domingo, 20 de junio de 2010

Santos, a un paso de ser presidente

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Leandro Uría
BOGOTA.- En un clima festivo por el Mundial de fútbol y por la reciente liberación de cuatro rehenes que estaban hace 12 años en poder de las FARC, 30 millones de colombianos eligirán hoy, en el ballottage, entre la continuidad, encarnada por Juan Manuel Santos, del uribista Partido de la U, o el cambio moderado que propone su rival del Partido Verde, el ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus.

A diferencia de la primera vuelta, celebrada el 30 de mayo pasado, en la que se pronosticaba que ambos llegaban empatados (finalmente Santos duplicó en votos a Mockus y quedó a 3,5 puntos de la presidencia, en un duro golpe para los sondeos), esta vez el candidato oficialista aparece como claro favorito.

Las encuestas -a las que nadie ha prestado mucha atención por su rotundo fracaso de la primera vuelta y por la sensación de que Santos ya ha ganado- le otorgan al candidato uribista un 66% de los votos, contra un 30% de Mockus.

Sin embargo, existe un margen de incertidumbre respecto de la participación, que históricamente orilla el 50% del electorado. Como se considera que Santos se impondrá cómodamente, muchos votantes oficialistas u opositores que emitieron su sufragio en la primera vuelta podrían decidir hoy no concurrir a las urnas, lo que elevaría el nivel de abstención más allá del promedio.

Más aún si se tiene en cuenta que hoy se enfrentan Brasil y Costa de Marfil a las 13.30 hora local, lo que podría desalentar a votar a los fanáticos del fútbol, que en este país se cuentan por multitudes. Conscientes de esta situación, Santos y Mockus adoptaron discursos "futboleros" en el cierre de la campaña.

"Quiero invitarlos a que metamos un gol, pero un gol al abstencionismo. Es el mejor partido que podemos jugar", afirmó Santos. Con un lenguaje similar, Mockus afirmó ayer, a través de su cuenta de Twitter, que Colombia puede meter "el mejor golazo mundial: tener el primer gobierno verde del planeta", mientras que el presidente Alvaro Uribe pidió "suspender un ratico los partidos de fútbol para cumplirle a la democracia".

Pese a que no está claro qué ocurrirá con el abstencionismo, nada detiene la sensación de que Santos se impondrá fácilmente en el ballottage, alimentado con las alianzas que el postulante uribista enhebró con importantes sectores políticos, a los que convocó a formar parte de un "gobierno de unidad nacional".

Así, obtuvo el apoyo del Partido Conservador, de la coalición de gobierno, pero que había llevado a su propia candidata, Noemí Sanín, a la primera vuelta; de Cambio Radical (uribistas que se habían distanciado del mandatario por su intento de obtener una segunda reelección), y del grueso del Partido Liberal, hasta ahora opositor al uribismo.

Compromiso

Con un gobierno de este tipo, Santos se comprometió a crear 2,5 millones de puestos de trabajo, en un esfuerzo por bajar a un dígito el desempleo de este país, que actualmente se encuentra en un 11,8% y está entre los más altos de la región.

Además, la liberación el domingo pasado de los rehenes más importantes entre los que quedaban en poder de las FARC (el general Luis Mendieta, el sargento Arbey Delgado, y los coroneles William Donato y Luis Enrique Murillo) beneficiará ostensiblemente a Santos, que se comprometió a mantener a rajatabla la política de seguridad democrática instrumentada por Uribe.

Esta estrategia determinó que el ejército pasara a la ofensiva en el combate de la guerrilla de las FARC, erradicó a los rebeldes de caminos y ciudades, y permitió propinarles los mayores golpes a la organización insurgente en sus 46 años de existencia.

Por su parte, Mockus, un excéntrico filósofo y matemático que aboga por mantener la política de seguridad democrática, pero que apunta a lograr un cambio cultural en Colombia en base a la promoción de la educación y a la transparencia, se ha mostrado mucho más agresivo que antes de la primera vuelta.

En vez de un "gobierno de unidad nacional", al que tildó de "burocrático", Mockus propuso una alianza con la ciudadanía, por lo que descartó unirse de cara al ballottage con el Polo Democrático Alternativo (PDA, izquierda), de Gustavo Petro, que obtuvo un 9% de los sufragios en primera vuelta y que ahora promueve el voto en blanco.

También lanzó una estrategia que denomina "tres por tres por tres", con la que pretende que tres votantes verdes convenzan a tres votantes que sufragaron por otros partidos en primera vuelta y a tres abstencionistas de emitir su sufragio por él.

Por otra parte, en los debates televisivos atacó de frente a Santos, ex ministro de Defensa de Uribe. Intentó mostrarlo rodeado de políticos corruptos y le reprochó escándalos del gobierno, como la "yidispolítica" (que surgió luego de que la ex congresista Yidis Medina declaró haber obtenido prebendas a cambio de votar a favor de la reelección de Uribe en 2006) y los espionajes a opositores, periodistas y organismos de derechos humanos del DAS, organismo de inteligencia colombiano.

Por su parte, Santos le replicó la decir que "prefería al Mockus de la primera vuelta" por su menor grado de agresividad y le sugirió que criticar a una coalición que implementará un gobierno de unidad nacional equivale a llamar corruptos a la mayoría de los colombianos.

Lo cierto es que las críticas de Mockus a un gobierno hiperpopular como el de Uribe parecieron quedar a menudo a dos aguas. Por ejemplo, el candidato verde denunció por clientelista al programa de subsidios gubernamental Familias en Acción, pero, al mismo tiempo, se comprometió ante escribano público a mantenerlo, para intentar desarticular un rumor en el sentido contrario que podría costarle una sangría de votos.

Como en la primer vuelta, el operativo de seguridad para custodiar los comicios hoy será gigantesco y de éste participarán 350.000 soldados.

DOS SOLDADOS MUERTOS EN COMBATES

BOGOTA (DPA).? Un día antes de que el país elija a un nuevo presidente en el ballottage de hoy, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reaparecieron ayer en un combate que dejó dos militares muertos y un herido, a la vez que con hostigamientos el grupo guerrillero obligó a reubicar unas 300 mesas electorales de zonas rurales en puntos más seguros. El choque entre infantes de Marina y los rebeldes, en el que también murió un guerrillero, se produjo en las afueras de la ciudad de Tumaco (departamento de Nariño), un puerto sobre el océano Pacífico cercano a la frontera con Ecuador.

Fuente: La Nación