lunes, 10 de agosto de 2009

El plan K para que Canal 7 y Telefé dejen al Grupo Clarín sin televisación


La pelea por la transmisión televisiva de los partidos de fútbol de Primera División, B Nacional y Primera B recrudece. En la carrera por arrebatarle el negocio a Clarín antes del inicio del campeonato, el gobierno nacional evalúa ahora asociarse con Telefe para garantizar la prestación del servicio. El Poder Ejecutivo no sólo aspira a que el presidente de la AFA, Julio Grondona, rescinda el contrato con Televisión Satelital Codificada (TSC), la empresa en la que Clarín y Torneos y Competencias comparten el capital accionario. En la residencia de Olivos, reconocen que Canal 7 no puede afrontar el desafío de transmitir 10 partidos por fin de semana y apuestan a que el canal que pertenece a la compañía española Teléfonica se convierta, una vez más, en el aliado ideal.

La tesis pertenece a Néstor Kirchner, el principal interesado en que se concrete el cambio de manos. “La intención es que una vez que el Estado se quede con los derechos busque una asociación con Telefe”, anticipó a este diario un funcionario que responde al ex presidente.

Si el Gobierno cumple con su objetivo, pondría fin a una concesión que lleva 18 años (la alianza entre AFA y TyC nació en 1991) y abriría paso a un aluvión de demandas por rescindir un contrato que vence en 2014. Un miembro del gabinete que trabajó en el tema durante el fin de semana sinceró ante Crítica de la Argentina el debate que se da hoy en el seno del Poder Ejecutivo: “Tenemos que garantizar que en 15 días, cuando se reanude el campeonato, estemos en condiciones de ofrecer la misma calidad en las transmisiones que tiene TSC. Si no logramos eso, quedarse con la transmisión puede ser un búmeran para el Gobierno”.

Allí aparece la importancia del canal de las pelotas, de vínculo permanente y fluido con el oficialismo. El ministro de Planificación, Julio De Vido, y el vocero de Kirchner, Alfredo Scoccimarro, tienen línea directa con Francisco “Paco” Mármol, el director de contenidos periodísticos de Telefe. Mármol es un español que vive en Argentina desde que Telefónica se hizo cargo de la emisora, está a cargo de las relaciones institucionales del grupo y reporta a Luis Blasco Bosqued, el presidente ejecutivo de Telefónica Contenidos en Madrid. Una alta fuente del canal aclaró a este diario que Telefe no va a comprar los derechos pero “tiene la capacidad” de transmitir los partidos. “Ya lo hemos hecho y sin ningún problema”, afirmó.

La emisora que pelea el primer puesto del encendido con Canal 13 intentó en 2007 transmitir la final entre Estudiantes y Boca pero debió desistir por la presión de TSC. Ahora, ya compró los derechos del Mundial 2010. Kirchner considera que la televisación de los partidos de Primera no sólo golpeará a sus enemigos sino que beneficiará a Canal 7. “El segundo va a costar 5 veces más. En dos años, podemos eliminar el déficit”, afirman en Olivos. En el entorno del consorte presidencial, aseguran que los abonados van a pagar la mitad y que los canales del interior del país ya hicieron llegar su adhesión al proyecto oficial porque “son prisioneros de TyC”.

Desde la AFA, ayer dijeron: “Hablar de la producción de los partidos es muy prematuro. Primero hay que destrabar el tema de los derechos televisivos, y después hablemos de la producción. Pero, sólo en ese sentido, todavía no habría que descartar a Torneos y Competencias”.

Lo cierto es que la batalla con Clarín y TyC revitalizó a Kirchner, que había perdido la iniciativa tras la derrota del 28 de junio. La crisis entre los clubes y la televisión le ofreció la posibilidad de avanzar con una idea que ya había quedado asentada en el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales. Desde hace una semana, el negocio del futbol se convirtió en su prioridad y en la del equipo de asesores que comanda el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

Durante el fin de semana, el ala dura del Gobierno avanzó en los detalles de la iniciativa y se deleitó con la ofensiva mediática que el titular de TyC, Marcelo Bombau, encabezó en TN, TyC Sports, Fox Sports y Clarín en contra del proyecto oficial.

Las forma jurídica del nuevo esquema aún está por verse. El Gobierno no descarta apelar a la Ley de Defensa de la Competencia, como hizo el gobierno de la Alianza cuando sancionó la ley 25.342 y obligó a emitir por televisión abierta todos los partidos de la Selección durante los mundiales. Allí se afirmaba: “Si frente a esta ley se esgrimiera la existencia de derechos adquiridos, la Comisión y/o Tribunal determinará si restringen, falsean o distorsionan la competencia o el acceso al mercado o constituyen abuso de una posición dominante en un mercado, de modo que pueda resultar perjuicio para el interés económico general”. Clarín no sólo integra TSC sino que tiene una posición dominante en el mercado de cableoperadores desde que, en su última semana como presidente, Kirchner le concedió la fusión de Multicanal y Cablevisión.

