lunes, 21 de junio de 2010

Una continuidad con compromisos

BOGOTA.- Los colombianos le dieron ayer a Juan Manuel Santos un respaldo contundente para que continúe con las políticas del presidente Alvaro Uribe en materia de seguridad, que lograron reducir ostensiblemente en los últimos ocho años el flagelo de la narcoguerrilla en este país.

Pero también le exigirán que cumpla con sus ambiciosas promesas en materia de reformas económicas y política social. Santos ganó con la consigna "trabajo, trabajo y más trabajo" y con el lema de la "prosperidad democrática". Es decir, sumar a la seguridad democrática de Uribe un mayor énfasis en el crecimiento económico y en la generación de empleo. Especialmente si se tiene en cuenta que Santos prometió nada menos que, para 2014, generar 2,5 millones de puestos de trabajo y formalizar 500.000 empleos, en un país en el que el desempleo llega al 11,8% y es uno de los más altos de América latina.

Por lo tanto, se espera que el gobierno que lleve adelante el presidente electo, que asumirá el 7 de agosto, sea de continuidad, pero también de ruptura respecto del de Uribe, sobre todo en materia de política económica y política social, pese a que el crecimiento promedio en los ocho años de gestión de Uribe fue del 5%, según informó el diario El Tiempo . "La pregunta no es si se va a desmarcar de Uribe. Si no cuándo y sobre qué tema", dijo a LA NACION el analista político colombiano Francisco Miranda.

Claro que éste es un asunto espinoso. Uribe es el presidente más popular de los últimos años (su gestión tiene un respaldo del 70%). Pero, según dijo Miranda, Santos tiene una oportunidad de construir por sobre el legado de Uribe en materia de política social. "En las encuestas, el gobierno de Uribe ha obtenido resultados mediocres en lo que hace a costo de vida, inflación, generación de empleo y ayuda para los pobres. Estos resultados contrastaron con los grandes éxitos que logró en materia de seguridad".

Sin embargo, estas últimas semanas Uribe hizo uso de su poder y no dudó en cuestionar a un flamante apoyo del gobierno de unidad que propone Santos: el ex presidente liberal César Gaviria, del cual Santos fue ministro de Comercio Exterior. Gaviria había transmitido su apoyo en una carta pública en la que había manifestado su confianza en que Santos "rectifique" políticas del presidente actual, a las que culpó del clima de "todo vale" que, a su juicio, existe en el país. Esto irritó a Uribe, que calificó a Gaviria de "oportunista" y obligó a Santos a un incómodo equilibrio entre los dos. Tal situación puede ser una constante en el gobierno de Santos, durante el cual Uribe promete ser un ex presidente muy activo, y hacer valer la ascendencia que tiene con los legisladores conservadores y del Partido de la U.

Sin embargo, más allá de que el apoyo de Uribe ha sido crucial para el triunfo de Santos, también es cierto que el presidente electo logró reconstituir la coalición uribista e incorporar a su gestión al Partido Conservador y al Partido Cambio Radical, que habían llevado candidatos propios en la primera vuelta. No sólo eso. También se llevó el grueso del Partido Liberal. Por lo tanto, tendrá un respaldo del 80% del Parlamento, lo que constituye un poder enorme para realizar su ambiciosa agenda de reformas, que procura potenciar el crecimiento y el empleo mediante la puesta en marcha de ambiciosos planes de infraestructura, agricultura, vivienda, innovación y minería.

Además, la incorporación de los liberales a su alianza constituye la garantía de que podrá realizar una agenda propia, sin necesidad de descansar en el apoyo exclusivo de los sectores más alineados con Uribe. Otra diferencia entre ambos será el estilo: Uribe es carismático y tiene una relación privilegiada con los colombianos más pobres; Santos es menos confrontacional, menos afecto al contacto directo con las bases populares, y confía más en el diálogo y en los mecanismos del Estado para la gestión. Pero tampoco conviene sobreestimar las diferencias entre ambos. Por ejemplo, Santos tiene una posición afín a la de Uribe en lo que a relación con la justicia se refiere.

Ultimamente ha apoyado dos propuestas del presidente que han sido muy resistidas por la oposición verde: una reforma judicial de modo que el fiscal nacional no dependa del Poder Judicial, sino del Poder Ejecutivo, y también fortalecer el fuero militar para minimizar los juicios a los uniformados por parte de la justicia ordinaria. Por otra parte, ambos han mostrado un frente común para rechazar, por falta de fundamentos jurídicos, la causa que se le sigue a Santos en Ecuador por la ejecución en ese país del número dos de las FARC Raúl Reyes en 2008 cuando era ministro de Defensa de Uribe.

Fuente: La Nación

Comicios en Polonia dos meses después del accidente aéreo

VARSOVIA.- El liberal Bronislaw Komorowski se impuso ayer en la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas ayer en Polonia, por delante del ultraconservador Jaroslaw Kaczynski, según los sondeos de boca de urna, pero no superó el 50% de los votos necesarios para acceder al poder, con lo cual ambos candidatos se enfrentarán en un ballottage, previsto para el 4 de julio.

