miércoles, 27 de agosto de 2008

El censo en Córdoba


Ni siquiera cigarrillos se encontraban en Córdoba. Todo cerrado esperando que hagan el censo que resulto un fiasco metodológico.

"No way, no how, no McCain."

Habiendo sido designado el senador Joe Biden como compañero de fórmula de Barack Obama, Hillary Clinton y sus seguidores dedicaron sus energías a la destacada participación del pasado 26 de agosto en la Convención Nacional Demócrata.

En un contundente discurso la senadora Clinton se definió como una orgullosa seguidora de Barack Obama, su candidato para la presidencia de los Estados Unidos, y alentó a sus seguidores a dejar de lado su lealtad hacia ella para unirse tras el candidato demócrata.

Photo: Damon Winter (The New York Times)

En su discurso Hillary Clinton hizo hincapié en la necesidad de lograr la unidad del partido demócrata, con el propósito de evitar la llegada de otro republicano que destruya las promesas del país a la Casa Blanca. En un claro ataque al candidato republicano John McCain, señaló la necesidad de impedir una prolongación de los 8 años de mal liderazgo sufridos con la administración de George W. Bush.

Tras enumerar los problemas que preocupan a los estadounidenses (el sistema de salud, la inflación, la caída de los salarios, la guerra en Irak, el cuantioso déficit fiscal, etc) la senadora Clinton instó a ponerse de pie por todos aquellos sectores que se volvieron invisibles durante los pasados 8 años. Según sus propias palabras, éstas fueron las razones que la motivaron en su momento para postularse a la carrera por la presidencia y estas mismas razones son las que ahora la impulsan a unir fuerzas tras Barack Obama. Resaltando todo lo que su candidatura en la interna del partido demócrata tuvo en común con la actual candidatura a la presidencia de Obama, Hillary pregunta a sus seguidores: “¿estuvieron en esto por mi o para solucionar estos problemas?”

Photo: Todd Heisler (The New York Times)

Hillary Clinton finalizó su discurso con optimismo, señalando la necesidad de líderes que demuestren que con confianza, creatividad y espíritu innovador no hay límites para lo que Estados Unidos puede alcanzar. Y remarcó, claro está, que ese líder es Barack Obama, acompañado de Biden a quién la senadora calificó como un líder fuerte, pragmático, y un buen hombre que entiende tanto las claves de los problemas económicos al interior del país como los retos que Estados Unidos enfrenta en el exterior.

Los últimos y más emotivos minutos del discurso invitaron a los norteamericanos a reflexionar sobre las generaciones pasadas y futuras, y a recordar que no existe barrera demasiado grande para aquél que trabaja duro y que tiene fe en Dios y en los Estados Unidos. El discurso dejó en manos de los electores una importante misión: acompañar con su voto a Barack Obama y al partido demócrata el próximo 4 de noviembre.


Nadia Nasanovsky