domingo, 18 de abril de 2010

Los aliados K no quieren quedar afuera

Con el aval de Néstor Kirchner, los transversales se rearman de cara a 2011. Después de recibir el guiño del ex presidente, el espacio no pejotista del mundo K, las fuerzas políticas “progresistas”, los movimientos sociales oficialistas más un grupo de intendentes, acordaron dos puntos básicos: quieren que el candidato presidencial sea el patagónico y que haya una “construcción frentista”. Esto es, que el Partido Justicialista pase a ser parte constitutiva del Frente para la Victoria y sus aliados, una forma de diluir de pejotismo el armado político K.
Tras el fracaso electoral del 28-J, cuando el ex presidente se refugió en el peronismo más ortodoxo y perdió en la provincia de Buenos Aires, los transversales interpretan que habrá un nuevo giro. De regir la ley de abiertas simultáneas y obligatorias, impulsan armar una alianza con el PJ que controla Kirchner, una movida que la legislación permite. Para eso, cuentan con la marca del Frente Grande, uno de los cinco partidos de orden nacional que superan los requisitos de la nueva norma. Es decir, de configurarse ese esquema, el resto de los candidatos peronistas debería resignarse a competir dentro de ese ensamble afín al Gobierno o ir por afuera, con otras personerías jurídicas. “¿Imaginás a Carlos Reutemann o Francisco de Narváez compitiendo dentro de ese frente de centroizquierda? Yo no”, confió un dirigente kirchnerista con llegada al matrimonio presidencial.
“Si aceptan la política frentista, otros postulantes peronistas estarían habilitados para venir a disputar en la interna. Pero no pueden usar por fuera el sello del PJ”, explicó a Crítica de la Argentina el presidente del Frente Grande y funcionario de Cancillería, Eduardo Sigal.
A su vez, la mesa transversal tiene otras dos patas. Desde el año pasado, funciona el denominado Encuentro de la Militancia Nacional y Popular, que nuclea al FG, el Frente Transversal encabezado por Edgardo Depetri, la corriente Martín Fierro y un conjunto de intendentes bonaerenses. Entre los jefes comunales se destacan Mario Secco (Ensenada), Francisco “Barba” Gutiérrez (Quilmes), Graciela Rosso (Luján), Gustavo Arrieta (Cañuelas), Ricardo Ivoskus (San Martín), Ricardo Curuchet (Marcos Paz), Aldo San Pedro (Bragado) y Ricardo Moccero (Coronel Suárez). Este conglomerado aporta peso territorial.
El otro sostén son los partidos “amigos”, que le dan una pátina de centroizquierda al movimiento. En este pelotón, se encolumna la Concertación –conducida por los radicales Gustavo López, hoy funcionario, y la diputada Silvia Vázquez-, el Socialismo bonaerense –representado por el secretario de Relaciones Parlamentarias, Oscar González, y el legislador Ariel Basteiro-, el Partido Intransigente, el Proyecto Popular y el Partido Comunista Congreso Extraordinario.
“El PJ solo no le alcanza para dar la disputa. Quizá nosotros no le brindamos tanto cuantitativamente, pero sí cualitativamente”, dijo a este diario el socialista Basteiro. Una semilla de esta apuesta, a nivel provincial, fue el lanzamiento en Rosario, del Movimiento Santafesino por la Justicia Social, conducido por el jefe del bloque de diputados K, Agustín Rossi. Ese día, en la mesa central estuvieron referentes del progresismo bien asimilados por la clase media urbana: la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, el legislador Carlos Heller, y el filósofo Ricardo Forster. En ese encuentro, Rossi dio un mensaje claro: “Julio Cobos nos hizo mucho daño, pero nos haría un daño peor si abdicamos a construir un espacio político plural”.
Si bien dentro del arco transversal tratan de amasar una postura común, hay diferencias porque un sector presiona para que se dé marcha atrás con la reforma política sancionada el año pasado. Es una cuestión de supervivencia: las nuevas reglas arrasarían con la personería jurídica de sus agrupaciones. Otro punto en la agenda de discusión es si realizan el relanzamiento del frente, en un acto en el Luna Park. “No sabemos cuánto aporta hacerlo ahora, quizá haga falta que madure un poco más el espacio”, se sinceró uno de los organizadores. Sí confluyeron y tuvieron una fuerte presencia el jueves pasado, en la marcha a favor de aplicación de la ley de medios, actualmente frenada en la Justicia. Por ahora, la máxima a la que adhieren todos es la postulación de Néstor. “Otro candidato, como Daniel Scioli, no nos llena de emoción”, sostuvo un dirigente del espacio. Fiel a su estilo de no mostrar las cartas, Kirchner jugará al misterio de “pingüino, pingüina o un gobernador” por lo menos hasta fin de año.
