viernes, 11 de septiembre de 2009

Afiches, actos políticos y recitales en Buenos Aires


Los partidos uruguayos saben que una partecita de su suerte se juega al otro lado del río: en Argentina viven medio millón de electores. Y saben que, si bien un porcentaje pequeño de ellos viaja a Uruguay a votar (deben hacerlo si quieren participar; el sufragio no es consular), son 20, 30 ó 40 mil los que en cada elección regresan a su país a ejercer ese derecho.

Por eso la fórmula del Frente Amplio, José Mujica y Danilo Astori, estará mañana en el Luna Park de Buenos Aires. Y días después será el turno de Luis Lacalle y Jorge Larrañaga, binomio nacional o blanco. El Partido Colorado, débil en las encuestas, no suele hacer campaña en Argentina, aunque aquí también tenga adeptos.

Frentamplistas y blancos tienen gente y sedes en Buenos Aires que dirigen su campaña. Y en general pesan más en el voto los primeros: el grueso de la diáspora en Argentina, si va a votar a Uruguay, vota por la izquierda. Lo mismo suele suceder con emigrados de otros países.

En agosto estuvo Astori aquí y señaló que al menos 25 mil de los emigrados viajarán a su país para sufragar, lo que equivale a "un punto porcentual del padrón" que "puede definir los comicios". Vino con otros dirigentes como Rafael Michelini y Antonio Carámbula. Ahora vendrá con Pepe Mujica, asiduo visitante de Argentina y cuyo acto en el Luna contará con música bien querida en suelo argentino, la de Los Olimareños. Mujica ya estuvo en Brasil y en Chile. Ayer sufrió la campaña sucia de afiches que decían "Bienvenido Muji-K", con la que se busca denunciar un supuesto favoritismo del gobierno kirchnersita.

Lacalle y Larrañaga también estuvieron en tierra chilena, visitando barrios pobres de Valparaíso y a empresarios trasandinos, y vendrán a Buenos Aires este mes (el candidato a vice ya lo hizo en julio). Les organiza la agenda el Club Manuel Oribe, Casa del PN, en Boedo. Lacalle marcó diferencias con Mujica en temas de fuerte interés en Argentina, como el perfil que debería tener el Mercosur. Aquí espera reunirse, entre otros, con el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, con quien también se verá Mujica (Macri acaba de decir en Uruguay que era un líder "pintoresco"), además de funcionarios nacionales.

Ambos conglomerados quieren convencer a un electorado que, esperan, se movilice en avión, auto o sobre todo por barco aprovechando el descuento en pasajes que acostumbra hacer el principal operador fluvial, y que se repetirá en octubre. La campaña de Astori habilitó el número telefónico 0800-URUGUAY para informarse al respecto. Y Mujica dijo ayer en Montevideo que pedirá al gobierno argentino un asueto para facilitar la movilización.

El FA tiene además puestos de difusión en Parque Centenario, Quilmes o La Matanza. Allí impulsa una reforma constitucional para incorporar el voto consular o epistolar para los uruguayos de la diáspora. Si logran las firmas y se aprueba el plebiscito, se podría votar así a partir de las elecciones de 2014. Lacalle es reacio, pero dirigentes del PN, como el senador Francisco Gallinal, dijeron estar de acuerdo con la iniciativa siempre que se aclare la metodología y la transparencia.
Fuente: Clarin

Hoy Cobos encabeza la lista de los presidenciables

Cuando todavía falta más de dos años para las elecciones presidenciales, las encuestadoras se encuentran midiendo quiénes son los personajes que están a la cabeza de las preferencias de la sociedad para suceder a Cristina Fernández en el sillón de Rivadavia. La crisis de representatividad que vive nuestro país hoy en día es muy grande, y eso se refleja sin ningún lugar a dudas en la pérdida de popularidad por parte de los políticos y en el descreimiento que tienen todas las acciones de la clase dirigente. Pasado el acto electoral del 28-J, los partidos políticos comienzan a preparar su campaña para el 2011, y es por eso que sus principales figuras quieren empezar a instalarse como los candidatos ideales para la Argentina, y para eso circulan por diversos programas televisivos y radiales, intentando instalar en la sociedad que son las personas indicadas para el país.

En el día de ayer, La Politica online publicó un artículo donde da a conocer una encuesta efectuada por Isonomía Consultores, donde le da al vicepresidente Julio Cobos el 23,6% de intención de voto con vistas al 2011, seguido por el ex presidente Néstor Kirchner, con el 15,7%. En tercer lugar se ubica el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, con el 15,2%; en cuarto lugar está el diputado bonaerense con el 14,5%; Carlos Reutemann con el 9,8%; y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que sólo reúne el 3,7% de las preferencias.

