lunes, 22 de febrero de 2010

VAZQUEZ FINALIZA MANDATO CON 61% APOYO POPULAR

MONTEVIDEO, 22 (ANSA)- El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, finaliza su gestión con un 61% de aprobación popular, indicó una encuesta hoy a una semana de que se produzca el traspaso de mando a José Mujica.
Vázquez, primer presidente socialista del Uruguay, sostuvo a lo largo de su quinquenio altos niveles de popularidad y se retira con el respaldo del 94% de los frenteamplistas y de una cuarta parte de los votantes de oposición, según un estudio de la empresa Interconsult publicado en el diario Ultimas Noticias.
El próximo lunes Vázquez traspasará la banda presidencial a Mujica, también de la alianza de izquierda Frente Amplio.
Sólo un 17% de los consultados desaprobó lo actuado por el gobernante saliente mientras el Plan educativo Ceibal (que entrega un ordenador por escolar) obtuvo un 98% de respaldo, seguido del tema derechos humanos (74%), reforma de la salud (65%) y política económica (56%).
La política exterior -su mandato estuvo atravesado por un conflicto diplomático con Argentina por una papelera- y la Ley de Educación aparecen entre los temas en los que Vázquez aparece más cuestionados por los uruguayos.
"Los índices de popularidad de Vázquez siempre fueron altos, ubicándose casi siempre por encima de los porcentajes obtenidos en la elección de 2004", señaló Juan Carlos Doyenart, director de Interconsult.
La percepción positiva del gobierno de Vázquez se mantuvo con vaivenes en los siguientes años y en 2009 "no hace más que crecer en la adhesión de la gente hasta ubicarse en la cifra actual, a días de dejar la Presidencia en el 61% de aprobación, con sólo un 17% que desaprueba su gestión", completó Doyenart.
A nivel partidario, el 94% de los militantes frenteamplistas aprueban su gestión.
Vázquez, de 70 años, rechazó pelear su reelección consecutiva, que requería además una reforma constitucional, y no descartó retornar a la arena política para la campaña de 2014. (ANSA).
Fuente: ANSA

domingo, 21 de febrero de 2010

Que se vayan todos

Por Santiago O’Donnell

Tea Party. Que se vayan todos. Es la manera más fácil de entender este movimiento nuevo que barre las praderas de Estados Unidos, el Tea Party Movement. Hay crisis, la gente está enojada. Un diario todavía poderoso, el New York Times, tiene la ocurrencia de reproducir una encuesta. Uno de cada cuatro norteamericanos tiene una opinión favorable del movimiento Tea Party. Uno de cada tres opina bien de los demócratas y uno de cada dos, de los republicanos. Buena idea la del Times. Impacto inmediato. Ahora que la jauría de la cadena Fox los corre por derecha, los diarios tradicionales tienen que estar atentos a las movidas populistas.

Pero en términos de capital político, el movimiento Tea Party no representa nada. La frase “tea party” en Estados Unidos es sinónimo de “rebelión fiscal”, pero nadie ha dejado de pagar sus impuestos. Los adherentes al movimiento dicen que están cansados de pagar y que quieren pagar menos, pero no dicen que no van a pagar más. No tienen líderes orgánicos, no tienen programa, no tienen estructura, ni siquiera salen a cacerolear. Desnudan la debilidad de los partidos políticos pero no se ofrecen como alternativa.

Su actividad se limita a expresiones en foros de Internet y protestas públicas que se hacen en los feriados patrios (ver foto) y el día de cierre para las declaraciones de impuestos en los distintos estados. Su filosofía es algo inconsistente: quieren bajar la deuda pública pagando menos. Lo que se ignora no puede hacer mal: en otra encuesta, el 80 por ciento de los adherentes al movimiento dijeron no saber que el paquete de estímulo de Obama les había bajado los impuestos al 90 por ciento de los estadounidenses. Esas noticias no salen mucho en la Fox, la cadena que promueve descaradamente cada convocatoria de su movimiento.

Tienen, sí, referentes que se valen de la frase y del movimiento para hacer campaña en contra del gobierno. Hablan sencillo, critican a la burocracia de Washington y se quejan todo el tiempo de lo que gasta Obama. Como el melli D’Angeli, acusan al gobierno de ser un enchastre. La más importante es Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia en la última elección. Esa que contestó, cuando le preguntaron por los desafíos de la política exterior: “Tenemos a Rusia... ahí cerca...”, y no pudo agregar nada más.

Tea Party. Suena bien. La frase se refiere al acto fundacional de los Estados Unidos, el equivalente al Cabildo del 25 de Mayo. En 1773, los patriotas de Boston, cansados de pagar impuestos, se suben a un barco y vacían al mar un cargamento de té. Y Boston fue una fiesta, y vino la Guerra de la Independencia, y los padres fundadores plantaron bandera y escribieron la Constitución y Yankee doodle dandy. ¡Viva la patria!

Tea Party para poner al negro ése en su lugar. No es casualidad que el perfil del adherente medio sea blanco, pobre, poco educado, libertario o conservador. Las crisis económicas sacan a relucir el costado xenófobo y racista de las sociedades. Encima Estados Unidos viene de elegir a su primer presidente negro.

Si uno está cansado de verlo sonriendo por televisión, si le molestan los diseños africanos de la primera dama, si está harto de todas esas películas que salieron ahora con un negro haciendo de héroe, si está convencido de que los negros son todos chorros y por eso llenan las cárceles, y si encima lo echaron de su trabajo por la crisis pero imagina que fue por no pertenecer a una minoría protegida, entonces no puede decir “saquemos a patadas de la Casa Blanca a ese negro de mierda.” Lo podrían acusar de racista. Entonces dice “Tea Party” y se entiende igual.

Los negros no estuvieron en el Tea Party de Boston porque estaban en el sur cosechando tabaco y algodón para sus amos. Y nadie le hizo un Tea Party a Bush por llevar el déficit a cifras astronómicas ni por darles un megarrescate a los banqueros de Wall Street. En la Tea Party versión 2010, los negros vendrían a ser los sacos de té que el movimiento quiere tirar por la borda. Porque no es sólo Obama. Obama es la consecuencia de 20 años de Acción Afirmativa que el padre del populismo norteamericano, Ronald Reagan, tuvo a bien abolir en los ’80: las cuotas para las minorías en los empleos, el traslado forzoso de chicos negros pobres a las escuelas de blancos ricos, los fiscales federales enviados a Alabama para dificultar los linchamientos de los seguidores de Martin Luther King, los programas para obligar a los blancos a compartir con los negros el asiento del colectivo. Todo ese gasto en programas estatales para igualar las cosas, y ahora hay un negro en la Casa Blanca que sigue gastando los impuestos que todos tienen que pagar. Y encima rescata a los banqueros y a los dueños de las automotrices y ahora pide otro dineral para reformar el sistema de salud.