En su nueva cruzada, el diputado electo busca aliados para erosionar el poder de fuego del grupo. Ahora, que cree tener asegurado un acuerdo con el inoxidable mandamás de la AFA, busca hilvanar otra similar con Telefe. “Con eso, el monopolio se empieza a desangrar”, se ilusionan al lado del ex presidente.
Fuente: Crítica

Los Kirchner, flor de capitalistas


Mario Vargas Llosa

¿Crisis del capitalismo? Sí, es verdad, en los últimos años el poderoso sistema capitalista, tan denostado y tan extendido al mismo tiempo, que se veía indestructible, pareció derrumbarse a escala planetaria, no por acción de sus viejos enemigos, los comunistas y los socialistas radicales, sino por efecto de lo que el profeta Marx llamaba sus "contradicciones internas", es decir, la corrupción e irresponsabilidad de sus banqueros, financistas, empresarios, especuladores, estafadores y piratas que, enceguecidos por la fiebre del lucro y la voracidad crematística, fueron empujándolo hacia el abismo, donde terminó por rodar y hacerse trizas (bueno, casi).

Las consecuencias resultaron catastróficas, desde luego: quebraron bancos, las bolsas se escurrieron hasta quedar exánimes, desaparecieron millones de puestos de trabajo, los niveles de vida de tres cuartas partes del globo cayeron en picada, prestigiosos hombres de empresa fueron a la cárcel porque el naufragio sacó a la superficie sus pillerías y embauques y, en resumen, los ricos dejaron de serlo tanto, la clase media se empobreció brutalmente y los pobres se volvieron miserables.

Ahora bien, hubo algunas excepciones a la regla, felizmente, que dejan entrever una esperanza para la supervivencia del sistema, es decir, para su recuperación sobre bases más firmes y exitosas. Tomemos como ejemplo a dos capitalistas ejemplares que no sólo sortearon felizmente la crisis que descuajeringaba a sus colegas, sino que, en estos tiempos de tragedia y quebranto, consiguieron multiplicar siete veces su capital.

¿De quiénes hablo? De los esposos Néstor Kirchner y Cristina Fernández, por supuesto. El ex presidente de la Argentina y su sucesora, la actual mandataria, eran poseedores en 2003 de un patrimonio que ellos presentaron en su declaración jurada y que la Oficina Anticorrupción, dependiente del Ministerio de Justicia, evaluó en el equivalente de un 1,2 millones de euros de la época. En 2007, cuando la señora Kirchner ocupó la Casa Rosada, este capital se había casi triplicado, hasta alcanzar unos 3,2 millones de euros. Pero fue en diciembre de 2008 cuando dio un salto espectacular y en sólo 12 meses alcanzó la cifra (vertiginosa para cualquier bípedo común y corriente) de 8,5 millones de euros.

¡Aprendan, capitalistas de pacotilla, mediocres y ramplones, tipo Madoff, que como éste merecerían pasar el resto de sus años en la cárcel por ineptos! Eso es ser unos capitalistas de verdad, audaces, ingeniosos, creativos, que, cuando todos a su alrededor perdían lo que tenían y lo que no tenían, fueron capaces de disparar a las nubes sus ingresos y demostrar de este modo que el sistema tiene recursos y vericuetos para sortear las peores calamidades y aun medrar con ellas.

¿Cómo consiguieron este milagro Néstor Kirchner y Cristina Fernández? Lo ha sacado a la luz en Buenos Aires la diputada de la oposición Patricia Bullrich, del Acuerdo Cívico y Social, según leo en una crónica de Alejandro Rebossio ( El País , 26 de julio) que no tiene desperdicio y que debería ser estudiada como un catecismo por todo capitalista que aspire a emular a esa pareja excepcional.

Los esposos Kirchner, ambos abogados, eran ya, en 2003, cuando don Néstor subió a la presidencia de su país, bastante prósperos. Tenían 23 inmuebles, que alquilaban, y cuentas bancarias. Sin que ello los distrajera de sus responsabilidades políticas -doña Cristina era senadora y colaboraba estrechamente con el mandatario en sus tareas de gobierno-, este patrimonio se fue revaluando mediante la compra, rehabilitación y venta de inmuebles y sagaces inversiones financieras. Además de alquilar algunas de sus propiedades para que sirvieran de hoteles, constituyeron, en sociedad con uno de sus hijos, una consultoría que asesoraba a sus clientes en "economía, finanzas, derecho, ciencias sociales, educación, administración y otras disciplinas". ¿Cómo no hubiera tenido gran éxito una empresa de servicios semejante? ¿Quién, que tenga dos dedos de frente, no hubiera querido ser asesorado en sus negocios e inversiones por ese par de presidentes tan enterados y prósperos?