En cuanto a imagen positiva de los dirigentes argentinos, la consultora dirigida por Pablo Knopoff, muestra que en ese ramo el vicepresidente sigue siendo el más popular, ya que tiene una imagen positiva de 56,9% y una negativa que no llega al 30%. Segundo aparece Kirchner con una valoración positiva de 24,5% y una negativa del 68%. Más atrás se ubican Macri con 45,1% de positiva, 39,3% de negativa; y Daniel Scioli con un 57% de imagen negativa y 29,9% de positiva.

Ante la consulta de Isonomía sobre “quién es hoy el principal referente de la oposición”, Cobos suma 24.2%, De Narváez 20.8; Macri 19.3, Eduardo Duhalde 14.4; Elisa Carrió 12.9 y Reutemann 8.5.

Por su parte, un sondeo efectuado por la consultora Managment & Fit, realizado entre los días 1 y 3 de septiembre, donde se muestra que Cobos es el político que lleva las de ganar a la hora de elegir un candidato para comandar el país en el 2011, así como también es el que mejor imagen positiva tiene.

En la misma, Julio Cobos reúne el 21,1% de las preferencias de cara a las próximas presidenciales, seguido por Carlos Reutemann con el 15,2%, Mauricio Macri con el 12,6%, Francisco De Narváez con el 7,5%, y Néstor Kirchner con el 5,6%, mientras que su enemiga interna dentro del ACyS, la chaqueña Elisa Carrió, sólo logra el 4,7% de intención de voto en la actualidad.

Además, Cobos tiene una imagen positiva del 44,1%, seguido de cerca por Reutemann con el 38,3%, De Narváez con el 36,4%, Macri con el 33,8%, Carrió con el 30,4%, Kirchner con el 18,7%, Duhalde con el 19,4%, Scioli con el 26,7% y Solá con el 21,5%.

De esta manera, Cobos se perfila como el principal referente del partido fundado por Leandro N. Alem para pelear por la presidencia de la Nación en el 2011 y de esa manera convertirse en la principal alternativa de cambio al peronismo.

Fuente: Multimedios Prisma



El Frente Amplio lidera las encuestas en Uruguay

José Mujica, candidato de la izquierda y sucesor del actual presidente uruguayo Tabaré Vázquez como candidato del Frente Amplio, lidera, según los últimos sondeos, la preferencia de voto de cara a las elecciones de octubre. Mujica ha asegurado que, de alcanzar la presidencia, continuará con las políticas de reforma de Estado que inició Vázquez.
Según declaró a la agencia de noticias ÄNSA, Mujica, que obtuvo por amplia mayoría las elecciones primarias dentro del Frente Amplio la candidatura a la presidencia por su partido, se pronunció por "la profundización de algunos cambios" en aspectos como la distribución del ingreso, la reforma del sistema de salud y el Plan Ceibal, que se propone que cada alumno tenga una computadora, consignó.
En el marco de la campaña electoral, Mujica viajará en visita obligada a Argentina para reunirse con la presiente Cristina Fernández. En este sentido, de cara a las elecciones generales del 25 de octubre, la candidatura del FA "busca encuentros con los presidentes más cercanos, los del barrio", señalaron fuentes de su campaña.
Esta campaña les ha llevado a reunirse el pasado 6 de agosto con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, en Brasilia, y con la mandataria chilena, Michelle Bachelet, el 18 de ese mismo mes en Santiago. Hay que recordar además que unos 40.000 de los 300.000 uruguayos que viven en Argentina están habilitados para emitir su voto. Eso hace que los distintos aspirantes viajen al país vecino para buscar seducir a los potenciales votantes.