Tea Party. Kill the bill. La derecha no tiene muy buenas razones para oponerse a una legislación que bajaría la cuota de las prepagas y extendería la cobertura a más de veinte millones de personas que hoy no la tienen. Salvo que no es momento para grandes gastos porque hay crisis y la gente no quiere pagar más impuestos. Entonces se valen del movimiento para eludir el debate de ideas y gritan “Kill the Bill”, maten la ley de Obama, en los sitios web y las protestas del movimiento. Los legisladores demócratas se asustan. Se vienen las elecciones y no quieren ser víctimas del Tea Party. Bill sigue vivo, esperando el voto del Senado, demócratas y republicanos saben que es la gran batalla política del gobierno de Obama y que muy bien podría definir las próximas presidenciales. Por ahora los demócratas tendrían número si consiguieran ponerse de acuerdo, pero despues de las legislativas del 2011 el porotaje podría cambiar.

Tea Party. No gasten más. En el imaginario popular estadounidense son los demócratas los que gastan y los republicanos los que ahorran. Pero no es tan así. Al principio sí, pero ya no. Primero vino el “New Deal” del demócrata Franklin Roosevelt y sus recetas keynesianas para salir de la Gran Depresión. Después llegó Hoover, el fiscalista republicano, para llenar de agujeros al Estado de bienestar. Más tarde Lyndon Johnson y todo el empuje al movimiento de derechos civiles y sociales de los negros. Después Nixon para decir basta.

Todo cambió con la llegada los populistas de derecha y los demócratas autoproclamados “fiscalmente responsables”. Ahí se dio vuelta la tortilla. Primero vino la “Reagan Revolution” de los republicanos, que disparó el déficit con recortes de impuestos para las empresas y mucho gasto militar. Después llegó el ajuste del demócrata Clinton, que llegó al déficit cero desmembrando el programa espacial, encogiendo al Departamento de Estado y congelando la planta de empleados públicos. Después, con la “cultural revolution” de George W. Bush, volvió el déficit record con descuentos impositivos para los ricos, “vouchers” para escuelas, escudo antimisiles y guerra global.

Después llegó Obama con su discurso de demócrata fiscalmente responsable, pero también de Gran Transformador. Dice que va a terminar con el déficit en cinco o diez años, pero no dice cómo lo va a hacer y cada mes anuncia un nuevo paquetazo. Primero los rescates para salir de la crisis, después la reforma de salud, ahora quiere reconvertir la economía a energía limpia y ayudar a las Pymes. Todos objetivos atendibles, pero caros. Y la gente está asustada. Y algunos no le perdonan que sea negro. Y no le creen que va a cuidar el mango y que no va a subir los impuestos. Ya no les creen ni a los demócratas ni a los republicanos.

Entonces se juntan y gritan ¡Basta! ¡Tea Party! ¡Viva la patria! ¡Kill the bill! Como expresión política no quiere decir mucho, pero sirve para el desahogo. Y para apretar al Congreso para que no siga gastando. No porque piensen que el gasto estatal originó la crisis, sino porque piensan que no es la solución.

Sobre todo gritan ¡Tea Party! para complicarle la vida al negro Obama, que necesita dólares y leyes para hacer política. Que no haga nada, le gritan, que se vaya, que se vayan todos. Tea Party hasta que lleguen tiempos mejores.

Fuente: Pagina 12

viernes, 19 de febrero de 2010

El PT lanza la carrera de fondo para ganar un tercer mandato consecutivo sin Lula

Treinta años de historia acumula ya a sus espaldas el Partido de los Trabajadores. Tres décadas bajo el liderazgo de Lula da Silva, su único candidato a la Presidencia durante cinco elecciones consecutivas y ahora jefe de Estado en vías de retirada por la exigencia legal de no encadenar más de dos mandatos seguidos. Una restricción que abre la puerta a su favorita, la ministra Dilma Rousseff, quien será ratificada como aspirante a la sucesión en el IV Congreso del PT que ha arrancado este jueves en Brasilia.

Mucho ha llovido desde que el joven Lula se lanzara a la arena política como uno de los fundadores del PT en 1980. La formación recuerda aquel momento como "el resultado de un proceso histórico que, a partir de las luchas contra la dictadura militar [1964-85], unió a trabajadores, grupos de izquierdas, movimientos sociales, comunidades de base, intelectuales y estudiantes en busca de una alternativa democrática de socialismo".

Pero las inquietudes caminan ahora por otros rumbos. ¿Cómo aferrarse al poder tras dos mandatos de Lula, pero sin Lula? Mientras el presidente mantiene su popularidad por las nubes -cerca de un 80% dice confiar en él-, su sucesora en el partido no goza aún de un respaldo comparable. En la última encuesta de Ibope, Dilma acapara el 25% de la intención de voto, a más de 10 puntos de su gran rival, José Serra (36%), gobernador de São Paulo y precandidato del Partido de la Social Democracia (PSDB).

Sin embargo, el sondeo muestra también una tendencia esperanzadora para la ministra de la Casa Civil -cargo similar a una ministra de Presidencia en España o jefa de gabinete-: en dos meses, la futura 'número uno' del PT ha recortado a la mitad la distancia con Serra, quien ya perdió contra Lula en 2002. En diciembre, el gobernador paulista registraba un 38% frente al 17% de su adversaria.

Medio año en campaña

El entorno de Lula y Dilma reconoce en privado que de aquí a abril esperan alcanzar o superar al candidato del PSDB. Para el día 3 de ese mes, exactamente seis meses antes de las elecciones, los aspirantes tendrán que haber abandonado ya sus respectivos cargos y darán el pistoletazo de salida oficial a sus campañas.

Hasta entonces, los partidos se centrarán en pulir sus programas electorales con un ojo puesto en la economía y otro en las encuestas. El PT, reunido en el Centro de Convenciones Ulysses Guimarães de la capital, ha diseñado su aniversario de tal manera que la intensidad vaya creciendo progresivamente hasta el sábado, momento en que Dilma debe ser coronada formalmente para lanzarse a la conquista del Palacio de Planalto.

