Berlín, 13 mar (EFE).- El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, atribuyó a una presunta "campaña de difamación" electoralista las acusaciones de amiguismo lanzadas contra él por la conformación de las delegaciones que le acompañan en sus viajes al extranjero.
"Quien crea que logrará con tal campaña que gane una mayoría de izquierda en Renania del Norte-Westfalia es que menosprecia la inteligencia de nuestros ciudadanos", dijo Westerwelle, de regreso de Latinoamérica, en relación a los comicios de mayo en ese estado, gobernado por cristianodemócratas y liberales.
El ministro, presidente del Partido Liberal (FDP), salió así al paso de las sospechas de amiguismo en relación a sus viajes, cuestión que ha centrado la atención en Alemania durante su gira, esta semana, por Chile, Argentina, Uruguay y finalmente Brasil.
A la serie de revelaciones de los días pasados se sumaron hoy las del semanario "Der Spiegel" y que afectan a uno de sus hombres de confianza en Exteriores, Jörg Arntz, responsable de coordinación y hasta hace poco socio del empresario Cornelius Boersch, propietario de varias empresas en Suiza y Alemania.
Boersch formó parte de las delegaciones de empresarios que han acompañado al ministro en sus giras por Asia y Oriente Medio. Desde sus empresas se han transferido desde 2002 hasta 165.200 euros en donativos al FDP de Westerwelle, según medios alemanes.
El empresario formaría parte de la trama de presuntos "amigos" del ministro, una trama en la que asimismo están implicadas dos personas de su entorno privado: su hermano menor, Kai Westerwelle, y su compañero sentimental, Michael Mronz, organizador de eventos deportivos y asimismo presente en la gira por Latinoamérica.
La presencia del compañero sentimental del ministro despertó las suspicacias, ya que si bien es habitual que un jefe de la diplomacia viaje ocasionalmente acompañado de su pareja, entre los medios se barajó que tales ocasiones podían "abrir las puertas" a Mronz en beneficio de sus asuntos empresariales.
En pleno revuelo por el trato de favor que, por ejemplo, podía sacar un organizador de eventos deportivos de sus contactos en Brasil -sede del Mundial de Fútbol 2014 y los JJOO de 2016-, el propio Mronz anunció ayer que no acompañará a Westerwelle en su próximo viaje a Sudáfrica -sede del Mundial 2010-.
Ya a principios de semana, Mronz salió al paso de las primeras especulaciones, al afirmar que paga los costes de su bolsillo.
La canciller Angela Merkel respaldó ayer a Westerwelle al expresar a través de su viceportavoz, Sabine Heimach, su confianza en que la selección de empresarios que acompañan al ministro en sus viajes al extranjero "se ajustan a los criterios establecidos".
Heimbach matizó, sin embargo, que la canciller no interviene en esa selección, sino que cada uno de sus ministros "está facultado para decidir por sí mismo quién conforma esas delegaciones".
Las sospechas en torno a Westerwelle coinciden con el mal momento en las encuestas de la coalición de Merkel -integrada por la Unión Cristianodemócrata Alemana y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU), junto al FDP-.
Las últimas encuestas dan a las tres formaciones del gobierno, a escala federal, un 41 por ciento, frente al 51 de un hipotético bloque entre socialdemócratas, La Izquierda y Los Verdes.
Respecto a las comicios renanos, se baraja asimismo una posible pérdida de la mayoría de la coalición de centro-derecha. EFE gc/ma
Fuente: El confidencial
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