Cuatro encuestadoras indican que triunfará Ricardo Colombi el 13-S

El Arq. Martín Baintrub, encargado de la imagen de Ricardo Colombi, apuntó en FM Total que tanto Poliarquía, Vox Populi, OPSM y Aresco dan como ganador de los comicios provinciales al candidato de Encuentro por Corrientes. Prefirió ser cauto en si será en primera vuelta, porque reconoce un ajustado margen que le falta para superar los 10 puntos que exige la constitución. Replicó a Costa Bonino, consultor oficial, al decir que su estudio “no se puede tomar como una encuesta”, sino que con sus números solo trata de inyectarle “fervor a la campaña”.
En las últimas horas trascendió otra encuesta más y quizás sea la que cierre el escenario previo porque ya se entrará en la veda electoral. El estudio realizado por la firma Aresco (que conduce Manuel Mora y Araujo), es el cuarto sondeo que da ganador a Ricardo Colombi en los comicios provinciales del 13 de septiembre. Y al igual que los restantes, Poliarquía, Vox Populi y OPSM (de Enrique Zuleta Puceiro), esta que apareció en los medios preanuncia un segundo turno electoral.
En contacto con Actualidad Total el Arq. Martín Baintrub, a cargo del marketing de Encuentro por Corrientes, señaló que la campaña dio buenos resultados y de acuerdo con los sondeos previos Ricardo Colombi agranda la diferencia numérica sobre su primo Arturo.
Si bien es cierto que Manuel Mora y Araujo trabaja para el justicialismo, este miércoles presentó su sondeo de intención de votos donde Ricardo Colombi amplía su diferencia en Capital “y la tendencia es que se extiende en toda la provincia. Lo cual podría dar un triunfo muy amplio” señaló Martín Baintrub pero no se anima a decir que se dará en primera vuelta, porque las tendencias indican que habrá otro turno para que se defina quién será el nuevo gobernador de Corrientes.
“Nosotros trabajamos con tres consultoras, Vox Populi, Poliarquía y con Zuleta Puceiro, las tres dan la pauta de un posible triunfo en primera vuelta. Pero será trabajado. Y Mora y Araujo también da esa sensación” explicó.
Aprovechó la ocasión para replicar al consultor oficial Luis Costa Bonino, ya que considera Baintrub que los sondeos que presentó “no se pueden tomar como encuesta porque solo trata de ponerle fervor a la campaña” y que no tiene seriedad porque de todos los estudios previos que trascendieron ninguno coincide con los de él, “entonces es poco serio” ahondó.
Justamente la pregunta es porqué entonces surgieron los ataques del oficialismo gobernante contra los demás frentes, tanto Encuentro por Corrientes como Correntinos por el Cambio “son manotazos de ahogado. La gente del gobierno se da cuenta que están perdiendo y buscan publicidades negativas, agraviantes; algo que no se hizo desde ECO” afirmó el encargado de la imagen política de Ricardo.
Tampoco cree que el electorado compre esos discursos. Es más lo amplió al escenario a toda la Argentina: “no funcionan” indicó. Al señalar en lo específico a Corrientes apuntó que “la campaña negativa está basada en un grupo de imágenes hechas con fotoshop; sin embargo hay fotos reales de Tato y Arturo, la del gobernador y el Secretario Privado –Diego Mosquera-, la de Arturo con Cristina, pero no se las usó” y el argumento es porque no sirven los agravios a los contrincantes porque la sociedad no compra eso.

Obama gana apoyo para su reforma


Silvia Pisani
Corresponsal en EE.UU.

WASHINGTON.- Un soplo de aire fresco y de energía pareció adueñarse ayer del gobierno de Barack Obama, apenas un día después de que el presidente se jugó a fondo con un discurso en el que ratificó su objetivo de aprobar este año la controvertida reforma del sistema de salud.

Un primer efecto parece haber sido la recuperación de la confianza en el presidente. Si bien son datos aún precarios, los sondeos coincidían ayer en reflejar un fortalecimiento de la imagen presidencial, que llegó al discurso de anteanoche en su peor momento de popularidad, con dudas y cuotas de desconfianza en más de la mitad de los ciudadanos.

Lejos de esa onda negativa, un sondeo de la cadena televisiva CNN arrojó que el 70% de quienes vieron el discurso se mostraron "satisfechos" con la actitud presidencial.

Semejante índice de aceptación posiblemente revela una alta presencia de demócratas entre los consultados, según admitieron los propios realizadores del sondeo.

Pero, aun así, la tendencia es clara. Y ayer, hasta los republicanos admitían que Obama había salido fortalecido tras su intervención. "Hay un cambio de escenario", fue la expresión con que se admitió que el 52 por ciento de rechazo que llegó a tener la reforma era un dato del pasado. Según CNN, el apoyo a la reforma de Obama creció tras el discurso al 67 por ciento.

La otra "suerte" que tuvo el presidente fue que uno de los legisladores republicanos que lo escuchaba se enardeció, perdió los estribos y lo insultó en pleno discurso. Eso trajo la consecuente disculpa pública posterior, gesto que -con la gentil aceptación del caso- dejó a Obama en mejor posición que a sus críticos de derecha.