El escollo del programa

Antes del momento cumbre, la jornada del jueves servirá para reunir a los dirigentes nacionales con los casi 150 delegados de organizaciones de izquierdas llegados de todo el mundo, desde Angola y Vietnam hasta los vecinos sudamericanos -Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela, entre otros- y algunos países europeos.

El viernes, el partido que preside José Eduardo Dutra llegará al punto que amenaza con levantar más ampollas: la elaboración de un programa que tendrá que ser negociado después con los aliados del Ejecutivo. En especial el Partido del Movimiento Democrático (PMDB), principal apoyo de Lula en el Congreso, que no parece dispuesto a tragarse cualquier texto.

"No queremos ser meros figurantes o números en esta coalición", advirtió en el diario 'O Globo' el líder del PMDB en la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves. "Esas ideas del PT pueden ser muy discutidas y aplaudidas por algunos, pero de ahí a prevalecer en un programa coherente de gobierno...".

Fuente: El Mundo.es

“Una parte de Brasil estaba en el siglo XIX”

Por Martín Granovsky

Desde Brasilia

El intendente de una pequeña ciudad de Mato Grosso mezcla los porotos negros con el arroz y la farofa, y dice: “Somos optimistas porque hicimos las cosas bien, mucho mejor en estos ocho años que en los ocho anteriores, y la gente lo ve. Ahora falta que el compañero Lula le transfiera una parte de su prestigio. ¿Cuánto? Mire, Lula tiene 84 por ciento y ella un 30. Si Lula le da un 21, Dilma, que de por sí está subiendo, llega al 51. Convertimos ese 51 en votos y ya está, ¿qué le parece?”. Dilma es Dilma Rousseff, la jefa de Gabinete de Lula que el 3 de octubre será la candidata del Partido de los Trabajadores, que ayer hizo su primera presentación en el Congreso del PT y dejó una de sus líneas de campaña y de gobierno: “Mi casa, mi vida”, el plan para construir seis millones y medio de viviendas.

Después de las ensaladas y antes del mango de postre, los porotos con política fueron el almuerzo autoservice de los 127 invitados internacionales al Congreso y una parte de los 1350 delegados del PT.

Había tema: la primera actividad del Congreso fue una conferencia tripartita de Dilma, el presidente entrante del PT José Dutra y el saliente, Ricardo Berzoini. En el cambio de uno a otro votaron, a fines de 2009, 400 mil afiliados.

La jefa de la Casa Civil, mano derecha ejecutiva de Lula desde 2005, 63 años, economista, describió situación y planes con el detalle de quien hace campaña y a la vez gobierna todos los días.

“En 2003, cuando Lula comenzó su primer mandato, una parte de Brasil vivía aún a finales del siglo XIX”, dijo Dilma. Y agregó: “Antes, algunos pensaban incluso que Brasil sólo podía desarrollarse si ese desarrollo quedaba restringido a una pequeña parte de la población. Es un proceso de raíz profunda: los esclavos tardaron en ser reconocidos como parte del país. Por eso, cuando planteamos la distribución de la renta, nos relacionamos con un proceso histórico muy antiguo: el rescate de la población indígena, de los negros, de las mujeres, de los trabajadores. Logramos una ruptura de calidad, un cambio en la idea de lo que era posible en Brasil”.

Para la candidata, la aceleración del crecimiento económico y el impulso a la industria, la agricultura y los servicios se dan junto a la red de protección social, a la elevación del salario mínimo en un 75 por ciento y a la creación de 12 millones de empleos. Berzoini recordó que, sólo para estar a tono con el crecimiento de la población, Brasil necesita crear un millón doscientos mil empleos por año, y dijo que en los ocho años de Fernando Henrique Cardoso se destruyeron cuatro millones.

Según la candidata, otra diferencia es que cuando habla de proyectos de infraestructura no sólo se refiere a caminos y represas, o plataformas, sino también a la infraestructura urbana y las cloacas. “El Estado mínimo favelizaba y, en cambio, nosotros universalizamos los servicios públicos”, dijo.

Sobre el plan de viviendas “Minha vida, minha casa”, explicó que las 6 millones y medio de viviendas que faltan –tras haber construido un millón– no son para la clase media sino para los sectores de menores ingresos. “Los que ganan tres salarios mínimos no pueden comprar una casa”, dijo. “Esos forman el 90 por ciento de quienes no tienen vivienda. Tenemos que subsidiar la construcción y, en todo caso, que paguen 50 reales por mes si pueden.” Son más o menos 40 dólares. Detalló Rousseff que los planes sociales conectados en Bolsa Familia incluye 50 millones de personas, la mayoría madres de familia, “porque las madres siempre asignan el dinero a los chicos”. Dijo que los programas de agricultura familiar llegan a 15 millones e informó que el arribo de la electricidad llevó a dos millones y medio de personas a comprar heladeras. “Cada año colocamos 12 mil millones de dólares en el mercado de consumo”, dijo la candidata.

Tal como adelantó ayer este diario, la nave insignia del crecimiento con justicia es, en el aspecto del desarrollo, Petrobras y sus derivados futuros, con Petrosal y la petroquímica. “Petrobras había pasado más de 25 años sin hacer una refinería nueva y ya hicimos cinco; y además, desde 2006, Petrobras descubrió lo mismo que en los 100 años anteriores”, dijo Dilma sobre la petrolera brasileña. Pero aclaró que tratarán de exportar productos petroquímicos, no petróleo crudo, y que una parte de la producción no irá a las empresas sino al Estado para garantizar un fondo de desarrollo social que sirva de apoyo a la innovación tecnológica y la investigación.

“El primer gobierno de Lula fue una precondición para el segundo”, historió Dilma. “El 1º de enero de 2003 recibimos un país en una situación extremadamente precaria en términos de la estabilidad macroeconómica, con absoluta vulnerabilidad externa, sin margen de maniobra frente a las crisis internacionales. Cuando había crisis, el gobierno colapsaba. Tuvimos inflación de dos dígitos y descontrol del gasto público. Ahora acabamos de pasar una crisis y no hubo colapso.”

Tanto Berzoini como Dutra presentaron a Rousseff como “la futura presidenta de la república, no por exceso de optimismo sino porque vamos a trabajar mucho”, en palabras del primero, un bancario que fue cofundador del PT a los veintipocos y debutó en el Ejecutivo como ministro de Previsión Social de Lula.

Uno de los objetivos explícitos del Congreso del PT es lanzar formalmente la candidatura y motivar a la militancia, que en rigor no muestra fisuras y se encuentra hoy incluso en mejor forma que en 2006, cuando el desgaste partidario, reconocido ayer por los propios dirigentes, tuvo que ser remontado con fuerza especial para ganar en ambas vueltas y conseguir el segundo mandato.

