WASHINGTON.- Una nueva encuesta mostró hoy una caída en la confianza pública en el presidente Barack Obama entre los estadounidenses, que están preocupados por el futuro de la reforma del sistema de salud, la economía y el creciente déficit fiscal.
Menos de la mitad de los estadounidenses, un 49%, dijo creer que el presidente tomará las decisiones correctas, comparado con un 60% que pensaba esto cuando Obama cumplió 100 días en la Casa Blanca, según el sondeo de The Washington Post y ABC .
La encuesta mostró que la aprobación general de Obama es de 57%, 12 puntos menos que en su pico, en abril. Un 53% % de los consultados desaprueba la forma en que maneja el déficit fiscal y su plan de reformar el sistema de salud.
Polémica cobertura médica. La caída de la popularidad de Obama llega en medio de una profunda división en Estados Unidos por su intención de extender la cobertura médica a 50 millones de personas, en su mayoría pobres, que carecen de ella, y disminuir los costos del sistema. Así, un 55% de los estadounidenses cree que la situación va "seriamente" por el mal camino, por encima del 48% que pensaba lo mismo en abril.
Pese a la mayor percepción negativa sobre el rumbo general del país, los estadounidenses son más optimistas sobre la duración de la recesión: el 50% cree que se superará en los próximos 12 meses, frente al 28% que estimaba en febrero que la crisis se superaría rápido.
El sondeo entre 1000 adultos del país se realizó entre el 13 y el 17 de agosto, justo cuando estalló un acalorado debate sobre el futuro del plan de salud pública propuesto como parte de la reforma.
Varios comentarios ambiguos de Obama y altos funcionarios del gobierno el pasado fin de semana fueron interpretados como una señal de que la Casa Blanca daba marcha atrás a la "opción pública".
Esa señal puso en pie de guerra al ala más progresista del Partido Demócrata y a los activistas que ayudaron a Obama a ganar la Presidencia en noviembre pasado, que defienden un sistema público de salud, que conviviría con el actual entramado privado.
Legisladores demócratas fueron abucheados por opositores de la reforma cuando explicaban el plan en sus distritos, mientras que desconocidos pintaron una cruz esvástica en la oficina de un diputado demócrata. Críticos de la iniciativa se manifestaron armados y con carteles que mostraban a Obama como el líder nazi Adolf Hitler.
En busca de encauzar el debate, el presidente defendió ayer su plan ante un periodista radial conservador y al grueso de sus seguidores más progresistas, y tuvo que rechazar la queja de un partidario de que estaba "cediendo un poquito" ante las críticas.
Rebelión demócrata. Además, horas después, líderes demócratas del Congreso amenazaron con una rebelión porque el presidente se negó a decir que cualquier ley de reforma que se apruebe deberá contemplar la opción de una cobertura médica estatal. Asimismo, la oposición republicana continuó con su casi unánime oposición al proyecto.
Obama dijo en su reunión con el periodista que la razón prevalecerá y pidió que no cundiera el pánico. "Se lo garantizo, vamos a aprobar la reforma de Salud", dijo. Obama insistió en que quiere una ley también aceptable para los republicanos, que dicen que la reforma costará demasiada plata a un Estado con un déficit ya exorbitante y llevará a la quiebra de prestadoras privadas que no podrán competir con la opción pública.
De todos modos, la prensa informó ayer que los líderes demócratas del Congreso dicen en privado que se preparan a sacar adelante la ley ellos solos, sin el apoyo republicano.
Obama defendió su plan anoche en un tercer evento en el Comité Nacional Demócrata en Washington, pero aquí tampoco mencionó la opción pública, para malestar de los demócratas más progresistas.
Después del acto, la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que "de ninguna forma" la cámara aprobará una ley que no contemple la cobertura médica estatal.
Fuente: La Nación / Agencias EFE, AP y ANSA
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