"¡Usted miente!", espetó en pleno discurso del presidente el congresista republicano por Carolina del Norte Joe Wilson. "No, no miento", respondió Obama, sin perder la calma.

El incidente generó un verdadero escándalo, en el que se cuestionó la falta de respeto y la descortesía mostrada por el colérico protagonista. Tanto que fueron sus compañeros de bloque los primeros en pedirle que se disculpara. "Mi comentario fue inapropiado y lamentable. Pido perdón y extiendo mis sinceras disculpas al presidente por mi falta de educación", sostuvo Wilson en un comunicado.

La Casa Blanca se frotaba las manos. La reacción enardecida del republicano calza perfectamente con la campaña de exasperación y miedo que el equipo de Obama viene denunciando por parte de la oposición de derecha.

El presidente aceptó la disculpa. Pero el vicepresidente, Joe Biden, se regocijó un poco en la herida ajena. "Sentí vergüenza ajena. Wilson denigró a la institución [parlamentaria]", cargó el vicepresidente, y anticipó que la reforma del sistema de salud será aprobada antes de noviembre.

Los republicanos recogían vela como podían. "Tiene que quedar en claro que el presidente de los Estados Unidos siempre es bienvenido en el Capitolio. Merece respeto y decoro", dijo el titular del bloque en la Cámara de Representantes, Eric Cantor.

Tan incómodos quedaron ayer los hombres del partido de George W. Bush que el ex candidato presidencial John McCain moderó el tono de su crítica.

"Admito que hay que hacer algo con el sistema de salud. Pero lo que pedimos es que se dialogue y que se haga con acuerdo de los principales partidos", dijo McCain, quien opera como vocero de hecho de la oposición republicana.

Ayer, con el viento en la nuca de la popularidad de nuevo en alza y el traspié republicano como telón de fondo, Obama volvió a la carga, con una renovada prédica para sacar adelante la reforma. "Sigo abierto a todo tipo de sugerencias y de ideas. Pero lo que no podemos hacer es seguir como estamos y aceptar la situación actual", afirmó, tras reunirse su equipo de asesores en la materia.

Entre sus esfuerzos por retomar la iniciativa, el presidente mantuvo también ayer una reunión con un centenar de enfermeras de todo el país. "No voy a permitir que se posponga la reforma", dijo el mandatario, que se hizo eco de las nuevas cifras que publicó ayer la Oficina del Censo, según las cuales el número de personas sin cobertura médica aumentó en un millón de afectados en los últimos 12 meses, para situarse ahora en 46,3 millones.

"Nadie debería ser tratado así en Estados Unidos. ¡Nadie!", clamó el presidente, para quien ya ha habido demasiadas "distracciones" y ha llegado "el momento de actuar" con la provisión de salud a la población.

Desde hace años, la Casa Blanca viene tropezando con intentos por reformar un sistema de salud, considerado caro e ineficiente. Buena parte del modelo descansa en la prestación de servicios por parte de aseguradoras privadas que no tienen competencia estatal y que, por su esquema de negocios, buscan, como prioridad, obtener beneficios para sus accionistas.

Fuente: La Nación

martes, 8 de septiembre de 2009

Polarización en Uruguay a 7 semanas de comicios


Por Claudio Paolillo.
Las elecciones nacionales que tendrán lugar en Uruguay dentro de apenas siete semanas para designar al nuevo presidente que sucederá a Tabaré Vázquez desde el 1 de marzo de 2010 y al nuevo Congreso que será instalado el 15 de febrero de ese año, están siendo las más polarizadas de la historia reciente. El candidato del gobernante Frente Amplio es José Mujica, un viejo guerrillero tupamaro de 73 años que no abjura de su pasado y solo genera incertidumbre sobre el futuro del Uruguay. No se sabe si seguirá los pasos del saliente gobierno socialdemócrata de Vázquez o si irá hacia una suerte de “bolivarianización” del país, sumándolo al eje liderado por el presidente venezolano Hugo Chávez. Su principal rival es el ex presidente Luis Alberto Lacalle, un líder del Partido Nacional de 68 años ubicado en el espectro de la derecha democrática de la nación.
Lacalle se presenta siempre como un gran amigo del Paraguay, igual que su abuelo, Luis Alberto de Herrera.