La fórmula es militancia y porotos. Y un poco de Lula, que nunca viene mal.

Fuente: Pagina 12

Candidato outsider y provocador

Por Carlos Noriega

Desde Lima

Jaime Bayly, el presentador de televisión y escritor de 45 años que hace dos décadas escandalizó a la conservadora sociedad limeña con los detallados relatos de su bisexualidad y de su adicción a la cocaína (la que asegura ha quedado en el pasado), y que ha hecho de la provocación un estilo que le ha dado fama, ahora pretende convertirse en presidente del Perú. Lo que hace unas semanas se inició como algo que parecía una broma, una nueva provocación, cuando Bayly dijo una noche en su programa dominical de la televisión peruana que le gustaría ser presidente, ha comenzado a tomar cuerpo. Una reciente encuesta le da 5 por ciento de apoyo para la elección presidencial de abril de 2011, lo que no es un mal comienzo en un contexto de dispersión electoral. Hasta ahora, el apoyo a Bayly se concentra mayoritariamente entre los jóvenes de clase media y alta. Los analistas ya hablan de Bayly como el outsider de las próximas elecciones, una figura electoralmente rentable en un país decepcionado y cansado de los partidos tradicionales.

–¿Por qué quiere ser presidente de Perú? –le preguntaron en una conferencia con la prensa extranjera acreditada en Lima.

–No tengo una respuesta a esa pregunta. Si digo que quiero ser presidente porque tengo la vocación de servir a los más pobres, sentiría que estaría mintiendo. Querer ser presidente tiene que ver con una especie de compulsión por el juego, la aventura, el riesgo. Me aburre la vida predecible, sin riesgos. Entiendo la vida como una aventura permanente.

Bayly se ha lanzado a la aventura electoral con un discurso progresista en lo social y moral, pero que en lo económico no cuestiona el statu quo del modelo neoliberal. Sus primeras y más duras críticas se han dirigido contra las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica, dos instituciones clave del conservadurismo. De los militares ha dicho que son “inútiles” y “un cáncer”, los ha acusado de haber servido solamente para “dirigir dictaduras incompetentes y corruptas”, y ha prometido reducir drásticamente su presupuesto.

A la Iglesia Católica la ha definido como “retardataria”, “homofóbica” y enemiga de “la causa de la libertad”. Ha dicho que una de sus primeras medidas como presidente sería terminar con la subvención económica que el Estado le otorga a la Iglesia Católica y ha propuesto eliminar la obligatoriedad del curso de religión en las escuelas públicas.

Legalizar las drogas y el aborto, y aprobar el matrimonio entre homosexuales, son sus principales banderas electorales. De esta forma, Bayly introduce en el debate electoral temas que hasta ahora han sido tabú entre los políticos, y va mucho más lejos de lo que sus potenciales rivales están dispuestos a llegar. Según una encuesta de Ipsos Apoyo, la legalización de las drogas solamente es aprobada por el 7 por ciento de los peruanos, la del aborto por el 19 por ciento y el matrimonio homosexual por el 18 por ciento. “Soy consciente de que en estos temas estoy en minoría y que llevo las de perder porque estoy defendiendo ideas impopulares, pero no estoy dispuesto a cambiar mis ideas para ganar”, le dijo Bayly a la prensa extranjera.

En el terreno político, la propuesta más cuestionada de Bayly ha sido su apoyo a un indulto al ex dictador Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción. Después de anunciar que como presidente indultaría a Fujimori, dio marcha atrás y propuso un referéndum para decidir la suerte del encarcelado ex presidente.

–¿Por qué cree que Fujimori debe ser indultado? –le preguntó Página/12.

–Mi propuesta inicial de un indulto presidencial a Fujimori fue imprudente, un error, por eso la he cambiado por la de un referéndum. Fujimori es culpable de la mayor parte de los delitos por los que ha sido condenado, pero creo que no se ha probado de manera irrefutable que él dio las órdenes para las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos (que significaron la ejecución extrajudicial de 25 personas), aunque sí está probado sin ninguna duda que él fue cómplice de esas matanzas al proteger a sus autores. Es justo que Fujimori esté en la cárcel, pero me parece cuestionable la severidad de la pena a 25 años de prisión para alguien que en julio va a cumplir 72 años, porque eso equivale a cadena perpetua. Como este tema provoca división entre los peruanos y eventualmente puede provocar un clima de violencia, me parece que convocar a un referéndum para que los peruanos decidan si Fujimori debe quedarse en la cárcel hasta morir o si ya ha purgado una pena suficiente y merece ser liberado, sería una manera de buscar la paz social.

Preguntado sobre sus modelos políticos, Bayly, que en lo económico siempre ha estado ligado a la derecha y que por sus propuestas sociales se autodefine como de “izquierda liberal, o libertaria”, citó al jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y a la presidenta chilena Michelle Bachelet. “Zapatero ha tenido el enorme valor de hacer una serie de reformas sociales liberales (aprobación del matrimonio entre homosexuales, legalización del aborto) que han modernizado a España. Bachelet ha hecho un magnífico gobierno. Me gusta el hecho de que sea madre soltera, agnóstica y de una izquierda liberal.” Con voz relajada, Bayly asegura que sus posibilidades de ganar las elecciones son pocas, pero dice que su candidatura servirá para “alegrar el circo”.

Fuente: Pagina 12

miércoles, 17 de febrero de 2010

Lula planta cara al imperio de Globo

Desde que Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones de 2002, muchos se han preguntado cómo un ex sindicalista de Pernambuco llegó a la presidencia, en un país de la inmensidad de Brasil, sin el apoyo de los medios de comunicación. Es todo un enigma para los expertos, que ven a Lula como un fenómeno per se, que no se ajusta a las tradicionales teorías según las cuales la prensa conforma la opinión pública.

Lula ha sabido marcar una comunicación directa con la población que pasa por encima de los medios de comunicación de masas. Los brasileños —sobre todo los nordestinos— gustan de ese estilo suyo directo, llano, con errores gramaticales pero políticamente certero, que despliega tanto en sus discursos como en su programa Radio-café con el presidente.

La pregunta que se hacen en el Partido de los Trabajadores (PT) es si la mucho menos carismática candidata a suceder a Lula, Dilma Rousseff, actual jefa del Gabinete, podrá emular su hazaña y convertirse en la primera mujer que preside el país sin el apoyo del poder mediático.

