viernes, 23 de enero de 2009

¿Por qué Obama genera tanta empatía?

A niños, jóvenes y adultos que vieron la jura de Barack Obama como el nuevo presidente de Estados Unidos se les dibujó, sin distinción de edades, una sonrisa o se les erizó la piel. ¿Tiene el fenómeno Obama una explicación? Su juventud, el factor racial, ser la contracara de George W. Bush y la aplicación de nuevas tecnologías son algunas de las respuestas que arriesgaron los especialistas en marketing político consultados por lanacion.com .

Ricardo Rouvier, sociólogo especializado en imagen gubernamental, no ahorró elogios cuando tuvo que analizar las virtudes del "producto Obama". "Tiene características personales muy favorables. Es un buen orador, sabe improvisar, tiene carisma y, además, tiene un aspecto físico agradable", detalló.

Ninguno de los especialistas omitió la mención al su color de piel. El cambio que deseaba la sociedad norteamericana también era simbólico. Aunque, según los analistas, no fue un factor determinante. "Que un negro sea presidente de Estados Unidos es una superación. Es un hito importante, que tuvo un rol clave en la campaña, pero no fue el único", dijo Daniel Ivoskus, autor del libro Vivir conectados . Y agregó: "Lo que atrae de Obama es el perfil distinto que tiene un joven negro al frente de la Casa Blanca".

En la misma línea, Gustavo Martínez Pandiani, ex decano de la facultad de Comunicación de la Universidad del Salvador, aclaró: "Su color de piel no es crucial para su imagen. No se presenta como un hombre de color sino como un representante creíble de la nueva política".

Felipe Noguera, especialista en desarrollo de imagen para proyectos políticos, explicó este éxito: "Le gente quería un cambio. Y él ofreció el cambio. Ese es el motivo del fenómeno Obama".

Por su parte, el publicista oficialista Fernando Braga Menéndez, encargado diseñó la campaña presidencial de Néstor Kirchner, describió la imagen de este político que tantas esperanzas genera entre los norteamericanos: "Obama es el modelo de hombre contemporáneo. Es desestructurado, espontáneo, cosmopolita y culto. Cuida su físico. Es encantador. Me gustaría irme de vacaciones con él".

Pero es imposible describir la "imagen Obama" sin analizar algunos de sus comportamientos. "Durante la ceremonia de asunción demostró que es una persona natural. No sobreactúa, ni está inhibido", dijo Braga Menéndez.

"Tiene una forma de caminar pausada pero firme. Toca los temas con simpleza y los resuelve con la misma fórmula. Pero por eso no deja de ser profundo", agregó Ivoskus.

Martínez Pandiani se animó a deducir la fórmula del éxito: "Lo que más atrae de Obama es la conjugación de dos elementos: el cambio y el equilibrio. Es joven pero está aplomado, es fresco pero transmite capacidad de mando". Y Noguera sintetizó: "Es una mezcla de carisma y sangre fría con un gran capacidad de contención para los norteamericanos".

El contrapunto. Pero la figura de Obama se agiganta cuando se trata de comparaciones. George W. Bush, el presidente de Estados Unidos con menor popularidad en la historia, fue el promotor de este boom. "De Bush tengo la imagen de un tipo pendenciero, desafiante y violento. Eso agranda la figura de Obama", afirmó Braga Menéndez.

"No es posible comprender este fenómeno si no se lo pone en el contexto de la decadencia de Bush. En cierto sentido, Bush fue a Obama, lo que Herminio Iglesias fue a Raúl Alfonsín en 1983", dijo Martínez Pandiani.

Los motivos que explican la "imagen Obama" también están vinculados con el sentido de pertenencia que genera entre el electorado. "Tiene muchos factores en común con los norteamericanos; entiende las necesidades de la gente, que siente que su Presidente vive en el mismo país que ellos", afirmó Noguera.

Esa empatía se manifestó durante toda la campaña electoral. El lema "Yes, we can" ("Sí, podemos") saturó los sitioss de Internet y puso a los jóvenes como el actor fundamental para el triunfo del candidato negro. Buena parte de esas adhesiones las cosechó desde la web. Su cuenta de Facebook almacenó, durante la campaña, las direcciones de correo electrónico de cuatro millones de amigos. Sus mensajes de texto a celulares y sus actualizaciones constantes por Twitter lo posicionaron como el candidato del futuro. "Si no viviéramos en un mundo 2.0, Obama no hubiera sido presidente. Sin el apoyo económico que generó desde Internet durante la campaña no le hubiera ganado nunca a Hillary Clinton en la interna demócrata", explicó Ivoskus.

Pero la empatía no es eterna. Obama tendrá cuatro años para demostrar que puede satisfacer las expectativas. Martínez Pandiani sentenció: "Obama combina a la perfección sus valores y su apariencia. Es, sin dudas, el modelo de político para el siglo XXI".

Por Iván Ruiz (La Nación)

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