Las encuestas muestran hoy a Mujica con un 45% de las preferencias, seguido de Lacalle (35%), Pedro Bordaberry (10%, del Partido Colorado) y Pablo Mieres (3%, del Partido Independiente). Pero el favoritismo de Mujica que surge de estas cifras debe ser relativizado porque en Uruguay hay un sistema de doble vuelta electoral. Si el 25 de octubre ninguno de los candidatos consigue el 50% más uno de los votos, automáticamente pasarán a una segunda vuelta prevista para el 29 de noviembre los dos postulantes más votados.

Y como es previsible que, en esa hipótesis, prácticamente todos los electores de los partidos de la oposición adhieran a Lacalle, la suma de ellos superaría a los votos de Mujica. Si eso ocurriera, aunque ganara con luz en la primera vuelta, el ex guerrillero sería derrotado en la segunda. De modo que la chance que los encuestadores asignan al presidenciable del Frente Amplio es que arrase en las urnas dentro de siete semanas, algo que consideran poco probable. Y si eso no pasa, el Frente Amplio corre serios riesgos de perder el gobierno.

Los partidos políticos, como ocurre cuando se acerca la elección, están luchando ferozmente por obtener el poder y están pidiendo a los miembros de la sociedad su confianza y su voto para llegar al gobierno y hacer desde el lo que antes habían prometido. La campaña electoral luce, pues, como un período despiadado durante el cual los políticos pasan una temporada apareciendo ante el público como enemigos irreconciliables que luchan a dentelladas y sin demasiada elegancia en procura de un objetivo en el que, parece, les va la vida. No hay grandes novedades en esto. Siempre sucede. En Uruguay y en todo el mundo.

Para la ciudadanía, lo más saludable es prestar solo la atención necesaria a estas pequeñas “guerras” preelectorales, tratar de separar la hojarasca e intentar discernir los grandes rumbos que se atisban entre el vendaval de insultos, maniobras, operativos, proclamas con aire de solemnidad, zancadillas, promesas incumplibles y guarangadas que suelen llegar como “paquete” inevitable en cualquier campaña electoral. Pero eso, que es normal y deviene de la propia condición humana, puede transformarse en algo peligroso cuando esta legítima pugna deviene en obsesión por el poder. Y mucho más, cuando se trata de una obsesión por retener el poder.

Alternancia

Por esa razón, uno de los medidores más relevantes cada vez que a alguien se le ocurre evaluar la salud de una democracia es la alternancia pacífica de los partidos en el poder. Y, más que la alternancia en sí, la ausencia de dramatismo en que esa alternancia efectivamente se produzca. Eso es lo que separa a las democracias maduras de las que no lo son. En las primeras, los partidos políticos suben y bajan del poder en paz, según las decisiones de la voluntad popular, y nadie se suicida ni prepara las valijas para huir ante la llegada del “enemigo”. Los políticos, en esas sociedades, son considerados por la gente como administradores temporales de sus asuntos y ellos saben que, de verdad, su autoridad emana de los ciudadanos y ella cesa cuando la gente no los quiere más manejando sus dineros.

En las democracias inmaduras, los partidos políticos a veces no bajan del poder y se mantienen en él por la fuerza de las armas, por la corrupción de los hombres que ocupan las instituciones o por el uso y abuso de los recursos del Estado, que no les pertenecen; otras veces descienden a patadas por “revoluciones” que colocan arriba a los sedicentes “líderes” que el pueblo “verdaderamente quiere”. Allí, la noción de que los políticos son administradores temporales de los asuntos del pueblo está lejos de echar raíces y todo se presenta como un drama épico donde en ocasiones corre sangre de incautos e infelices y rara vez la de los “heroicos caudillos” que lideran las peleas.

Esto último es lo que ocurre en buena parte de América Latina. Sucede hoy en países como Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Venezuela, México, Colombia, Perú, Nicaragua y Honduras. Sin embargo, desde que acabó la dictadura militar en 1985, Uruguay ha sido una grata excepción a esa regla regional; excepción compartida notoriamente por Chile y Costa Rica y, en menor medida, por Brasil.

Los cuatro traspasos del poder que hubo en Uruguay en la historia post-dictatorial demuestran esto. El Partido Colorado cumplió su primer período de gobierno constitucional iniciado en 1985 y pasó el poder al Partido Nacional sin dramas cinco años después. La sana rutina se repitió sin fisuras siempre. En 1995, el Partido Nacional pasó el poder al Partido Colorado, en el 2000 el Partido Colorado retuvo el gobierno (aunque con un presidente rival del saliente) y la transición fue impecable y en el 2005 el Partido Colorado traspasó el poder al Frente Amplio en medio de una fiesta democrática. Uruguay se acercó al grupo de las democracias maduras y se alejó de las inmaduras. Por eso se le reconoce internacionalmente hasta el día de hoy.