El partido confía en que Lula sea capaz de transmitir al menos una parte de su popularidad, que después de dos legislaturas se mantiene en históricos niveles que rondan el 80%.

Las últimas encuestas publicadas conceden un virtual empate técnico entre el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, José Serra (33,2% en intención de voto) y Dilma (27,8%), que ha escalado siete puntos en sólo tres meses. Lula, que lleva meses dejándose fotografiar al lado de Dilma allá donde va y el mandatario brasileño viaja mucho, hará todo lo posible por profundizar esa tendencia.

Pero, por lo que pueda pasar, Lula no quiere concluir su segundo mandato sin atar algunos cabos.

Y uno de ellos pasa por sentar las bases de una estructura mediática en el país que salga de la situación actual, en la que media docena de grandes empresas, todas ellas de matiz conservador, controlan la información.

Política errática

Hasta el momento, la política de medios de Lula había sido un tanto errática. Durante su primer mandato, entre 2002 y 2006, impulsó la creación de un consejo de ética informativa que no llegó a prosperar; el PT había chocado contra el poderoso lobby de la comunicación. En 2007, Lula designaba ministro de Comunicaciones a Hélio Costa, un ex periodista del grupo mediático Globo, un nombramiento que venía a mandar un mensaje de calma a los intereses empresariales del sector. Sin embargo, paralelamente, el ex obrero metalúrgico iniciaba una nueva estrategia para crear un conglomerado público de medios, la Empresa Brasil de Comunicaciones, al que la Unión Federal destinará en 2010 un presupuesto de unos 250 millones de dólares.

Lula ha abogado públicamente por elaborar un marco legal "más democrático", con un nuevo sistema de distribución de licencias que garantice el "pluralismo" y evite una situación en la que "unos pocos grupos empresariales ejercen el control casi absoluto sobre la producción y divulgación de los contenidos informativos y culturales". Así lo dijo el pasado diciembre en la Conferencia Nacional de la Comunicación promovida por el Gobierno.

Las quejas del sector llegaron de inmediato, con acusaciones contra el Gobierno por "querer maniatar a los medios independientes y nacionalizar las comunicaciones". El ex presidente socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso secundó esta opinión y alertó contra las "tendencias autoritarias" en materia de medios que, en su opinión, "ganan fuerza en Suramérica". Desde la izquierda, por el contrario, hay quien cree que esta es una ocasión histórica para romper un oligopolio que el conformismo social lleva permitiendo durante décadas.

Fútbol, carnaval y telenovelas

Nacida al albor de la dictadura, en tiempos en que el fútbol, el carnaval y las telenovelas eran el pan y circo utilizado por los militares para acallar al pueblo —hay quien dice que sigue siéndolo en la era democrática—, la Red Globo es hoy es el mayor grupo de comunicación de Suramérica y está entre los cinco más importantes del mundo.

Posee la omnipotente TV Globo, que con sus 122 emisoras llega al 99,5% de la población brasileña —lo que no es poco en un país de dimensiones continentales— y se mantiene, año tras año, con audiencias muy por encima de sus competidoras, SBT y Record, a las que sólo les queda competir por el segundo puesto. El grupo es además el mayor productor de contenidos del país y posee el diario más vendido, O Globo, y más de un centenar de emisoras de radio.

En los años ochenta, el entonces presidente José Sarney vetó toda posibilidad de reforma de la estructura de la propiedad mediática en Brasil.

Un cuarto de siglo después, en mayo de 2009, el Tribunal Supremo Federal decidió abolir la Ley de Medios de 1967, que, aprobada en tiempos de la dictadura, legalizaba la censura de ciertos temas y habilitaba para el cierre de publicaciones. Si bien hacía tiempo que la ley no se utilizaba en las grandes urbes, todavía servía a los caciques locales de pueblos pequeños para mantener a raya a los medios locales.

Ley descafeinada

La abolición de la ley, que nadie se atrevió a cuestionar, dejó a los periodistas sin marco legal y brindó a Lula la ocasión perfecta para definir su estrategia mediática. Y el mandatario brasileño parece resuelto a aprovechar la coyuntura para plantarle cara a la todopoderosa Globo, que nunca le fue muy favorable. Aunque parece poco probable —no encaja con el estilo de Lula— que se llegue a una confrontación directa al estilo de los Kirchner frente al Grupo Clarín en Argentina.

Aunque el Ejecutivo lleve al Parlamento una ley, probablemente llegaría descafeinada al final de los trámites en el Congreso. Pero, en la larga campaña de las elecciones presidenciales de 2010, la delicada cuestión de la regulación de los medios es un terreno abonado para la controversia.

Fuente: Publico.es

martes, 16 de febrero de 2010

Afiches contra-PRO

Fotografía: Leandro Sánchez
Fuente: Las veladas.com

Keiko, un alcalde, Bayly y los de siempre

Por Carlos Noriega

Desde Lima

Cuando faltan catorce meses para las elecciones presidenciales de abril de 2011, las encuestas le dan el primer lugar al actual alcalde (intendente) de Lima, Luis Castañeda, y ponen sorpresivamente en el escenario electoral al conductor de televisión y escritor Jaime Bayly. Según una encuesta realizada por la empresa Ipsos Apoyo a nivel nacional, aunque limitada a las zonas urbanas, publicada ayer, Castañeda tiene 22 por ciento. Muy cerca, con 21 por ciento, lo sigue la congresista Keiko Fujimori, hija del ex dictador Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción. En tercer lugar, con 13 por ciento, está el ex comandante Ollanta Humala, del Partido Nacionalista, quien ganó la primera vuelta en las elecciones de 2006 y perdió en el ballottage contra el actual presidente Alan García. Más atrás se ubican el ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006), con 9 por ciento; la ex candidata presidencial Lourdes Flores (6 por ciento); Jaime Bayly (5 por ciento) y el ex primer ministro de Alan García y actual congresista del oficialismo, Jorge del Castillo, con apenas 2 por ciento. De todos ellos, Humala es el único que propone cambiar el modelo económico neoliberal.

Cierra las encuestas un pelotón de candidatos que no pasa del uno por ciento. Entre ellos está el sacerdote Marco Arana, un activista ecológico de izquierda, que viene captando el respaldo de algunos intelectuales progresistas y organizaciones sociales críticos de Humala. Los sondeos revelan la fragmentación electoral en unas elecciones para las cuales hay, hasta ahora, 23 agrupaciones inscritas, y confirman el descrédito de los partidos políticos. El 81 por ciento de los votantes dice no sentirse representado por ningún partido. Esto ha originado la multiplicación de pequeñas agrupaciones y de candidatos que buscan crecer a la sombra de la debilidad de los partidos políticos. Bayly es uno de esos casos.

