domingo, 28 de marzo de 2010

Encuestame, encuestate

Francisco de Narváez considera que el marketing es una herramienta indispensable para consolidar su proyecto presidencial. Por eso acaba de incorporar como asesor de campaña a Guillermo Seita, el secretario de Medios de los años dorados del menemismo que desde su consultora Management & Fit promete influir en el electorado.
Seita ya mantuvo numerosas reuniones con el empresario. Pero recién en estos últimos días tomó la decisión de trabajar para las elecciones de 2011. Se ocupará de medir y monitorear la opinión pública, además de aportar ideas en materia de comunicación política.
Su silencioso desembarco vino acompañado de la difusión de una reciente encuesta donde el diputado aparece al tope de las preferencias de la gente. Según el sondeo, el Colorado le empataría a Néstor Kirchner en una interna del PJ para dirimir el candidato presidencial. Ambos obtendrían el 18% de los votos, dejando atrás, muy lejos, a Eduardo Duhalde, con 9,7; Carlos Reutemann, con 8,7; Mauricio Macri, con 8,3; y Daniel Scioli, con apenas el 5 por ciento.
Los trabajos de Management & Fit suelen brindar conclusiones desfavorables sobre la gestión de Cristina Kirchner. Esto puede cotejarse en su sitio web (www.myfconsultora.com. ar). En la sección “presencia en los medios” de esa página se exhiben artículos periodísticos confeccionados en base a estudios de la consultora.
Los últimos diez títulos, pertenecientes a Perfil, Clarín y La Nación, son:
• “Más del 60% de la gente cuestiona las decisiones que tomó Cristina”;
• “La gente pide que se calmen los ánimos”;
• “La sociedad le pide a la oposición que ponga límites al Gobierno”;
• “Cobos aún puntea los sondeos, pero lo acechan los peronistas disidentes”;
• “El 55% de quienes votaron a Kirchner lo critican por la compra de dólares”;
• “Dicen que el Lole no cambió de estilo y que está evaluando costos”;
• “La crisis del Banco Central golpea la imagen de los Kirchner y de la oposición”;
• “Para la opinión pública el vice no tiene que renunciar a su cargo”;
• “El uso de reservas muestra un nivel muy alto de rechazo. Crece la desaprobación al Gobierno”.
OTRA VEZ CON CHUPETE. Seita nació en Mar del Plata y tuvo un paso fugaz por el negocio de compraventa de futbolistas de esa ciudad.
Su militancia en Guardia de Hierro, una agrupación ligada a la ortodoxia peronista con reminiscencias fascistas, no fue óbice para que se convirtiera en lugarteniente del ultraliberal Domingo Cavallo.
Durante la gestión de Menem ejerció como jefe de gabinete de la Cancillería; jefe de gabinete, subsecretario y secretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Economía; secretario de Medios de la Presidencia y jefe de campaña de la reelección de 1999.
De aquellos 90 se recuerda tanto una denuncia en su contra por enriquecimiento ilícito como aquel sesudo trabajo de operador político junto a José Luis Manzano. El ex ministro del Interior hoy comparte con De Narváez el paquete accionario de América, plataforma para los intereses electorales del empresario. A tal punto, que uno de los empleados del canal y máximo exponente de los programas de chimentos, Jorge Rial, se ofreció públicamente a trabajar como su jefe de campaña.
El año pasado Seita asesoró al gobernador de Córdoba, el cavallista Juan Schiaretti, y, según un artículo de La Nación, fue contratado por Amado Boudou para cambiar la imagen pública del INDEC. El jefe del Palacio de Hacienda lo desmintió. “Ningún ex funcionario de Cavallo trabaja para el Ministerio de Economía”, dijo.
Esa cartera, la Presidencia de la Nación y la agencia Télam figuran como clientes de Management & Fit en el sitio web de la consultora. En las tres dependencias negaron a este diario que en la actualidad esté vigente algún contrato.
QUÉ TENDRÁ EL PETISO. De Narváez siempre habló de los 90 con cierto encomio. No podía ser de otra manera tratándose de alguien que en 2003 aportó billetera y presencia a la campaña de Menem. Muchas de sus amistades provienen del círculo áulico del ex mandatario.
No por nada pensó en Carlos Corach para urdir el andamiaje legal que lo habilite a competir por la presidencia. El 25 de octubre del 2009 Crítica de la Argentina informó sobre el discreto trabajo de lobby iniciado por el ministro del Interior.
De Narváez es colombiano. Ninguno de sus padres es argentino nativo. Su papá era bisnieto de un presidente colombiano y su mamá nació en Praga, pese a que se nacionalizó argentina.
El artículo 89 de la Constitución establece que “para ser elegido presidente o vicepresidente de la Nación, se requiere haber nacido en el territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo habiendo nacido en país extranjero”.
Sin embargo, el diputado recuerda que, tras adoptar la ciudadanía argentina, la Suprema Corte bonaerense le permitió ser candidato a gobernador en 2007. Ese fallo es el que, a los ojos del “petiso” Corach, ahora le abriría las puertas a la pelea presidencial.
¿Por qué? Porque el artículo 121 de la carta magna bonaerense, al que recurrieron en vano los detractores de De Narváez para sacarlo de competencia, es un calco del artículo 89 de la Constitución Nacional. Dice textualmente que “para ser elegido gobernador o vicegobernador, se requiere haber nacido en territorio argentino o ser hijo de ciudadano nativo si hubiese nacido en país extranjero”.
Rindiendo culto al bajo perfil, Corach le prometió hacer valer los retazos de influencia que aún le quedan. Todavía exhibe los oropeles de su paso por la asesoría legal del PJ, entre 1983 y 2001, y de la letra aportada al Pacto de Olivos que rubricaron Raúl Alfonsín y Menem.
–¿Entonces es verdad que quiere ser presidente? –le peguntó este diario a uno de los portavoces de De Narváez en octubre pasado.
–Nosotros creemos que él puede ser candidato a presidente –contestó en aquella oportunidad.
Cinco meses después, aun a riesgo de que la Corte le inflija un revés judicial, el Colorado blanqueó su ambición.
Para ejercer presión, su aparato de marketing y publicidad se encargará de ponerlo como víctima de una discriminación. ¿El argumento? El mismo que utilizó Corach para buscar la re-re de Menem: si la gente quiere votarlo –y aquí el valioso aporte de Seita y sus encuestas favorables–, ¿por qué la ley se obstina en impedirlo?.
Fuente: Critica

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