Lo más seguro es que el presidente Vázquez repita el ritual por quinta vez el 1º de marzo de 2010. Pero esta vez hay ruidos que no se escucharon en las elecciones anteriores.

Los ruidos provienen de la obsesión que parece haber ganado a la nueva mayoría tupamara que dirige el Frente Amplio. Hay en el lenguaje, en la mentalidad, en la estética y en el programa de esa mayoría y de la fórmula del Frente Amplio un viento mesiánico que no tiene nada que ver con las alternancias anteriores. Un viento que podría devolver al Uruguay a la categoría de las democracias inmaduras.

La campaña oficialista trasunta una clara vocación refundacional, que plantea una “nueva institucionalidad” y un “nuevo poder”, distintos a los que prevé la Constitución. Hay una vocación de ruptura radical con la letra y el espíritu democrático, republicano y liberal que impregna a la Constitución del Uruguay desde su primera versión, jurada en 1830. La Constitución uruguaya vigente es, por cierto, diferente a la que inauguró la independencia del país, pero los valores básicos y fundamentales que animaron a los primeros constituyentes se mantienen sólidos y erguidos, como las enormes columnas de mármol del Palacio Legislativo de Montevideo.

Obsesión

Debido a eso, la obsesión que los candidatos del Frente Amplio demuestran cada vez que se suben a un estrado en su pugna por mantener a ese partido en el poder inquieta a los espíritus libertarios de todos los partidos, incluyendo a aquellos que tienen su corazón en el Frente Amplio. Es que, a diferencia de lo que ocurrió en octubre del 2004, cuando Vázquez ganó las elecciones en primera vuelta, si triunfara Mujica, a juzgar por lo que él mismo y sus principales allegados han dicho y han escrito, no se trataría aquí meramente de otro traspaso de la banda presidencial. Si eso ocurre, la banda sería traspasada y el Uruguay sería sacudido por un “terremoto”. Y, como bien se ha dicho, se trasladaría a “otro mundo”.

A muchos les perturba que la obsesión por permanecer aferrados al control del Estado esté involucrando de un modo tan flagrante al gobierno que sale. Perturba que el presidente Vázquez inicie una gira por el país con el argumento, sí, de defender su gestión; pero justo en los dos meses finales de la campaña y con frases inequívocamente electoralistas y banderas frenteamplistas flameando ante el atril presidencial. Perturba que a las autoridades de la educación pública se les haya ocurrido que ahora sí, a dos meses de las elecciones, es su deber gastar medio millón de dólares en publicidad para difundir los “logros” de su gestión. Perturba el notable aumento que ya existe en la publicidad oficial de otros vastos sectores del Estado, como hicieron los Kirchner antes de las legislativas de junio en Argentina, con anuncios de evidente cuño electoral.

Perturba ver a “la ciudad en obra”, con los funcionarios de la Intendencia de Montevideo y con las empresas por ésta contratadas trabajando a brazo partido para tapar los pozos de las calles, colocar los focos de luz que faltan y arreglar las plazas…a dos meses de las elecciones. Perturba escuchar a ministros y otras autoridades anunciando que desde el 1º de setiembre, por decreto, los miles de individuos que se mueven en torno al deporte profesional (desde los futbolistas hasta los cancheros y sus familias) tendrán derecho a la seguridad social. Perturba que cuando faltan tan pocas semanas para las elecciones, ministros y demás autoridades anuncien nuevos préstamos del estatal Banco Hipotecario para quienes no son ahorristas, súbitas ampliaciones en cientos de miles de personas en la nómina de individuos que pueden operarse gratuitamente en los hospitales públicos y reparto de centenares de miles de pesos entre estudiantes liceales desertores para “alentarlos” a que vuelvan a las aulas.

Los ciudadanos “perturbados” creen que está bien que el gobierno arregle las calles, respete o amplíe derechos, combata la deserción estudiantil, ayude a la gente que precisa conseguir una vivienda o defienda lo que hace, pero les rechina que lo haga cuando sólo faltan dos meses para las elecciones. ¿Por qué no lo hizo antes?, se preguntan. ¿Por qué los montevideanos no vieron a “la ciudad en obra” durante toda la gestión del intendente tupamaro Ricardo Ehrlich? ¿Por qué los jugadores de fútbol no tienen derecho a la seguridad social desde el año 2005 —cuando asumió Vázquez— y sí desde ahora? ¿Por qué desde ahora, y no desde antes, más gente con problemas visuales podrá tratarse gratuitamente y más gente podrá acceder a préstamos blandos del Estado? ¿Por qué ahora hay dinero para intentar frenar el ausentismo en los liceos, cuando se trata de un grave asunto diagnosticado hace muchos años?