Las encuestas muestran que la fuerza de Castañeda está en Lima, la capital del país que gobierna hace siete años y que representa aproximadamente un tercio del electorado. Un sondeo del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica le da a Castañeda una amplia ventaja en Lima, con 38 por ciento, cifra que a nivel nacional, según la encuesta de Ipsos Apoyo, baja a 22 por ciento. Por el contrario, a Humala le va bastante mejor en el interior del país que en la capital, donde la Universidad Católica le da apenas 7 por ciento. Con el voto del interior, Humala sube del quinto al tercer lugar. Y eso no incluye el voto rural, ausente en las encuestas. “Castañeda sustenta su fuerza electoral en el amplio respaldo que tiene su gestión como alcalde de Lima. Keiko Fujimori ha venido cayendo desde que el juicio a su padre perdió protagonismo. Ella no tiene un liderazgo propio y su padre es su punto de apoyo, pero también su límite. Humala ha perdido el atractivo del outsider que tuvo en las elecciones anteriores de 2006 y los problemas internos en su partido lo están afectando. Toledo es un candidato expectante que puede crecer. Todos los presidentes elegidos que han ido por una segunda elección han ganado. Hay una alta dispersión del voto y ningún candidato llega al 30 por ciento a nivel nacional. Eso deja todas las posibilidades abiertas. Lo único que se puede avizorar es que nadie ganará en primera vuelta”, señaló a este diario Fernando Tuesta, director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica.

A pesar de graves problemas que sufre la capital peruana, como el caótico tránsito, y de denuncias no esclarecidas de corrupción en su contra, la gestión de Castañeda como alcalde de Lima es aprobada por más del 80 por ciento de los limeños, fundamentalmente por una serie de obras que viene realizando. Castañeda es un político que gusta presentarse como un gerente y que habla muy poco, lo que le ha valido el apodo de “El mudo”. Jefe de la Seguridad Social durante el régimen autoritario de Fujimori, Castañeda lidera el Partido Solidaridad Nacional, que en las elecciones presidenciales de 2006 integró la alianza electoral de derecha Unidad Nacional, que lanzó la frustrada candidatura de Lourdes Flores. Los congresistas de su agrupación han apoyado la gestión de Alan García, con quien Castañeda mantiene una muy buena relación.

En el Perú no hay reelección presidencial inmediata, por lo que Alan García no competirá en las próximas elecciones. Aunque si lo pudiera hacer, tendría serios problemas para ganar: su gestión cuenta con el 26 por ciento de respaldo.

Fuente: Pagina 12

lunes, 15 de febrero de 2010

Candidato presidencial de la galera



Intentan levantar la mala imagen de Cristina en las redes de Internet

La Presidenta y su marido llamaron al combate, y ellos tomaron las armas. En la guerra por intentar revertir los crecientes niveles de imagen negativa que le atribuyen todas las encuestas, el Gobierno cuenta con la ayuda de distintos grupos de cibermilitantes organizados para defenderlo en Internet, otro de los terrenos esquivos para los Kirchner.
"Según nuestras mediciones, un 70% de todos los comentarios en las redes sociales sobre Cristina Kirchner y el Gobierno son negativos", dice Jonathan Ríos, del departamento de Marketing & Research de la consultora BGL. Su tarea es analizar la presencia y la imagen de marcas y personas en el "universo social", es decir en los blogs y microblogs personales, y en las nutridas comunidades de Facebook, Twitter, Ning, Flickr o YouTube: espacios donde los usuarios se inscriben espontáneamente para opinar sobre algo o sobre alguien.
"Para medir las opiniones de la gente en estos expacios utilizamos varias herramientas", explica Ríos. "Primero corremos dos programas que nos dan un informe sobre la visibilidad de la marca o persona que estamos midiendo, y cuáles son los medios en los que más aparecen. Luego se evalúan ciertas palabras clave, tópicos del momento, historias o notas más comentadas y compartidas, la voz de los usuarios más influyentes en el medio, la repercusión sentimental generada y las tendencias de publicación. Después utilizamos plataformas profesionales en las que ingresamos todos estos datos, le indicamos al sistema cuales son las palabras negativas, positivas o neutras, y en qué medios queremos realizar la medición. A través de un procesamiento de lenguaje natural, la información es analizada y segmentada".
La explosión de estas ágoras virtuales es la principal diferencia de la llamada "Web 2.0" con la Internet tradicional. Aldo Leporati, de la consultora Porter Novelli, advierte que los políticos argentinos deberían 'cuidar' lo que se dice sobre ellos en las redes sociales, "porque ahora la gente tiene voz y voto. Los usuarios crean grupos de interés; inician y mantienen conversaciones para opinar, participar, compartir ideas, producir audios y videos y averiguar sobre distintos temas. Los consumidores se convirtieron en 'prosumidores'".
En la jerga 2.0, los comentarios, posteos y conversaciones que circulan en las redes sociales y los blogs reciben el nombre genérico de "buzz", y refieren a las percepciones y rumores que sobre determinado tema o persona surgen de esos comentarios. Algunos especialistas en el uso de nuevas tecnologías también llaman a estas participaciones "información social", y sus análisis les asignan cada vez más importancia.
Como parte de este nuevo menú de herramientas participativas, las redes sociales ofrecen la inédita posibilidad de la militancia negativa; sin necesidad de embandearse detrás de ninguna idea o candidato, cualquier persona puede crear un grupo en contra de algo y esperar a que otras personas adhieran a él. Mala noticia para el Gobierno: a los jóvenes usuarios de las redes sociales -una inmensa mayoría- no se los puede seducir con subsidios ni planes sociales. Ellos son los más golpeados por el desempleo (mientras que según el cuestionado Indec la tasa general es de 9,1%, entre los menores de 29 años supera el 16%), y de acuerdo a lo que la semana pasada discutieron el cardenal Casaretto y el ministro de Educación Alberto Sileoni, entre 550.000 y 900.000 chicos de 13 a 19 años no estudian ni trabajan.
Pero al parecer, estos jóvenes tampoco son tan escépticos como se los creía hasta ahora: en la web militan fuerte contra el Gobierno, y aunque para muchos dirigentes su incidencia parece invisible, las estadísticas sugieren otra cosa. Sólo Facebook, la más popular de las redes, tiene siete millones de usuarios en el país.

