Medida va, medida viene, en España se está librando una disputa cibercultural de importancia –presente y futura– que en cualquier momento detonará en América Latina. A grandes rasgos, se quiere aprobar –impulsada por la desangrada industria discográfica local– una batería de leyes que permitirían cortarles el servicio de internet a los internautas que proporcionen links de descarga a música y películas sin pagar derechos de autor. La respuesta no tardó en llegar y lo hizo en forma de manifiesto, redactado colectivamente por bloggers, periodistas, internautas en general en defensa de la cultura. Para copiar, pegar y leer.
1 Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2 La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del Poder Judicial. Ni un cierre sin sentencia.
3 La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la librecompetencia y ralentizando su proyección internacional.
4 La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen solamente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5 Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6 Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7 Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8 Exigimos que el gobierno garantice por ley la neutralidad de la red en España, ante cualquier presión que pueda producirse.
9 Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10 En democracia, las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas.
Fuente: Crítica
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