Todo parece demasiado burdo a los ojos de los observadores independientes. Y, también, demasiado descarado. Porque estos derechos que se reconocen ahora, estas obras que se encaran ahora, esta publicidad que se difunde ahora y esta plata que se distribuye ahora no se paga con dinero que sale de los bolsillos de los candidatos oficialistas. Se paga con dinero que sale de los bolsillos de todos los uruguayos; de los que apoyan a esos candidatos y de los que apoyan a todos los demás.

Tijeras

Es verdad que, como protestan los dirigentes del Frente Amplio, algunas de estas cosas ocurrieron también en los gobiernos anteriores. Los presidentes salientes gastaban tijeras en cortar cintas para inaugurar obras durante sus últimos meses de gestión y, a veces, la publicidad del Estado crecía desmesuradamente. Eso les fue echado en cara con razón, tuvieron que rendir cuentas por sus hechos y la población los castigó sacándolos del gobierno. Sólo la soberbia descontrolada, aquella que no deja percibir las cosas como son, puede inducir a individuos preparados a caer en estos excesos. Y ahora, los gobernantes del Frente Amplio vuelven a comportarse como si creyeran que nunca nadie les va a pedir cuentas por sus conductas. La carrera electoral no es pareja, pues.

Con semejante respaldo, más el que generosamente proporcionan las organizaciones para-gubernamentales con sus marchas de rechazo explícito a los candidatos de la oposición, cualquiera podría decir que la fórmula del oficialismo corre con “el caballo del comisario”. Puede ser. También puede ocurrir que la tentación a caer en la soberbia que esta circunstancia tan favorable habilita confunda de tal modo a los dirigentes de la mayoría tupamara que, como tantos otros en el pasado, acaben creyendo que son invencibles.

Uribe sigue creciendo

BOGOTA. Nada parece detener el camino del presidente colombiano, Alvaro Uribe, hacia un tercer mandato consecutivo. Después de que el Congreso allanó el camino para una reforma constitucional, y pese a que el mandatario aún no ha confirmado si se postulará o no, una encuesta publicada ayer reveló que subió casi ocho puntos en la intención de voto desde julio.

El sondeo de la firma privada Datexco, publicado por el diario El Tiempo, reveló que la intención de voto, que en julio era del 46,8%, subió en septiembre al 54,5%, muy por encima del resto de los posibles candidatos y suficiente para ganar en primera vuelta de celebrarse elecciones.

La muestra indicó que el repunte del mandatario se debió principalmente a la reacción de los colombianos frente a las críticas a Uribe del venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales por el acuerdo de su gobierno con la Casa Blanca que permitirá que militares norteamericanos operen desde bases colombianas.

El acuerdo militar entre Bogotá y Washington ubicó a Uribe en el centro de un acalorado debate regional, que culminó con la celebración de una cumbre extraordinaria de la Unasur en San Carlos de Bariloche, el 28 de agosto pasado, en la que el mandatario colombiano evitó la condena de sus pares sudamericanos.

"Quizás esta disputa sea una de las claves de su crecimiento, pues en las últimas semanas los cuestionamientos de los presidentes de Venezuela, Bolivia y Ecuador pudieron despertar [en Colombia] un sentimiento de solidaridad y nacionalismo que supo recoger el presidente Uribe", analizó el diario El Tiempo. La popularidad del mandatario es de las más elevadas de la región para un presidente: 70%.

Uribe está impedido constitucionalmente de buscar una segunda reelección, pero su bancada en el Congreso logró la semana pasada la aprobación de un proyecto de ley para llamar a un referéndum en el que la población deberá apoyar o no la modificación de la Carta Magna para permitirle al mandatario un tercer mandato consecutivo.

El plan para realizar la consulta, sin embargo, aún debe ser sometido al examen de la Corte Constitucional, lo que tomará por lo menos 90 días. Y si la Corte aprueba el referéndum, para que éste sea válido debería contar con un mínimo de siete millones de votos.

Las dudas

El presidente no se ha pronunciado públicamente si se postulará o no en el caso de que la Corte dé su visto bueno y más adelante consiga los votos en la consulta.