Fuente: Crítica

Cómo funciona el laboratorio político de De Narváez 2011

Todo los lunes Francisco de Narváez llega a su búnker del barrio de Las Cañitas bien temprano. En esa suerte de laboratorio político que son en realidad sus oficinas encabeza cada semana reuniones con un equipo de técnicos. Ya trabaja en un plan de desarrollo para Argentina con vistas a 2011. Lo quiere tener listo a fin de año, cuando decidirá qué estrategia judicial seguirá para conseguir que lo habiliten a competir. No puede porque nació en Colombia.
El lunes, en la oficina verde -cada lugar tiene un color-, se trató el tema de la inflación. "El Colorado" -como le dicen al diputado del PJ disidente- se prepara en forma meticulosa para ser candidato presidencial. Parte de esa preparación es más bien reservada.
En los últimos días algunos dirigentes del PJ dieron por hecho que el diputado ya se bajó de esa pelea nacional y buscaría la gobernación.
El otro que está convencido de eso es el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quien está súper lanzado a la carrera presidencial y entusiasmado por algunas encuestas.
Pero en el entorno de De Narváez lo niegan. En las oficinas del diputado se trabaja igual que hace un tiempo: con la mirada en la presidencia. Es más, mañana De Narváez inaugurará una sede porteña de su agrupación a cinco cuadras de la jefatura de gobierno porteño, donde trabaja Macri.
Esa jugada tiene que ver con su plan para la Casa Rosada.
En estos días Eduardo Duhalde dijo que De Narváez en realidad quería ser jefe de gobierno porteño. "Es falso y una locura", dijo en privado el protagonista del rumor apenas escuchó el comentario.
Fue su último motivo de furia con el ex presidente. La relación política entre ambos parece rota, aunque comparten algunos aliados bonaerenses.
"Francisco estudia horas y horas todos los temas", dijo uno de los hombres que lo conoce hace años y sabe bien qué planes tiene De Narváez.
Hasta que no tener un rechazo de la Corte, el diputado trabajará para cumplir con su sueño presidencial.
Los que lo asesoran a nivel jurídico juran que es falso que ya tuvieron indicios del rechazo de algunos miembros de la Corte a la candidatura. "Sabemos que lo que no hay que hacer es mandar emisarios que hablen con los jueces. No hay que hablar. Eso mismo le aconsejamos a Francisco. Llegado el momento veremos que instancia judicial tomaremos", dijo una fuente.
Lo único que cambió el diputado del PJ anti K en los últimos días fue su estrategia: admitió en público que quiere ser candidato a presidente pero ahora decidió que hasta fin de año o marzo próximo no dirá una palabra más del futuro. Dejará que se especule con sus dos candidaturas. Y se le escuchará decir todo el tiempo una frase: "No hay provincia de Buenos Aires sin país y país sin provincia". Será su manera de decir que su proyecto presidencial sigue en marcha y, de paso, que la provincia de Buenos Aires se mantiene como su plan B.
Esta semana aparecieron los afiches que decían: "Gardel es argentino, De Narváez presidente". Se los adjudican al sindicalista y legislador porteño Daniel Amoroso, que asesora en temas gremiales a De Narváez. Fue sólo un gesto sin demasiado riesgo político para desterrar las versiones del que "El Colorado" abandonaba la pelea presidencial.
"Falta mucho. El que habla de candidaturas ahora pierde", dijo en una reunión privada el diputado Gustavo Ferrari, quien es, además de amigo, la mano derecha de De Narváez.
El jueves último "El Colorado" mantuvo una reunión con el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Fue una de sus tantas bajadas al conurbano, algunas son más reservadas: los intendentes le piden discreción para no enojar a Néstor Kirchner.
El hombre que le ganó al ex presidente en las últimas elecciones nunca descuida la provincia de Buenos Aires. No sólo por si al final termina por postularse como candidato a gobernador bonaerense; sino porque ese distrito concentra el 40 por ciento del padrón electoral y es clave para la elección de 2011.
En la agenda de De Narváez hay anotadas para la semana próxima otros viajes: irá a La Rioja y a Catamarca. Hay una sola razón: afianzar relaciones políticas en el peronismo del interior y nacionalizar su imagen. Es casi como si estuviera en campaña sin ser candidato. Recorre el país.