Allí se se multiplican y crecen sin parar "clubes" como "A que encuentro a 10.000 que odian a Cristina Kirchner" (con 184.440 afiliados superó su meta con creces), "¡Vamos por más! 500.000 personas contra el gobierno de Kirchner" (44.671 seguidores) y unos 340 grupos similares que hasta ahora reunieron más de medio millón de adherentes: En sus "muros" -pizarras virtuales para escribir opiniones- no sólo se expresaron opiniones y diatribas contra el Gobierno, sino que también se definieron acciones colectivas, como un cacerolazo o una convocatoria a manifestar en Plaza de Mayo. Hace diez días, por ejemplo, se creó un nuevo grupo para tratar de unir y coordinar a todos los socios anti K.
Para no prestarse a confusiones ni manipulaciones, el creador de "¡Vamos por más!...", aclaró hace unos días que "este grupo es democrático, no somos golpistas, como nos tilda Nestor Kirchner. No queremos que caiga el gobierno, queremos que hagan las cosas como se debe! Todos tienen derecho a expresar su opinión, pero este grupo esta claramente en contra de este gobierno inepto, así que si no concuerdan con la idea, abstenganse de hacer comentarios en este grupo, van a ser eliminados".
La advertencia está dirigida a los ciberactivistas kirchneristas que ya comenzaron a organizarse para defender al Gobierno. ¿Su hipótesis? Que los medios de comunicación "distorsionan la realidad", y que es necesario crear circuitos de información y difusión más benevolentes con la pareja presidencial. En 2007, la campaña de Cristina había ofrecido los primeros antecedentes de esta cibermilitancia K: bajo la protección de fundaciones como Generación Libre y Primero Argentina -patrocinada por el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini- florecieron grupos como Generación K, Grito Argentino y Blogs para la Victoria, manejados por militantes como el actual funcionario tucumano Javier Noguera y el santacruceño Agustín Clark. Estos equipos perdieron fuerza tras las elecciones presidenciales, y terminaron desarticulándose meses después, cuando varias investigaciones periodísticas señalaron a sus creadores como "ñoquis digitales".
Los actuales exégetas del Gobierno son más vocacionales. Los más fanáticos se congregan en "Bloggers en acción", una plataforma que reúne a 279 blogs. "Todos sabemos que lo que ellos -los medios- dicen no es lo que la gente dice, sino lo que quieren que la gente diga", se convencen. Otro "blog de blogs" muy activo es la "Peronósfera", creada y cooordinada por Mónica D'Assisi. "El objeto directo de nuestra militancia es el Gobierno nacional, al que apoyamos totalmente", explica Mónica a Clarín. "La red nos sirve para captar opiniones de todos los compañeros, oficialistas y no oficialistas, y generar debates acordes a nuestra afinidad ideológica. Habíamos llegado los 3.000 miembros, pero el 3 de enero nos hackeraron", dice. En el sitio peronautas.com también se abre la puerta a 47 blogs kirchneristas.
La batalla por el relato tiene más soldados oficialistas. Un comunicado emitido hace un mes, en sincronía con la denuncia de Néstor Kirchner sobre un supuesto mega complot para desestabilizar al Gobierno, recrea con dramatismo el estilo de los antiguos partes de guerra: "Ante la solapada y trasnochada intención de llevar adelante un golpe institucional-económico-político-judicial contra el Gobierno nacional y popular de la señora Cristina Fernández de Kirchner (...) el secretario general del Movimiento Peronista Bloguero comunica a sus adherentes y al pueblo en general que el mismo se encuentra en estado de alerta y movilización permanente en defensa del gobierno nacional & popular".
Los defensores del Gobierno obedecen un principio básico de cualquier militancia: "Si no somos masivos, seamos activos." Aunque los blogueros K que aceptaron hablar con Clarín niegan estar coordinados ni gestar acciones violentas, sus páginas reproducen convocatorias a marchas y repudios, como el que se propone hacer contra este diario en las próximas semanas. El acoso por correo electrónico a quienes se considera "opositores" es otra de las armas preferidas por algunos, tal como ya denunciaron en sus columnas dos periodistas de esta redacción, Marcelo Moreno y Miguel Wiñazki.
Anita Montanaro es una de las blogueras kirchneristas. "Los blogueros nos reunimos y discutimos política y objetivos, para tratar de fortalecer estrategias comunicacionales, que a nuestro entender es donde se encuentran algunos inconvenientes del gobierno nacional. Damos el debate en todos los lugares que podemos. En Internet dejamos comentarios en notas periodísticas, en blogs opositores y en foros de discusión. No nos agrupa ningún político, aunque tuvimos reuniones con Agustín Rossi. El nos valora como militantes y nos apoya, pero no nos paga nadie. Orgullosamente nos declaramos fundamentalistas de la Presidenta", escribe Anita.
Tanta actividad tal vez empiece a dar algún fruto: según el último análisis de medios sociales realizado por la consultora Porter Novelli, la performance de la Presidenta es un poco mejor que la medida en el completo trabajo de su colega BGL. "Cristina tiene una gran presencia en grupos y páginas de Facebook, y el 50 por ciento de ellos son a favor. Es decir que por cada grupo en contra hay uno a favor de ella, o que promueve su imagen y su gestión". No es novedad; hace un mes, un informe del Equipo de Investigación de Clarín reveló que el Gobierno venía acelerando su colonización de Internet: ahora controla el 70 por ciento de las nuevas páginas que usan la denominación .gov.ar, cuando en 2006 sólo concentraba el 40 por ciento.
Unos ocho millones argentinos menores de 35 años votarán el año que viene un nuevo Presidente, y según surge de todos los estudios de mercado, tienen a la web como uno de los principales canales de información y de socialización. Para conquistar ese territorio virtual que le es esquivo, el Gobierno aplica la misma táctica que usa en la televisión y los medios escritos: multiplicar su presencia y saturar con su discurso todos los espacios disponibles, con la convicción de que así logrará revertir su desaprobación. Tal como aconsejaban los manuales de opinión pública de los años 40.

Fuente: Clarin

sábado, 6 de febrero de 2010

Costa Rica podría ser gobernada por primera vez por una mujer

Por Anayeli García Martínez

México, DF, 05 feb 10 (CIMAC).- La candidata oficialista a la presidencia de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, es una fuerte contendiente para los comicios, a celebrarse el próximo domingo 7 de febrero, y de llegar a la presidencia, sería la primera vez en la historia del país centroamericano que una mujer ocupara ese cargo.