La encuesta publicada ayer mostró a Uribe muy lejos de sus competidores. En el segundo lugar se ubicó el candidato independiente y ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo, con 8,9%; la tercera posición la ocupó la ex canciller y ex embajadora de Colombia en Gran Bretaña Noemí Sanín, con un 3,9%.

En caso de que el presidente no presentara su candidatura a los comicios de mayo de 2010, el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos encabeza las intenciones de voto con 16,5%, una baja con respecto al 23,7% que tenía en julio, agregó la encuesta. Sin Uribe en la carrera presidencial, el ex alcalde Fajardo se mantiene en la segunda posición, pero con mejor porcentaje, 13%, mientras que el tercer lugar lo ocupa el ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, con 10,4%.

Tanto Fajardo como Sanín, Santos y Arias habían sido mencionados como los posibles elegidos de Uribe para sucederlo en caso de que no aspire a un tercer mandato. Los opositores aparecen por ahora muy lejos de la presidencia, según la encuesta. En el escenario con Uribe en carrera el que más intención de voto recibe es el izquierdista Gustavo Petro, con apenas un 2,52%. En el otro escenario, lo supera el liberal Aníbal Gaviria, con 3,07%.

No obstante, Fajardo, un ex aliado de Uribe, ha empezado a tomar distancia del mandatario y se perfila como uno de los protagonistas de la campaña. Ayer volvió a ratificar que será candidato a la presidencia y consideró que sería "un error muy grande" que Uribe intentara buscar una nueva reelección.

"No creo que se vaya a presentar a un tercer mandato, pero es simplemente una corazonada, una hipótesis. Yo no tengo ninguna información ni nadie me lo ha dicho, pero espero que el presidente sea consciente de lo que significa eso. Creo que el poder enferma y la democracia tiene límites, tiene reglas y hay que respetarlas", señaló.

Uribe rompió ayer el aislamiento al que estuvo sometido por haber contraído la gripe A y reanudó su agenda política. El mandatario había manifestado síntomas después de viajar a la cumbre de presidentes de la Unasur.

Uribe presidió ayer una reunión en la Casa de Nariño sobre los precios de la canasta familiar. La primera aparición en público del mandatario tras la enfermedad que le fue diagnosticada hace más de una semana fue en compañía del equipo económico del gobierno y representantes de diversos gremios.

Agencias AFP, AP, ANSA y EFE

La imagen de Lula en Brasil


La superioridad de Brasil sobre la Argentina no se limita en estos días al fútbol. El matrimonio Kirchner acaba de sufrir una verdadera goleada frente al presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, bastante más vergonzosa y abultada que la sufrida el sábado pasado en Rosario por el equipo que dirigió Diego Armando Maradona ante el tetracampeón del mundo.

Mientras Cristina y Néstor Kirchner se ubican muy cerca de su piso histórico en términos de imagen positiva, de acuerdo con una encuesta de una reconocida consultora citada una semana atrás en esta columna , un estudio de Ibope Inteligencia efectuado entre 2000 ciudadanos en 143 municipios brasileños ofrece datos sorprendentes sobre la elevada adhesión popular a la gestión del presidente de Brasil.

El 80 por ciento de los brasileños sondeados aprueba la gestión gubernamental de Lula y sólo 16 de cada cien personas no la aprueban. El 45 por ciento considera que su segundo mandato es mejor que el primero y apenas el 14 por ciento lo juzga como peor.

El dato más llamativo de la encuesta de Ibope Inteligencia es que el 60 por ciento de los brasileños califican al gobierno de Lula con ocho o más puntos sobre diez, en tanto que uno de cada cuatro consultados, más precisamente el 26 por ciento, le ponen un diez al presidente de su país, que promedia 7,6 puntos. Este hecho sorprende teniendo en cuenta que Lula lleva siete años en el poder, al cabo de los cuales prácticamente no sufrió desgaste.

Pero no es éste el único terreno en el cual Brasil nos saca ventajas, más allá del fútbol. Mientras el riesgo de la Argentina supera los 900 puntos, el del país vecino se ubica en los 260 puntos, lo cual le permite obtener financiamiento internacional a tasas más que accesibles, inalcanzables para nosotros.

Y, por si esto fuera poco, horas atrás, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, anunció que cuando su país asuma la presidencia del G-8, como se conoce al grupo de países más ricos de la Tierra, procurará ampliarlo para incluir en él a países como China, la India, Sudáfrica, Egipto, México y, naturalmente, Brasil.

Fuente: La Nación