Pero las operaciones, rayanas en la genialidad, que hicieron de verdad la fortuna de la pareja tuvieron como escenario la muy bella localidad de El Calafate. Un paisaje divino, aire purísimo y glaciares, el más hermoso de los cuales fue bautizado Perito Moreno, que quitan el habla, hacen pensar en las historias de Jack London y atraen a ese rincón de la Patagonia argentina a millares de turistas cada año. Pues bien, gracias a la generosidad del alcalde del lugar, un caballero llamado Néstor Méndez, los Kirchner compraron en 2005 unos terrenos de 60.000 metros cuadrados y pagaron 69 céntimos de euro por metro cuadrado. Al año siguiente lo revendieron ¡a 50 euros el metro cuadrado! Así financiaron su lindo hotel -lo conozco- en El Calafate. Ese mismo año se hicieron dueños de otros 129.000 metros cuadrados (a 69 centavos de euro por metro cuadrado) y los revendieron, pocos meses después, a 50 y a 57 euros el metro cuadrado.

En su crónica, Alejandro Rebossio cita una declaración de Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de la presidenta argentina, en respuesta a los maliciosos que ven gato encerrado en estas formidables operaciones empresariales: "Nadie que ejerza el poder está impedido de tener un patrimonio propio y que éste tenga vida, lo que es la esencia del capitalismo". Tiene toda la razón del mundo, por supuesto, y estoy seguro de que la deficiente mafia rusa -deficiente porque, a diferencia de los Kirchner, parece haber perdido, por culpa de la crisis, la mitad de los incontables billones que tenía- debía impregnarse de esta filosofía y enfrentar al mundo, sin complejos de inferioridad, proclamando que, haciendo lo que hacen, no roban, ni contrabandean, ni piratean, sino mantienen viva y llameando la esencia metafísica del capitalismo.

El mérito de los esposos Kirchner es tanto mayor si se tiene en cuenta que a ellos, a juzgar por los discursos con que suelen hipnotizar a los electores que los llevaron al poder y que he tenido la ocasión de padecer, el capitalismo no les gusta nada. Más todavía, son sus encarnizados adversarios. Y abominan de él porque lo consideran explotador, egoísta, abusivo y corruptor.

Sus verdaderos amigos y afines son gentes como el comandante Hugo Chávez, de Venezuela, o el comandante Daniel Ortega, de Nicaragua, con quienes a menudo se estrechan en efusivos abrazos y profetizan la próxima derrota del imperialismo. Sus corazones son de izquierda (sólo sus bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha) y por eso a muchos capitalistas, durante sus dos gobiernos, además de injuriarlos, les han hecho pasar muy malos ratos, al nacionalizarlos, abrumarlos con regulaciones y nuevos impuestos, hasta el extremo de que la fuga de capitales en la Argentina, según un despacho de la Agencia EFE del día 2 de agosto, alcanzó sólo en el primer semestre de este año los 7860 millones de euros. Las cifras proceden del Banco Central, una institución según la cual, desde que comenzó la crisis financiera, unos 30.300 millones de euros en ahorros de argentinos escaparon al exterior o fueron escondidos en cajas de seguridad o bajo el colchón.

O sea que mientras la empresa Kirchner hacía pingües negocios, el capitalismo se desmoronaba en la Argentina y ganaba terreno esa peculiar filosofía de los esposos gobernantes según la cual no hay contradicción alguna en ejercitar y aprovecharse de un sistema odioso al mismo tiempo que se obra desde el gobierno por su ruina y extinción.

Quizás ésta sea la explicación del enredo: la benemérita pareja no se ha hecho rica por codicia ni muchísimo menos, sino para dar una lección ideológica práctica a su pueblo. Su conducta responde a un propósito laberíntico, semejante a esas deslumbrantes y sutiles construcciones intelectuales de los cuentos de su compatriota Jorge Luis Borges. Un propósito altruista y pedagógico destinado a mostrar, en carne viva, inmolándose en el intento, lo sucio y pestilente que es el sistema capitalista, pues permite a un par de políticos del común volverse millonarios en un plazo brevísimo, pese a las inclemencias y zozobras que vive su país, mientras millones de argentinos se empobrecían, los agricultores se sentían amenazados, las empresas quebraban y los ahorristas veían cómo la inflación volatilizaba las reservas con que esperaban afrontar la vejez. Héroes y mártires del capitalismo, pues. ¡Flor de pareja!.

Fuente: La Nación