De acuerdo con información del Tribunal Supremo de Elecciones costarricense, de los nueve candidatos, dos son mujeres, Mayra Gonzáles por el Partido Renovación Costarricense y la mejor ubicada en las encuestas, Laura Chinchilla por el Partido Liberación Nacional (PLN) que cuenta con un apoyo superior al 40 por ciento de los votos.

Hasta ahora, la contienda se centra entre ella y sus dos principales rivales: Otto Guevara por el Partido Movimiento Libertario (ML) y Ottón Solís por el Partido Acción Ciudadana (PAC), quienes en la última encuesta publicada registraron un empate.

De triunfar, la candidata por el PLN no sólo garantizaría la continuidad del gobierno dirigido por el presidente Óscar Arias Sánchez y su hermano Rodrigo Arias Sánchez, quien actualmente es ministro de la Presidencia; Costa Rica también se incluiría en la lista de países latinoamericanos que han tenido una mujer presidenta como Chile, Argentina, Nicaragua y Panamá.

A pesar de ello, la candidata pocas veces ha utilizado el tema de género en su campaña. Sin embargo calificó de "machista" la campaña que la tacha de marioneta de los hermanos Arias, y dejó en claro que una mujer no sólo puede acceder a puestos de poder sirviendo a los intereses de otros, sino también por su propio mérito.

TRAYECTORIA

Política de formación, Chinchilla Miranda asumió en 1994 el cargo de viceministra de Seguridad Pública, posteriormente fue ascendida a ministra del Despacho, con lo que fue la primera mujer en ese país que ocupó tal cargo.

Durante su gestión en Seguridad Pública, se realizaron los mayores decomisos de droga en la historia hasta aquel momento; se modernizó la carrera policial; se incorporaron activamente las mujeres en la policía y se estableció el programa de Seguridad Comunitaria, destaca su biografía en línea.

En las elecciones nacionales del año 2002, fue elegida diputada del Congreso de la República, gestión en la que puso especial empeño en la legislación destinada a reducir la pobreza, ampliar la inversión social, acabar la violencia contra las mujeres y avanzar en el camino de la igualdad y la equidad de género.

En 2006 ocupó el cargo de primera vicepresidenta de la República del gobierno de Oscar Arias y simultáneamente desempeñó el cargo de Ministra de Justicia. Finalmente en noviembre del 2008, se postula a la candidatura a la Presidencia de la República y en octubre del mismo año se convirtió en la candidata presidencial para el período 2010-2014.

10/AGM/LR

Fuente: Cimac Noticias

viernes, 5 de febrero de 2010

Candidata de Lula remonta las encuestas en Brasil

Brasilia. - La candidata escogida por el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones de octubre, Dilma Rousseff, está cerrando la brecha que la separa del líder de la carrera, ayudada por la firmeza de la economía local y un creciente apoyo partidario.
Hasta hace cuatro meses, la jefa de Gabinete de Lula estaba lejos en las encuestas que encabeza el gobernador de Sao Paulo, José Serra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con una diferencia que llegó a ser hasta de 30 puntos porcentuales, citó Reuters.
Pero la economía del país, la mayor de Latinoamérica, se recuperó con fuerza de la crisis financiera mundial y Rousseff ganó cobertura mediática al lado del popular Lula, mejorando sus posibilidades electorales.
Un nuevo sondeo de opinión divulgado esta semana reveló que Rousseff está alrededor de 5 puntos porcentuales por debajo de Serra en las preferencias del electorado brasileño.
Según la encuesta, Serra tiene cerca del 33% y Rousseff 28%, mientras que otros candidatos acumulan porcentajes mucho menores.
Las elecciones están programadas para el 3 de octubre y el ganador asumirá la presidencia el 1 de enero del 2011.
"Dilma ha reiniciado el marcador, ahora es cuando comenzó la carrera", dijo Ricardo Guedes, director de la firma de sondeos Sensus, que realizó la encuesta.
Hace seis meses la candidatura de Rousseff parecía incierta. La economía aún trastabillaba y la ex militante de izquierda combatía un linfoma, un cáncer del sistema inmunológico, del cual médicos aseguran que ya se recuperó.
Incluso el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula no había aceptado totalmente a Rousseff, una recién llegada a sus filas.
Hoy, la precandidata oficialista está ganando apoyo rápidamente de todos los partidos que forman la amplia coalición de Lula y se espera que el PT la proclame formalmente como su candidata posteriormente este mes.
Calma en los mercados
El surgimiento de Rousseff ha tenido poco impacto en los mercados financieros. Operadores consideran que ni ella ni Serra van a desviarse de las principales políticas económicas de Lula: un cambio flotante, metas de inflación y un superávit presupuestario primario para pagar la deuda pública.
Analistas dicen que es más probable que Serra aumente la participación del sector privado en la economía y se distancie de algunos de los aliados de izquierda de Lula en el exterior.
"Por supuesto que difieren de algún modo, pero nadie en el mercado cree que alguno de ellos altere la estabilidad económica", dijo Luiz Guilherme Piva, director de la consultoría LCA en Sao Paulo.
El PSDB se ha quejado de que Rousseff estaba usando dinero de los contribuyentes para realizar campaña ilegalmente al acompañar a Lula en sus viajes por todo el país.
Serra fue previamente alcalde de la ciudad de Sao Paulo y está previsto que confirme su candidatura el mes próximo.
La economía en expansión apunta a generar más de 1,5 millones de nuevos empleos formales este año y, al mismo tiempo, una cantidad similar de potenciales partidarios del actual Gobierno.
El crecimiento económico, los recortes impositivos y la previsión social bajo el Gobierno de Lula no sólo han sacado de la pobreza a casi 20 millones de brasileños, sino que también han impulsado a la clase media y a muchos negocios.
"Hay más trabajos, a más gente le está yendo mejor con Lula, así que pienso que es mejor que Dilma siga", comentó Francisco Teixeira, un obrero en un sitio en construcción en Brasilia.
Aún así, Rousseff, una economista que nunca ha postulado a un cargo público de elección popular, enfrenta sus propios obstáculos.
Con una apariencia rígida y el discurso monótono de un tecnócrata, lucha a menudo para conectarse con su audiencia.
Eso, según analistas, podría costarle votos en un país donde las personalidades pueden ser más importantes que los temas de campaña.
Otra incertidumbre respecto a la probable postulación de Rousseff a la primera magistratura de Brasil será cómo rendirá en la campaña, dada su falta de experiencia en política electoral.
"Esta carrera aún está abierta", dijo José Luciano Dias, un consultor político en Brasilia.
Fuente: El Universal