del Lole.
6 ¿Qué pasó con Córdoba y Mendoza?
En ambos distritos, todas las encuestas dieron bien al ganador, pero hubo bastante error en las dimensiones. Luis Juez venció en la carrera a senador, aunque por una diferencia muchísimo menor a la pensada, y el cobista Ernesto Sanz consiguió casi el 50 por ciento de los votos, algo que tampoco estaba en los planes.
7 ¿Qué papel jugaron las encuestas?
Otra vez se confirmaron tres experiencias de importancia. La primera: los ciudadanos no siempre votan al que va ganando y, por lo tanto, la incidencia de la encuesta en una campaña es bastante más un mito que una realidad. La mayoría de las consultoras decían que ganaba Kirchner y la leve diferencia fue para De Narváez. El segundo elemento es que las encuestas le sirven al ciudadano para orientarse. En este caso, muchos vieron que De Narváez-Solá era una alternativa para manifestar su oposición a Kirchner y, aunque no les entusiasmara el propio candidato, lo utilizaron como instrumento para manifestar su voluntad. Por último, la prohibición de publicar bocas de urna a las 18 –que no existe prácticamente en ningún lugar del mundo– quedó evidenciada otra vez como algo inútil. En Francia, la propia Corte Suprema declaró inconstitucional la prohibición de publicar sondeos.
Fuente: Pagina 12
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