miércoles, 12 de marzo de 2008

Los jóvenes y la política


De acuerdo con una encuesta efectuada durante el mes último, el 74 por ciento de los jóvenes que tienen entre 19 y 28 años manifiesta estar "poco" o "nada" interesado en la vida política. El estudio, desarrollado por la consultora Carlos Fara & Asociados, también revela que casi la totalidad (94 por ciento) no participa ni adhiere a partido político alguno. Pero, curiosamente, el 59 por ciento de los interrogados considera que el país estaría mejor si ellos, los jóvenes, participaran en política.

Quienes tomaron parte del referido sondeo demostraron estar poco informados acerca del acontecer político y sus figuras. Sus principales preocupaciones recaen en los problemas de seguridad, educación, salud y, en menor grado, en los que plantean la pobreza y la inflación. Finalmente, el 70 por ciento se pronunció optimista con respecto al futuro del país.

El tema de la presente encuesta, que periódicamente se renueva entre nosotros, deja latente otra pregunta: ¿cuál es el concepto de "política" con el que se mueven los jóvenes como para manifestar mayoritariamente un desinterés tan pronunciado por ella? ¿Están realmente ajenos a las leyes y los hechos que origina la conducción gubernamental en lo económico, en lo social, en lo relativo a la administración de la justicia? ¿No se informan, no toman posición frente a los temas que afectan su entorno geográfico y social?

Puede plantearse la duda sobre si éste es un modo de pensar y actuar actual o si está arraigado desde hace tiempo. En ese sentido, es interesante comparar el material de la encuesta de hoy con dos amplias investigaciones sobre la juventud argentina promovidas por el Deutsche Bank y publicadas por Editorial Planeta. En la primera, que data de 1993, el 67 por ciento se declaraba desinteresado de la vida política. En el segundo estudio, elaborado en 1999, se obtenían resultados aún peores: el 80 por ciento declaraba no tener interés por la política, sin que hubiera diferencias entre los varones y las mujeres interrogados.

Si consideramos que en la Argentina el voto es un derecho, pero también un deber, las encuestas realizadas en el curso de tres lustros llegan a una triste conclusión: el limitado interés y el desconocimiento de la vida política que revelan los jóvenes. Ese tipo de despreocupación empobrece la vida ciudadana y perjudica las mejores perspectivas de la democracia, que, para ser efectiva, requiere participación y clara conciencia cívica.

Claro que la realidad es sumamente compleja como para intentar simplificarla a partir de los datos cuantitativos que arrojen algunas encuestas. En tal sentido, cabe recordar exitosas experiencias relativamente recientes demostrativas del compromiso de los jóvenes argentinos con la resolución de los problemas de su país. Entre ellas, las campañas de participación juvenil desarrolladas por la Plataforma Federal de Juventudes Argentinas, que reúne a más de 50 organizaciones no gubernamentales juveniles, o las jornadas internacionales sobre Agua y Juventud, desarrolladas por la ONG Ecoclubes, sin contar las innumerables movilizaciones solidarias que protagonizan otros jóvenes.

Puede pensarse con fundamento que las actitudes de rechazo a la política expresadas por los jóvenes son la consecuencia indeseable, pero lógica, de tantas decepciones producidas por distintos elencos y partidos políticos que hemos conocido. La rebeldía ha sido tradicionalmente un rasgo distintivo de la juventud, como lo ha puesto de manifiesto en forma empírica un estudio de la Fundación Odiseo. Pero tal vez una de las mejores formas de expresar esa rebeldía en la actualidad sería volcarse a una actividad política que, en los últimos años, parece cerrarse sobre sí misma. Ser transgresor hoy implica participar.

La respuesta apropiada no es excluirse sino intervenir, con la convicción de que el país, para mejorar, necesita que los jóvenes se involucren en la política. Porque no necesitamos menos política, sino una política mejor y, sobre todo, renovada.
Fuente: LA NACION