El año pasado, el Gobierno adelantó las elecciones legislativas para morigerar el desgaste político que se veía venir. Igual perdió. Por estos días, la presidente Cristina Kirchner volvió a sugerir en privado la posibilidad de adelantar las presidenciales ante un panorama similar: una nueva encuesta revela que Néstor Kirchner, la principal espada oficialista, es el dirigente con peor imagen en la provincia de Buenos Aires, distrito que supo ser un bastión K, agrupa el porcentaje más alto de votos y define la competencia nacional.
Un artículo de Crítica de la Argentina expone una encuesta de Management & Fit que muestra preocupantes números para el ex presidente. Este lunes, otra consultora publicó un nuevo sondeo que refleja el cielo gris que se tiende sobre el kirchnerismo en tierras bonaerenses: según Poliarquía Consultores, Kirchner recoge una imagen negativa del 61 por ciento y una positiva del 37 por ciento.
El trabajo de Poliarquía –consultora que conoce la Provincia y que vaticinó la victoria de Francisco De Narváez el 28 de junio pasado- está hecho sobre 1.000 casos en la provincia de Buenos Aires. Según el estudio, el presidente del PJ es el de peor imagen, seguido por Eduardo Duhalde y Elisa Carrió. Pero con una salvedad: cuando la medición apunta a la intención de voto presidencial, aparece sólo un punto por debajo de Julio Cobos y Mauricio Macri -quien siempre tuvo buenos números en la provincia de Daniel Scioli-, con 23 por ciento.
EL CASO MENEM. “Lo que le está pasando a Kirchner es lo que le pasó a (Carlos) Menem en los últimos años. Tiene un nivel de polarización muy fuerte y la gente que tiene buena imagen la vota toda. Menem, en 2003, tenía 25% de imagen positiva y sacó 24% de los votos”, explicó a este medio Alejandro Catterberg. Uno de los directores de Poliarquía.
La diferencia más importante que existe entre Kirchner y el resto de los candidatos que podría plantar la oposición es que si bien tiene un piso de intención de voto alto, el techo es bajo. “Si en primera vuelta se presentan muchos candidatos y se fracciona mucho la oposición, el 23 por ciento de Kirchner parece un número fuerte. Aumenta sus chances. Aunque si llega a un ballotage las chances serían nulas”, asegura el analista.
Y agrega: “Tanto Cobos como Macri tienen un techo electoral más amplio que Kirchner. Hay que tener en cuenta además que esta encuesta es sólo en la provincia de Buenos Aires. En Capital Federal, Córdoba o Santa Fe el escenario es peor para el gobierno”. Extrañamente, Cristina no fue medida a la hora de sondear la intención de voto presidencial.
RICARDITO, CANDIDATO. Según el trabajo de Poliarquía, el dirigente con mejor relación entre imagen positiva y negativa es sorpresivamente Ricardo Alfonsín, un dirigente que hasta el fallecimiento de su padre y la campaña 2009 tenía un alto desconocimiento en el electorado. Hoy, sólo lo desconoce el 10 por ciento, tiene una imagen positiva del 55 por ciento y una negativa del 26 por ciento.
“Estos datos, igual, se dan un contexto de electorado muy enojado con la política y con valores de imagen positivo muy por debajo de los que se veían hace dos o tres años atrás. Igual, hay que destacar que hace mucho tiempo que no se veía a un dirigente radical arriba”, estimó Catterberg.
Aunque la encuesta no ofrece datos sobre la lucha por la gobernación bonaerense, el análisis de la imagen sirve para armar un panorama, aunque precario.
Si Alfonsín asoma como el nombre más fuerte del Acuerdo Cívico y Social (ACyS) –muy por encima de Margarita Stolbizer-, De Narváez sostiene interesantes cifras luego de la sorprendente performance del 28 de junio pasado para erigirse en el principal nombre del PJ disidente. Habrá que ver cuánto le repercute la posible ruptura de Unión PRO, donde aparece pegado a Macri, ya que el jefe de Gobierno porteño tiene alta estima en el electorado provincial.
Por último, Daniel Scioli -“más por carisma personal que por ser oficialista”, estimó Catterberg- emerge como la principal figura de la Casa Rosada.
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