Las elecciones presidenciales debieron adelantarse por la muerte del anterior jefe de Estado, Lech Kaczynski, fallecido el pasado 10 de abril en un accidente aéreo en el que perdieron la vida 95 personas, en su mayor parte, miembros de la elite política, social y económica del país.

La tragedia aérea, que conmocionó a Polonia, hizo que Komorowski asumiera como presidente interino.

Según los sondeos de boca de urna de la cadena TVN 24, Komorowski, presidente de la Cámara baja del Parlamento y candidato del gobernante partido de la Plataforma Cívica, habría obtenido el 45,7% de los sufragios, mientras que Jaroslaw Kaczynski, candidato del Partido Ley y Justicia, ex primer ministro y hermano gemelo del presidente fallecido en abril, habría logrado un 33,2 por ciento. La encuesta de otra emisora de televisión, TVPInfo, otorgó el 40,7% de los votos a Komorowski y un 35,8%, a Kaczynski.

En tercer lugar, con el 13,4%, habría quedado Grzegorz Napieralski, el candidato de la Alianza Democrática de Izquierda, a quien los sondeos previos apenas otorgaban un 3% de los votos.

El candidato liberal, que lideraba las encuestas previas con alrededor del 50%, llamó a sus seguidores a movilizarse de cara al ballottage. "Quiero agradecerles por cada uno de sus votos y pedirles que se movilicen hasta el final por un futuro mejor para Polonia", dijo Komorowski, tras el cierre de las urnas.

Por su parte, Kaczynski celebró el resultado como una victoria ante sus seguidores. "La llave de la victoria final es nuestra creencia y convicción de que podemos y necesitamos ganar por el bien de Polonia", declaró.

Diferencias

Durante la campaña electoral, Komorowski había llamado a la unidad de Polonia y a una plena integración en la Unión Europea, a la que el país se unió en 2004. Por su parte, Kaczynski, conocido por su escepticismo hacia Bruselas y sus duras críticas a Rusia, planteó su campaña en un tono de continuismo con la política ultraconservadora y antieuropeísta de su hermano.

El hermano gemelo del anterior presidente lanzó mensajes patrióticos, con llamados a la solidaridad ante los desastres nacionales. El accidente de abril y las devastadoras inundaciones de mayo y junio marcaron profundamente la campaña.

La adopción del euro es otro de los puntos que mantiene alejados a ambos candidatos. Komorowski es partidario de la adopción de la moneda única lo antes posible, mientras que Kaczynski sostiene que es mejor postergarla y propuso, incluso, someter la cuestión a un referéndum.

Kaczynski contó con el apoyo de la Iglesia Católica y el sindicato Solidaridad, aunque su fundador, Lech Walesa, apoyó a Komorowski.

A la espera de los resultados oficiales, que previsiblemente se conocerán hoy, todo apunta a que habrá que esperar a una segunda vuelta para saber quién será el nuevo presidente.

Aunque las encuestas previas daban ventaja a Komorowski en un hipotético ballottage, los analistas consideran que hay que desconfiar de esas previsiones. En las anteriores elecciones presidenciales, realizadas en 2005, Lech Kaczynski se impuso en una segunda vuelta contra todos los pronósticos al actual primer ministro, Donald Tusk.

Según los analistas, la votación de ayer supone, en cualquier caso, una apuesta de los polacos por la derecha europeísta de Komorowski, ante la compleja amalgama nacionalista y tradicionalista que representa Jaroslaw Kaczynski.

Más de 30 millones de electores estaban convocados a las urnas en los comicios de ayer. Según los sondeos, la participación habría sobrepasado el 52% del censo electoral. Si se confirma ese resultado, supondría un pequeño aumento con respecto a las pasadas presidenciales de 2005, cuando un 49% de los electores acudieron a las urnas.

Agencias AFP, EFE y DPA

CLAVES

  • Bronislaw Komorowski, del partido liberal Plataforma Cívica, fue, a sus 58 años, el candidato más votado en las elecciones de ayer, según los sondeos en boca de urna, pero deberá enfrentar en ballottage a su rival político, el ultraconservador Jaroslaw Kaczynski.

  • El candidato liberal fue elegido presidente de la Dieta (Cámara baja) en noviembre de 2007. Es también jefe de Estado interino desde la muerte del presidente Lech Kaczynski en un accidente aéreo en abril pasado.

  • La adopción del euro y la plena integración en Europa son la divisa electoral de Komorowski, que contrapone su discurso europeísta y moderado al mensaje ultranacionalista de Kaczynski.
  • Fuente: La Nación

Santos arrasó y es presidente electo

BOGOTA (De un enviado especial).- Esta vez no hubo sorpresas. A diferencia de lo ocurrido en la primera vuelta, el 30 de mayo, cuando los sondeos vaticinaban un empate y finalmente el oficialismo se impuso holgadamente, ayer pasó lo que todos esperaban: el uribista Juan Manuel Santos arrasó en las urnas en el ballottage y alcanzó un 69,5% de los votos, contra un 27,5% de su rival, Antanas Mockus, del Partido Verde.

