viernes, 19 de febrero de 2010

El PT lanza la carrera de fondo para ganar un tercer mandato consecutivo sin Lula

Treinta años de historia acumula ya a sus espaldas el Partido de los Trabajadores. Tres décadas bajo el liderazgo de Lula da Silva, su único candidato a la Presidencia durante cinco elecciones consecutivas y ahora jefe de Estado en vías de retirada por la exigencia legal de no encadenar más de dos mandatos seguidos. Una restricción que abre la puerta a su favorita, la ministra Dilma Rousseff, quien será ratificada como aspirante a la sucesión en el IV Congreso del PT que ha arrancado este jueves en Brasilia.

Mucho ha llovido desde que el joven Lula se lanzara a la arena política como uno de los fundadores del PT en 1980. La formación recuerda aquel momento como "el resultado de un proceso histórico que, a partir de las luchas contra la dictadura militar [1964-85], unió a trabajadores, grupos de izquierdas, movimientos sociales, comunidades de base, intelectuales y estudiantes en busca de una alternativa democrática de socialismo".

Pero las inquietudes caminan ahora por otros rumbos. ¿Cómo aferrarse al poder tras dos mandatos de Lula, pero sin Lula? Mientras el presidente mantiene su popularidad por las nubes -cerca de un 80% dice confiar en él-, su sucesora en el partido no goza aún de un respaldo comparable. En la última encuesta de Ibope, Dilma acapara el 25% de la intención de voto, a más de 10 puntos de su gran rival, José Serra (36%), gobernador de São Paulo y precandidato del Partido de la Social Democracia (PSDB).

Sin embargo, el sondeo muestra también una tendencia esperanzadora para la ministra de la Casa Civil -cargo similar a una ministra de Presidencia en España o jefa de gabinete-: en dos meses, la futura 'número uno' del PT ha recortado a la mitad la distancia con Serra, quien ya perdió contra Lula en 2002. En diciembre, el gobernador paulista registraba un 38% frente al 17% de su adversaria.

Medio año en campaña

El entorno de Lula y Dilma reconoce en privado que de aquí a abril esperan alcanzar o superar al candidato del PSDB. Para el día 3 de ese mes, exactamente seis meses antes de las elecciones, los aspirantes tendrán que haber abandonado ya sus respectivos cargos y darán el pistoletazo de salida oficial a sus campañas.

Hasta entonces, los partidos se centrarán en pulir sus programas electorales con un ojo puesto en la economía y otro en las encuestas. El PT, reunido en el Centro de Convenciones Ulysses Guimarães de la capital, ha diseñado su aniversario de tal manera que la intensidad vaya creciendo progresivamente hasta el sábado, momento en que Dilma debe ser coronada formalmente para lanzarse a la conquista del Palacio de Planalto.

El escollo del programa

Antes del momento cumbre, la jornada del jueves servirá para reunir a los dirigentes nacionales con los casi 150 delegados de organizaciones de izquierdas llegados de todo el mundo, desde Angola y Vietnam hasta los vecinos sudamericanos -Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela, entre otros- y algunos países europeos.

El viernes, el partido que preside José Eduardo Dutra llegará al punto que amenaza con levantar más ampollas: la elaboración de un programa que tendrá que ser negociado después con los aliados del Ejecutivo. En especial el Partido del Movimiento Democrático (PMDB), principal apoyo de Lula en el Congreso, que no parece dispuesto a tragarse cualquier texto.

"No queremos ser meros figurantes o números en esta coalición", advirtió en el diario 'O Globo' el líder del PMDB en la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves. "Esas ideas del PT pueden ser muy discutidas y aplaudidas por algunos, pero de ahí a prevalecer en un programa coherente de gobierno...".

Fuente: El Mundo.es

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