Hace pocos días, De Narváez reinauguró en privado su enorme y sofisticado búnker. Cambió hasta las fotos. Hubo retoques decorativos pero también se afianzó el grupo de gente que trabaja en el proyecto presidencial con el plan nacional de desarrollo. Y se estableció un método de trabajo para cumplir la orden del jefe de tener listo un plan que diga cómo se hará en concreto cada proyecto.
Este lunes hará su ingreso formal Nicolás Ducoté, quien coordinará los equipos técnicos y los contenidos del plan. Ducoté se entrevistó primero con Ferrari y después con De Narváez. Lo convencieron: renunció hace una semana a la dirección general del Cippec (Centro de Implementación de políticas públicas) y ya tiene su misión en el equipo.
Después de las puertas electrónicas del búnker de Las Cañitas, hay varias oficinas, pero lo primero que pusieron es una foto gigante de De Narváez con los brazos en alto y la imagen de Perón detrás. Debajo de esa foto hay una leyenda en letras enormes: "Hay un país para hacer".
La escalera que lleva al primer piso, donde hay una sala de edición de televisión, también tiene en cada escalón una inscripción: educación y prosperidad son las palabras que se repiten. Sólo en el último hay una diferente: dice ascenso social.
Todas las oficinas se reacondicionaron porque hay casi 40 personas que trabajan en los equipos técnicos.
Es común ya ver muy seguido a José Pepe Scioli, ex secretario general de la gobernación bonaerense y hermano de Daniel Scioli. Es uno de los encargados de armar la provincia de Buenos Aires. Los otros son Amoroso y Emilio Monzó, ex ministro bonaerense y dirigente agropecuario. "Pepe" Scioli es uno de los preferidos de De Narváez. Dice que no ha tenido problemas con su hermano por cruzar de vereda.
El laboratorio político de De Narváez tiene tres pisos. En la planta baja hay un bar enorme que tiene una pantalla gigante donde todo el tiempo pasan imágenes de De Narváez en sus recorridas en la provincia y por el país. Solo se detiene cuando cierran las oficinas.
Al costado de ese lugar se agregó un cubo de acrílico rojo, donde están los equipos de los servidores de Internet. En la puerta hay un enorme letrero digital que dice: "Los días que faltan para el futuro". Y funciona un reloj que marca el tiempo que falta para el cambio de presidente. El viernes a la mañana marcaba: 603 días, 13 horas, 47 minutos y 27 segundos.
Cuando el año pasado compitió contra Kirchner en las elecciones legislativas, De Narváez tenía un reloj similar, aunque más chico y estaba en la puerta de entrada.
Todo está diseñado en esas oficinas como para un candidato presidencial.
"El Colorado" habla como candidato ante sus equipos. Pregunta, hace anotaciones y encarga trabajos. Se reúne con todos los técnicos los lunes y después por separado para hablar de temas puntuales. Gustavo Ferrari trabaja en proyecto y reformas institucionales y de Justicia; Ricardo Delgado, ex número dos de Ecolatina, es quien está a cargo de los temas económicos. Marcelo Elizondo, que fue hasta el mes pasado el titular de Exportar, se ocupa de los temas de política exterior e inversión.
Rogelio Frigerio nieto empezó a trabajar esta semana los temas de coparticipación y en todo el entramado de las deudas provinciales.
También están Daniel Sánchez de León en salud -diseña un seguro de salud universal-; la diputada Natalia Gambaro en temas de Justicia y seguridad interior y Mariana Becerra en niñez y cuestiones sociales.
De Narváez tiene como método pedir que le traigan los mejores técnicos a su equipo. Hace poco en una conversación con alguien de su confianza dijo: "Quiero al mejor especialista de pobreza que haya en el país". Buscaron. Había tres que reparten su vida en actividades académicas en el exterior o son muy técnicos. "Quiero uno que se meta en el barrio", pidió el diputado. Están en la búsqueda.
El tiempo no para y De Narváez sigue en su carrera presidencial. Lo hará a su modo y sin descuidar su plan B de la provincia de Buenos Aires. Ya no espera a Carlos Reutemann y no sabe, como todos en el PJ, si del otro lado estará Néstor Kirchner o Scioli o ambos en una fórmula. El sigue y en secreto afina cada vez más sus relaciones en el peronismo. "Nosotros pudimos, nosotros podemos", dice otro de los nuevos carteles que colgó cuando reinauguró hace poco sus oficinas.
Fuente: Clarin