El porcentaje implica que Santos, del Partido de la U, obtuvo 9 millones de sufragios, 5,5 millones más que Mockus. Se trata de una cifra récord que superó incluso la del presidente Alvaro Uribe, cuando fue reelegido en 2006 con 7,3 millones de votos.

Santos, que gobernará hasta 2014, logró en el ballottage de ayer 2,1 millones de votos más que en la primera rueda, presumiblemente en virtud de los acuerdos que enhebró con el Partido Conservador, Cambio Radical y el grueso del Partido Liberal.

Estos sectores políticos, que habían sumado un 20% en el primer turno, acogieron favorablemente la propuesta de Santos de formar parte de un gobierno de "unidad nacional" y dotarán al presidente electo de un inédito respaldo parlamentario, superior al de Uribe: lo apoyará el 80% de los congresistas.

"Soy y seré el presidente de la unidad nacional. Llegó la hora de la concordia entre los colombianos. Llegó la hora de trabajar juntos para la prosperidad", dijo Santos, a las 19 (hora local), en su discurso en el Coliseo Cubierto El Campín, un estadio techado con capacidad para 28.000 personas en el que miles de partidarios, agitando globos y pancartas con la leyenda "Colombia de acuerdo", lo esperaban desde el cierre de la votación bailando salsa.

"Continuaremos los programas sociales del actual gobierno y adelantaremos ambiciosas iniciativas para sacar por lo menos a 7 millones de colombianos de la pobreza y a 4 millones de la indigencia", dijo Santos, vestido con un traje azul y una camisa celeste y cada vez más consustanciado con su rol de presidente, en un discurso enérgico interrumpido varias veces por ovaciones y cánticos.

Anteriormente, Mockus, que esperó los resultados en un centro de convenciones ubicado en el norte de Bogotá, había reconocido su derrota. Con un traje negro y su tradicional corbata verde, flanqueado por su mujer, Adriana, y por sus dos hijas, Laima y Dala, que lucían un pintoresco girasol en el pelo, el candidato opositor afirmó: "Quiero felicitar a Santos, a su partido y a todos los que votaron por él".

"Tenemos dos opciones: desistir y justificar la renuncia o persistir y aprender de las dificultades", dijo Mockus antes de manifestar que su fuerza política optará por la segunda opción y ejercerá "un control justo" del futuro gobierno.

Mockus, un excéntrico ex alcalde de Bogotá de ascendencia lituana, también pudo incrementar los sufragios respecto de la primera vuelta (obtuvo 450.000 más), aunque su estrategia de "alianza ciudadana", que desestimó los acuerdos con otros partidos, y de ir a explicar "casa por casa" su propuesta de "cambio cultural", con un gran énfasis en la salud, la educación y la transparencia, estuvo lejos de suponer un riesgo para Santos.

El presidente electo prometió durante la campaña profundizar la exitosa política de seguridad democrática de Uribe (que propinó los golpes más duros a las FARC en sus 46 años de existencia (como la ejecución del líder guerrillero Raúl Reyes y la liberación de Ingrid Betancourt) y convertirla en "prosperidad democrática", una iniciativa que promete crear millones de empleos (ver aparte).

Estos resultados, tan favorables para Santos, se produjeron en el día en que más se temió por la abstención: llovió copiosamente en Bogotá y en buena parte de Colombia, y dos partidos del Mundial (Italia-Nueva Zelanda y Brasil-Costa de Marfil), concentraron la atención de los fanáticos del fútbol, que en este país se cuentan por multitudes. En definitiva, hubo 1,5 millones de votantes menos que en la primera vuelta; un 43% del electorado emitió su sufragio ayer, contra el 49% del 30 de mayo.

Poco después del cierre de la votación, a las 16, hora local (las 18 de la Argentina), y cuando los resultados ya vaticinaban un contundente triunfo oficialista, Uribe se comunicó con Santos para felicitarlo por los resultados.

"Lo encomiendo a Dios por el bien de la patria", le dijo al presidente electo Uribe, cuya gestión es respaldada por el 70% de los colombianos.

Santos también se acordó de él en su discurso de El Campín. Lo calificó como "uno de los mejores presidentes" de Colombia "en dos siglos de vida republicana" y añadió, como en la primera vuelta: "¡Este también es su triunfo, presidente Uribe!".

Después transmitió sus condolencias a los familiares de los siete policías y los tres soldados que murieron ayer en ataques de las guerrillas FARC y ELN durante el acto electoral. Los calificó de mártires de la democracia y dijo que a la "guerrilla se le agotó el tiempo". La respuesta del público fue el clamor de toda la sociedad colombiana: "¡No más FARC!".

Fuente: La Nación